Rafael Bielsa: “Yo nunca pedí la libertad condicional del señor Jones Huala”
El embajador argentino en Chile defendió su participación en la audiencia que abordó el caso del líder mapuche preso en el país trasandino; “Lo que digo es verdad, vamos a ver quién miente”, afirmó
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“Yo me hago responsable de todo lo que hice, desde lo primero hasta lo último”, aseguró el embajador argentino en Chile, Rafael Bielsa, luego de quedar involucrado en una controversia por haber participado de una audiencia en la que el líder de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), Facundo Jones Huala, pidió sin éxito su libertad condicional en el país trasandino, donde cumple una condena a nueve años de prisión.
En una entrevista telefónica con LA NACION, Bielsa afirmó de todos modos que si los cuestionamientos a su gestión hicieran que tuviera que dejar la embajada en Santiago, lo haría “con dolor”. El excanciller de Néstor Kirchner dijo que se comunicó con el presidente Alberto Fernández y también con la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, para “dar explicaciones” de su intervención en la audiencia de Jones Huala.
“Tengo muchos años en la función pública y jamás tuve ni un sumario administrativo ni una indagatoria. ¿Cómo con esa trayectoria alguien puede pensar que voy a cometer la torpeza que me atribuyen? Lo que digo es absolutamente verdad y vamos a ver quién es el que miente en esta historia”, enfatizó Bielsa.
¿No se arrepiente de haber participado de esa audiencia?
No es un tema de arrepentimiento, sino de deber y de conciencia. Hay normas que me obligaban a hacer lo que hice y cumplí con esas normas. Y en cuanto a la conciencia, me pareció que no correspondía, que no era propio de un jefe dejar que una cónsul se hiciera cargo de esta audiencia y por eso asumí la responsabilidad, dentro de mis facultades.
¿Se le dio entidad porque usted asumió personalmente el caso?
No lo niego, pero lo que sí está claro es que las versiones que hay sobre mi participación en la audiencia no reflejan la verdad.
¿Por qué?
Porque tanto en la Argentina como en Chile hay un proceso electoral. Voy a contestar la nota del Ministerio de Relaciones Exteriores chileno y de los senadores de Renovación Nacional. Pero a mí me parece que es un tema que tiene la suficiente importancia como para sacarlo de la pugna electoral en la que uno puede tener la mayor razón del mundo, pero a la gente le interesa aquello con lo que le pueda hacer daño a otro.
¿Usted dice que quedó atrapado en la interna electoral de ambos países?
No, no, no, yo no quedé atrapado en ningún lado. No estoy atrapado en lo más mínimo, estoy de cuerpito gentil. Lo que yo digo es que la interpretación que se hizo del hecho es errónea, no corresponde a lo que sucedió. Entonces, como no quiero alimentar hogueras ni en mi país ni en este maravilloso país que me tiene como embajador, voy a esperar el momento en que las pasiones se aquieten para probar lo que pasó efectivamente en esa reunión.
¿Y qué pasó, según su interpretación?
No es una cuestión de interpretación. Así fueron los hechos: hay dos documentos oficiales a los que tuve acceso. El acta que hizo la comisión de libertad condicional elaborada al final de la reunión y la resolución denegatoria de la libertad condicional. En la primera, la presidenta de la comisión dice literalmente que el embajador Bielsa se limitó a responder los dichos del enviado del Ministerio del Interior. Y en la resolución donde se deniega la libertad, la única alusión que se hace a mí es que no aporté pruebas que demuestren que el señor Jones Huala ha pedido cumplir su pena en la Argentina.
¿No pidió la libertad condicional de Jones Huala?
No, yo nunca pedí la libertad condicional del señor Jones Huala. Y lo voy a probar. Estos documentos son suficiente prueba de que no la pedí. Y si la hubiera pedido, vamos a suponer que la hubiera pedido, evidentemente alguien de la comisión hubiese hecho referencia a la solicitud. Como no la pedí, no hay ninguna injerencia de ninguna naturaleza.
