Recaudadores: quiénes son los responsables de juntar fondos para la política en tiempos de crisis
Las principales fuerzas ya definieron a sus tesoreros, que en algunos casos también serán los encargados de “pasar la gorra” entre privados y armar una contabilidad que cumpla con la ley
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Mientras la dirigencia elige en cafés de sobremesa a los candidatos para la pelea electoral, comienzan a moverse otros engranajes al nivel del subsuelo: la colecta de dinero para financiar el proselitismo. Tanto el oficialismo como Juntos por el Cambio -también las nuevas caras de las boletas- necesitan financiar sus campañas para solventar su proyecto de poder. En época electoral, el mundo privado y la política conversan mucho más de cerca.
Según pudo reconstruir LA NACION de una decena de funcionarios, dirigentes, empresarios y consultores, todos los espacios políticos comenzaron lentamente a movilizar recaudadores para “pasar la gorra” de la campaña. También organizan a sus “tesoreros”: dirigentes de extrema confianza de figuras como Cristina Kirchner, Alberto Fernández, Horacio Rodríguez Larreta y de la cúpula de la UCR y el PJ que custodiarán las cuentas de las alianzas electorales.
Con la última ley de financiamiento político, mucho más estricta, los frentes deben acreditar en blanco los aportes de personas y empresas que justifican los gastos de campaña (spots, boletas, redes sociales, eventos). Luego están los movimientos que no figuran en la contabilidad -en negro y en cash- ya sea para proselitismo territorial o por empresarios que evitan hacer público su apoyo a la política.
Los coordinadores de campaña aseguran que la de este año será una campaña austera por el Covid. Pero hay mucho en juego. Aún pesan viejos antecedentes: desde el recaudador Héctor Cappacioli, que fue muy cercano a Fernández, investigado por lavado durante la campaña de Cristina-Cobos 2007, hasta la causa por “aportantes truchos” contra la administración de María Eugenia Vidal en 2017.
Tesoreros y recaudadores
El tema es tan sensible que ningún cacique quiere aparecer como responsable en los papeles. Según pudo constatar LA NACION, en las actas con la oficialización de alianzas presentadas esta semana ante la justicia electoral de La Plata, el Frente de Todos inscribió como “responsables económicos-financieros” a María Melina Pérez y Facundo Arrosamena, dos jóvenes que trabajaron en dependencias estatales e integran el partido Kolina. El frente opositor Juntos anotó a dos jubilados: Rubén Edmundo Pizarro, de 81 años (vinculado a la Alianza Cambiemos Buenos Aires en los registros oficiales), y Miguel Orellana, un afiliado radical de 73 años.
Entonces, ¿qué referentes irán a tocar las puertas del empresariado? ¿Cuáles harán la “vaquita” entre empleados estatales y afiliados partidarios, que suelen “retribuir a la causa” en época electoral? ¿Quiénes velarán por la prolijidad de los números?
En la Casa Rosada aseguran que no habrá un único recaudador de campaña. Saldrán todos. Una vez que cada lista abra su cuenta bancaria, los números del CBU serán distribuidos entre “intendentes, gobernadores y referentes de los distritos” para recaudar entre los empresarios locales, confió un importante colaborador oficial. En el Frente de Todos cuentan con una ventaja: la “palanca del Estado”, con medidas de gestión con aires de proselitismo.
Respecto al trabajo de “tesorería”, en las filas del Frente de Todos dan por descontado que ese rol lo tendrán Carlos Castagneto y Juan Manuel Olmos. Así fue en 2019: el primero custodió los números en nombre de Cristina y el segundo lo hizo a pedido de Fernández.
Olmos fue uno de los principales recaudadores para apoyar la candidatura del Presidente y es uno de sus pilares en la Ciudad de Buenos Aires, territorio donde también pisa fuerte Víctor Santa María. Exarquero profesional e histórica mano derecha de Alicia Kirchner, a Castagneto la expresidenta le confió los números de la campaña 2017 y 2019 para evitar nuevos traspiés con la justicia electoral.
“No definimos bien este tema”, se limitó a decir uno de los coordinadores de la campaña oficialista a LA NACION. En rigor, el asunto no está cerrado porque hoy ambos son funcionarios nacionales. Olmos es el jefe de asesores del Presidente y Castagneto, director de Recursos de la Seguridad Social de AFIP.
