Rechazan con violencia el ajuste fiscal en Santa Cruz
Manifestantes y la policía se enfrentaron, y hubo 21 heridos; los legisladores no pudieron sesionar para elevar la edad jubilatoria de los estatales; la Presidenta postergó su viaje a Río Gallegos
RIO GALLEGOS.- La provincia de Santa Cruz quedó inmersa ayer, el día que esperaba a la Presidenta, en una grave crisis a causa de los graves incidentes en las calles de esta ciudad en rechazo al fuerte ajuste fiscal promovido por el gobernador Daniel Peralta.
Los enfrentamientos entre manifestantes gremiales y policías en los alrededores de la Legislatura, en las primeras horas de la tarde, dejaron 21 heridos leves y tuvieron su pico máximo cuando los diputados kirch- neristas se aprestaban a sesionar para aprobar la iniciativa.
El proyecto de ajuste incluye el aumento de entre 10 y 15 años de la edad jubilatoria para los empleados estatales (la fija en 60 para las mujeres y en 65 para los hombres), el fin de la movilidad jubilatoria y una fuerte reducción en los gastos del Estado.
La dura reacción motorizada por los gremios impidió la sesión extraordinaria y dejó a la vista las fuertes divisiones internas en el Frente para la Victoria santacruceño. La organización La Cámpora anunció que se retiraba del gobierno de Peralta, cuestionó duramente su gestión y puso un manto de sospecha sobre el manejo de las cuentas públicas. La intervención policial no se hizo esperar y abundaron los gases lacrimógenos, las balas de goma y el gas pimienta en las calles de Río Gallegos.
En el momento en que las ambulancias intentaban llevar los heridos de los choques entre policías y manifestantes se supo aquí que Cristina Kirchner postergaba un día su viaje a la provincia. Fuentes gubernamentales atribuyeron la decisión a los incidentes en la Legislatura.
Anoche, medio gabinete presentó su renuncia. Entre ellos, los ministros de Producción, Jaime Alvarez; de Salud, Hernán Martínez Crespo; el secretario general de la Gobernación, Francisco Anglesio, que pertenece a La Cámpora, igual que el director de Canal 9, Martín Hernández, que también dimitió. A ellos se les sumó la interventora de la Caja de Servicios Sociales, Liliana Korenfeld.
El de ayer fue uno de los días más álgidos de los últimos ocho años desde que Néstor Kirchner dejó la gobernación para asumir la Presidencia, desde entonces y pese a las cuantiosas inversiones en obras públicas, coparticipación y asistencia financiera del gobierno nacional, la provincia nunca encontró su rumbo político.
La crisis dejó a la vista el profundo vacío de liderazgos desde la muerte de Kirchner. La falta de una fuerte referencia abrió líneas internas entre los kirchneristas históricos, La Cámpora, los que responden a Rudy Ulloa y también los que responden al empresario Lázaro Báez.
Peralta no logró conformar un núcleo político que lo consolidara como dirigente. Once de los 22 diputados kirchneristas ayer le brindaron un tibio apoyo y pidieron tiempo para analizar la reforma previsional. Luego escaparon de la Legislatura a bordo de una combi custodiados por la policía y en medio de lluvias de piedras e insultos.
Hasta ahora sólo Peralta había logrado completar un mandato desde 2003, luego de resolver la crisis de 2007. Pese a haber ganado las elecciones por un 54%, y a sólo 20 días de haber asumido, Peralta anoche se debatía en su vivienda del Barrio del Carmen, apenas acompañado de su familia y sin ningún ministro, cómo hacer frente a la peor crisis de su gobierno en medio de insistentes versiones de renuncia.
Con las medidas de ajuste, el gobernador pretendió imitar la jugada de Kirchner cuando, en 1991, declaró la emergencia económica. El miércoles a la noche, en una reunión con 14 intendentes, los 22 diputados kirchneristas y los ministros, el gobernador aseguró que la Presidenta estaba al tanto de las reforma de la ley previsional y que funcionarios de Economía y de la Anses se encontraban auditando las cuentas de la provincia. En esa reunión todos los legisladores, incluidos los representantes de La Cámpora, acordaron aprobar la emergencia económica.
La iniciativa cayó mal en todos los gremios estatales, incluso en aquellos que habían acompañado al gobierno de Peralta. Desde el día anterior se había instalado una carpa en la puerta de la Legislatura. A media mañana se sucedieron los primeros empujones y encontronazos cuando los manifestantes advirtieron el ingreso de algunos diputados disfrazados por la puerta de atrás del recinto.
La rotura de vidrios, la quema total de un móvil policial, los innumerables piquetes en las calles céntricas y la virulenta reacción de la policía generaron que pasadas las 14 el vicegobernador Fernando Cotillo anunciara la suspensión de la sesión especial. Minutos antes, el diputado camporista Matías Bezzi anunció que su agrupación se retiraba del gobierno, rechazó la reforma jubilatoria y no escatimó críticas a la administración provincial.
Fuera de la Legislatura era una caldera. De la protesta formaban parte los gremios estatales de ATE, CTA, docentes, municipales, judiciales, trabajadores de la salud, vialidad, legislativos y del gremio de Luz y Fuerza. También se sumaron estudiantes y gente sin afiliación política.
En la Legislatura no faltaron críticas para La Cámpora. "Acá no hay que abrirse, sino hubieran ido por una lista aparte; todos lo llevaron a Peralta", dijo el diputado Rubén Contreras.
"Responsabilizamos a Peralta por haber enviado este paquete de medida a espaldas de los trabajadores y por haber ordenado la represión", dijo a La Nacion el dirigente de la CTA Alejandro Garzón.
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