¿Usted objetó la intervención del enviado del Ministerio del Interior chileno?
Eso es correcto. El representante dijo que para juzgar la concesión de la libertad condicional había que tomar en cuenta la vida pasada del que la solicitaba. Eso no es así, hay que tomar en cuenta el informe pisco-social que se leyó en esa audiencia, que demuestra la conducta que tuvo el detenido mientras comenzó cumplir su condena, que no son nueve años por terrorismo sino por incendio simple y portación de un arma casera.
¿Usted dice que Jones Huala no es un terrorista?
Lo que yo digo es que mañana podrá ser un terrorista, no estoy otorgando ni dejando de otorgar un aval. Lo que le digo es qué es lo que pasó. Jones Huala aceptó la comisión de los hechos, no los negó. Es un condenado confeso. Entonces, este señor quería que dijera expresamente que le había hecho un daño a otras personas. Eso es un arrepentimiento. Eso no es una condición jurídica, sino moral o religiosa.
¿Y usted que hizo?
Me limité a responder eso. Y al final de la audiencia, pidió que quitaran su nombre dado que yo lo había mencionado. Trató de no quedar asociado a una serie de afirmaciones que vulneran los tratados de derechos humanos a nivel internacional, que han suscripto la Argentina y también Chile. Mi deber, como lo dice el reglamento consular, no es ser parte del proceso, sino velar para que se aplique la ley y se brinde al detenido el mismo trato que se le hubiese dado a un nacional de este país.
¿La embajada sigue teniendo el objetivo de que Jones Huala complete la condena en territorio argentino?
Mire, existe un acuerdo entre Chile y la Argentina, que está plenamente operativo, para que los detenidos cumplan una porción de su condena en el país de origen. Jones Huala no tiene a su familia acá. Entonces él solicitó y hubo una serie de cuestiones administrativas: le habían perdido el documento y hubo que re-documentarlo. Luego la otra cuestión fue que un primer pedido que había hecho se extravió en el Ministerio de Justicia.
¿No tiene DNI ni pasaporte argentino?
Ahora los tiene, pero porque se los dio el Consulado (argentino) de Concepción. No es que no llegó (a Chile) con el documento, lo extraviaron aquí dos veces.
Igualmente Jones Huala niega su nacionalidad argentina…
Le quiero decir dos cosas: en primer lugar, el que pidió ser documentado fue él. El que tendrá que hacerse cargo de la inconsistencia, en todo caso, es el señor Jones Huala. Lo segundo es que si bien no quiere ser nacional de un país, cuando éste pide oficialmente la intervención, como se la pidió a la embajada, no se puede negar sobre la base de que el individuo tiene la convicción de que no es argentino sino de otra nacionalidad.
¿Usted suele intervenir directamente en otros casos?
Sí, lo hice en muchos otros casos. Este es excepcional por el actor, pero tenemos casos así todos los días.
Este caso en particular tuvo mucho impacto en la opinión pública…
Para la opinión pública le puedo asegurar que no, ni salió en los diarios. Para la Argentina, sobre la base de una interpretación mentirosa, usted tiene razón.
¿Informó a la Cancillería que iba a participar de la audiencia?
Informé lo que estaba haciendo la embajada desde el mismo momento en el cual la representante legal de Jones Huala se puso en contacto a los efectos de solicitar auxilio consular. Nosotros informamos todo lo que hacemos, todo está en los cables diplomáticos.
Pero además del andarivel diplomático, usted no desconoce que hay otro que es político…
A mí no me parece decoroso esconderme detrás del presidente Alberto Fernández ni detrás del canciller (Santiago) Cafiero que acaba de hacerse cargo de la cartera. Yo me hago responsable de todo lo que hice, desde lo primero hasta lo último. No quiero descargar mi responsabilidad en nadie. No me gusta echarle la culpa a mis superiores de decisiones que me han tocado protagonizar.
¿Usted siente que peligra su estabilidad en el cargo?
