Reclamos y tensión en el cara a cara entre Macri y los gobernadores
Las tensiones que afloraron ayer en el cara a cara entre los gobernadores y Mauricio Macri tardaron varias horas en trascender, pero existieron. Mientras los jefes provinciales elegidos por la Casa Rosada para acompañar a Rogelio Frigerio y Nicolás Dujovne en la conferencia de prensa daban su versión del encuentro, el resto de los mandatarios de la oposición salía de la Casa de Gobierno entre ofuscados, molestos y con sensación a poco.
La cita con el Presidente sirvió de catarsis. El primero en hablar, una vez que todos estuvieron sentados en torno a la larga mesa rectangular del salón Eva Perón de la Casa Rosada, fue Frigerio. El ministro agradeció el apoyo general. "No les pedimos que salgan a defender el ajuste, sí que hagan el aporte y nos den el presupuesto", les dijo a los gobernadores.
El encargado de romper el hielo fue el chaqueño Domingo Peppo. Sentado a la izquierda de Macri, destacó la "importancia" de que el Gobierno tenga presupuesto el año que viene y su interés en que el país "vuelva a crecer", pero planteó su preocupación por el freno a la obra pública.
Lo siguió Lucía Corpacci , la gobernadora de Catamarca que, según los presentes, fue la más dura. Le dijo a Macri que gobernar sin presupuesto "no es tan grave", tal como contó LA NACIÓN en su edición de hoy. Además se quejó por los despidos en la Secretaría de Agricultura Familiar,del Ministerio de Agroindustria dispuestos a fines del mes pasado y en el Senasa en abril último. "La gente de mi provincia no tiene otra alternativa de trabajo", le planteó al Presidente.
Otro de los más locuaces, y visiblemente molestos, fue el chubutense Mariano Arcioni, que también advirtió sobre el impacto de los despidos de Agroindustria y del Senasa en su provincia. Aprovechó además para insistir con un viejo reclamo de la provincia por regalías hidrocarburíferas mal liquidadas por unos $10.000 millones. Diplomático pero firme, destacó que, desde que se hizo cargo de la gobernación a fines del año pasado, bajó el déficit. "Hice el ajuste que tenía que hacer, pero la respuesta no fue la que esperaba", deslizó, según reconstruyeron otros tres gobernadores. "Necesito que me ayuden con políticas activas", cerró.
Otra que no ocultó su malestar fue Rosana Bertone. En línea con Arcioni, destacó haber hecho "un gran esfuerzo fiscal" para ordenar las cuentas de Tierra del Fuego y pidió asistencia para "reconvertir productivamente" la provincia.
También Sergio Casas ( La Rioja ) aprovechó el cara a cara con Macri para insistir con el viejo reclamo de su provincia por el punto de coparticipación que perdió en 1988 y por el que la provincia recibe una compensación a través del presupuesto. La partida es siempre inferior a lo que exige el distrito.
Algo más conciliador se mostró el santiagueño Gerardo Zamora. Sin embargo, le pidió a Macri que "como líder de su fuerza política" hiciera un "esfuerzo para que no se profundice la grieta" y para que no se cuele en el debate del presupuesto.
Como suele ocurrir cuando las reuniones son amplias, Juan Schiaretti, de los más cercanos a la Casa Rosada, apenas habló. Como había hecho un rato antes en la previa con sus pares en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), el cordobés hizo foco en la "intención compartida" por los gobernadores de que el Gobierno tenga presupuesto el año que viene. "Mientras estoy negociando no hablo", es una de sus frases de cabecera.
Tampoco intervino el misionero Hugo Passalacqua, aunque por motivos distintos a los de Schiaretti. Está afónico desde hace días.
Sorprendió y hasta provocó alguna risa el vicegobernador de Santa Cruz , Pablo González, el enviado de Alicia Kirchner a la reunión. Como la mayoría de los gobernadores presentes, destacó la figura de Frigerio y su trabajo en la negociación con las provincias de los últimos meses. "Aunque viniendo de un kirchnerista, esto no lo ayude", deslizó risueño después de elogiar al ministro.
Incluso María Eugenia Vidal se sumó a la ronda. Recordó que Buenos Aires "históricamente resignó coparticipación" y dijo que trabajará para "defender los recursos que les corresponden a los bonaerenses".
Macri los escuchó sin intervenir hasta el final y tomó nota de cada intervención. Antes de despedirlos, les dijo que "valoraba" el apoyo al presupuesto, repasó las dificultades que plantea la situación externa y admitió que el gradualismo económico con el que encaró su gestión "no alcanzó".
Como es habitual, la elección de los voceros para la conferencia de prensa corrió por cuenta del Gobierno. El salteño Juan Manuel Urtubey , uno de los preferidos de la Casa Rosada, fue en nombre de los peronistas; el neuquino Omar Gutiérrez representó a los gobernadores de fuerzas provinciales y el correntino Gustavo Valdés a los oficialistas.
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