Respecto a la vinculación con el mundo privado, ya hay hombres de negocios que se preparan para tener la conversación con figuras fuertes del FDT. Un asesor de un importantísimo empresario, que aseguró que todavía no le llegó un pedido concreto, resaltó la vinculación que Eduardo “Wado” de Pedro cosechó con el gran empresariado en el último tiempo, desde su disertación en el Foro Llao Llao hasta sus recorridas por el país para conocer las necesidades de las empresas de cara a la pospandemia. También esperan a Sergio Massa. “Sabemos que Sergio no junta solo para la marca del FDT sino para la propia, pero este año seguramente tenga un rol importante”, confió una fuente del espacio.
Juntos por el Cambio
En el caso de Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta -que se impuso en el armado de las listas- deberá financiar una campaña inédita en la provincia de Buenos Aires, con Diego Santilli como rostro visible.
“El fondeo grande para gastos en redes sociales, spots y boletas los tienen que garantizar Horacio y Diego. Después los intendentes hacen la campaña local bancando la lista de arriba”, confió un dirigente a cargo del armado de Pro en provincia. Distintos referentes mencionaron a Agustín Forchieri, presidente del Bloque Vamos Juntos en la Legislatura y al secretario administrativo del cuerpo, Jorge Anzorreguy, como dos coordinadores clave de la campaña de Santilli.
Respecto al control de ingresos y gastos, el diputado provincial Adrián Urreli será el encargado económico de la campaña de Santilli y quien ordenará la recaudación vinculada a los aportes de la militancia. Para evitar escándalos como el de los “aportantes truchos” en Juntos por el Cambio contrataron los servicios de la firma Phylia, dedicada al fundraising para organizaciones. Sus socias, Ana María Garat y María Dartiguelongue, ya trabajaron con Vidal en 2019.
“Cada uno traerá aportes a partir de su red de relaciones”, confió un dirigente que conoce por dentro la contabilidad de Pro. En la Ciudad, una de las caras históricas de la recaudación macrista, la diputada Carmen Polledo, quedó afuera de la lista por el acuerdo con Patricia Bullrich. Está herida, pero en su entorno saben que volverá a poner el cuerpo. La exlegisladora porteña Lía Rueda, en tanto, fue inscripta como responsable económica-financiera de la alianza porteña de Juntos por el Cambio.
La UCR, que se despabiló con candidaturas de peso, también hizo sus primeros movimientos. “Estamos definiendo el modelo de aportes privados con un sistema de croudfounding aplicado al financiamiento de la campaña”, dijeron en el comando de campaña de Facundo Manes, la cara nueva de la política. Con el flamante candidato trabaja el consultor Gastón Douek, socio de Guillermo Seita en Prosumia. Sus rivales políticos, en tanto, apuntan al rol crucial de Gastón Manes, hermano del neurocientífico. Al “responsable económico financiero” de su lista, en cambio, lo ubicó el partido radical.
Relanzado a la política, Florencio Randazzo no cuenta con una estructura gubernamental detrás. “Muchos empresarios se acercaron para colaborar con interés, de distintos rubros y tamaños”, confiaron en su entorno. Sus adversarios políticos lo califican como “el candidato del establishment” y apuntan a la postulación de Carolina Castro -dirigente de la UIA- como su compañera de lista. “Mentira, no tiene nada que ver, no es la UIA bancando a Florencio”, desmintieron cerca del candidato. “Habrá un responsable financiero por el espacio de Randazzo y otro por el sector de Graciela Camaño. Y todo aporte va a ser vía CBU, aporte electrónico o cheque como se hizo en 2017”, acotaron.
Cerca de Ricardo López Murphy, que se largó a la aventura electoral y competirá con Vidal, apuntaron a que crearán “un comité de fundraising de Republicanos Unidos CABA”, con Roberto Foco como encargado económico. “Convocaremos a todos los que deseen colaborar en la generación de contactos con quienes vayan a aportar recursos (no sólo económicos, sino también informáticos, humanos y en especie) para que tengamos una mayor visibilidad con una campaña austera, apoyada en medios y redes sociales”, dijeron en su comando de campaña.
En 2019, muchas de las empresas más fuertes del país donaron tanto a Juntos por el Cambio como al Frente de Todos. Este año, habrá muchas más “canastas”, por la multiplicidad de listas. Un asesor cercano a un importante empresario e histórico aportante señaló: “Nosotros apoyamos a los dos lados de la grieta. Lo que no queremos es que nos venga a pedir más de uno del mismo sector”.
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