Randazzo testea su regreso con la mira en la pelea de 2017
El ex ministro activa contactos, tironeado por un sector del PJ y alentado por el macrismo
Florencio Randazzo deshoja la margarita sin apuro, entre citas políticas, encuestas que le arriman para tentar su vuelta al ruedo y un sabor a revancha que le dejó el deseo de batirse a duelo contra Daniel Scioli en la primaria presidencial. Dejó su look más informal para calzarse otra vez el traje y bajó los diez kilos que había subido en el verano, apenas dejó el poder.
Sin certezas, asoma como objetivo 2017, cuando la provincia de Buenos Aires pone en juego la banca a senador y empieza a marcar el pulso de la gran pelea por la Casa Rosada, dos años más tarde. Después de una derrota histórica en territorio bonaerense, la pesadilla del PJ es quedar en tercer lugar en la elección legislativa, detrás de Cambiemos y el Frente Renovador.
Los más incondicionales del ex ministro del Interior de Cristina Kirchner activan contactos y juntan tropa. Lo hacen más allá de que su jefe ofrece pocas pistas sobre su futuro y aún no puede digerir al trago amargo de haber sido excluido de la competencia. Es que no sólo siente decepción por la ex presidenta ("vos tampoco sos el proyecto", le estampó ella cuando explicó la decisión de apoyar a Scioli), sino que también continúa embroncado con dirigentes que cree que no patalearon por el diseño electoral.
Cuando cede la catarsis inicial, Randazzo no niega una eventual postulación. "No lo descarto", aunque, en un juego de suspenso, tampoco lo confirma. Está claro que nada hará por anticipado hasta saber sus chances en las urnas.
No filtra el color político de sus cumbres. Hace varias semanas habló largo y tendido con Martín Lousteau, embajador en Estados Unidos. Desde el macrismo, emisarios y amigos en común van y vienen para hacerle llegar un mensaje similar: "Tenés que ser candidato".
¿Por qué lo empujan para salir a la cancha con la camiseta peronista? Para esmerilar a Sergio Massa , lanzado a la senaduría por su espacio, al que el propio Presidente le facturó en público cierto afán por sacar "ventaja" en su relación de opositor aliado del Gobierno. Y, de paso, para fragmentar más la oferta del PJ.
No es un secreto que al oficialismo le incomoda el vínculo con el tigrense, clave en la Cámara de Diputados y trascendente para la gestión de María Eugenia Vidal. "No queremos que gane", deslizan en un despacho de la Casa Rosada. Apostar a que pierda parece más una amenaza que una meta planificada. De hecho, no todos piensan lo mismo en la mesa de Pro. Emilio Monzó, armador estrella, recibió hace un par de meses el pedido de no nombrar a Randazzo entre los referentes a renovar el PJ, en una lista en la que sí anotan al salteño Juan Manuel Urtubey .
Su ausencia en la escena pública (que sólo interrumpió para aparecer en un acto ferroviario con Macri) obedece a un mix de razones.Espera ver cómo marcha el Gobierno y que pase el derrotero judicial del kirchnerismo en Comodoro Py. "¿Para qué va a aparecer ahora? Que espere hasta septiembre, por lo menos", dijo a LA NACION uno de los intendentes del conurbano con los que habló.
Randazzo, que siempre despreció las juntadas del partido, tampoco ahora prevé volcarse al sello, que en mayo elige autoridades. Allí, cuenta con aliados y detractores, que ningunean su proyección.
Si bien la estrategia para la disputa legislativa va a ser provincial, según la conveniencia de cada distrito, a los gobernadores del PJ les preocupa la suerte especialmente de Buenos Aires. En reuniones de mesa chica, coinciden en que hay que jugar una figura con imagen nacional y capacidad de armado territorial. Randazzo aparece como una opción viable para varios -no todos- y ese mensaje se lo hicieron llegar.
¿Y Scioli? El ex motonauta no se ve para nada fuera de carrera, pero tendrá que revertir la sensación que impera entre caciques e intendentes: que "no conduce". Lo que por ahora parece imposible es que vaya en una misma boleta con Randazzo, más dispuesto a desempolvar datos de su herencia que a un acuerdo electoral.
El peso de los intendentes del conurbano será relevante. Ya se reunió cara a cara con varios de ellos -Gabriel Katopodis y Juan Zabaleta, entre otros- y quedó en juntarse con alcaldes de todos los extremos: desde Martín Insaurralde, que busca ser protagonista del poskirchnerismo, hasta Patricio Mussi, de los más incondicionales a El Calafate.
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