Hasta ahora parece ser que no hay ningún elemento creíble para pedirme nada, pero si el día de mañana tengo que dejar la sede por no haberme comportado o por haber vulnerado alguna norma, la dejaré con dolor porque Chile es un gran país y es un honor representar a la Argentina, pero la dejaré, no le voy a escapar a mi responsabilidad.
En el Congreso, la oposición lo quiere citar a dar explicaciones. ¿Usted se presentaría?
Si se cumple con las normas de funcionamiento de la Cámara de Diputados, yo voy a prestar declaración ante quien me la pida y voy a probar mis dichos con la documentación que tengo. No es verdad que yo haya interferido en nada que tenga que ver con lo que es propio del funcionamiento de los tres poderes de Chile, ni dije las cosas que se me atribuyen. ¿Cuándo opera para un individuo la prescripción operativa de la característica de decente, de honorable? Tengo muchos años en la función pública y jamás tuve ni un sumario administrativo ni una indagatoria. ¿Cómo con esa trayectoria alguien puede pensar que yo voy a cometer la torpeza que me atribuyen?
Pero a usted no se le objetan cuestiones de honor…
Mire, tiene que ver con el honor, con la idoneidad. ¿Cómo piensa usted que yo voy a caer en el amateurismo, en la novatada, de no cumplir con la normativa que conozco? En la primera frase que pronuncié en la reunión de la comisión, le dije que no tenía nada que opinar de lo que es derecho interno de Chile ni de las relaciones convencionales que estableció el Estado chileno con los mapuches.
¿Qué efecto tuvo esta situación en la relación bilateral?
Ningún efecto. Chile está inmerso en un triple proceso: el primero es la nueva Constitución, que demandará seis meses más; el segundo es la elección presidencial en cuatro semanas; el tercero es la discusión de si se va a poder o no retirar otro 10% de los fondos de las aseguradoras de pensión, que son la reserva crediticia de Chile. De lo que estamos hablando no hay una sola referencia.
¿Qué opina sobre la militarización de la Patagonia chilena a raíz del conflicto mapuche?
Gracias a Dios, tanto la fuerza militar como los carabineros han pasado por un proceso muy enérgico de reforma interna respecto de los conflictos sociales. Lo veo todos los días, porque la residencia está en el epicentro de las protestas (en Santiago de Chile).
¿La residencia ya fue refaccionada?
La refaccionamos todos los días. Ayer un diputado tocó el timbre ofreciendo pintar los muros de la residencia, que habían quedado mancillados por las leyendas. Le dijimos que sí, me pareció una cosa conmovedora. La embajada quedó en medio de una serie de edificios incendiados, es el único con apariencia de público, como si fuese el McDonalds del Obelisco, ese es el mejor parangón. Pero en las pintadas no hay una sola alusión a la Argentina.
En Chile, el conflicto mapuche motivó intervención de fuerzas federales, pero en Argentina el Gobierno se mostró reacio al principio, como dejó ver la carta del presidente Fernández a la gobernadora de Río Negro. ¿Qué camino aconsejaría?
La verdad que ninguna instancia oficial me pidió consejo. Hablé con la gobernadora y comprendo perfectamente el momento por el que está pasando. Y hablo a diario con las autoridades del Gobierno federal, pero no puedo aconsejar nada. Lo que le puedo decir es que Chile es un país unitario y así hay que juzgar desde el punto de vista jurídico la decisión del presidente (Sebastián) Piñera. No como nosotros que somos un país integrado por provincias que han retenido constitucionalmente funciones. Que en la República Argentina se resolviera la militarización de una provincia, sería mucho más complejo desde el punto de vista del ordenamiento.
¿La gobernadora de Río Negro le pidió explicaciones?
Yo la llamé para darle explicaciones, ella no me pidió nada, tuvo una actitud muy ecuánime y me contó cuáles eran los problemas que enfrentaba. Solo le pedí que no me juzgara por lo que decían, porque eran mentiras.
¿También habló con el Presidente?
Pero por supuesto. Diariamente hablo.
Debido a usted fue canciller, por su relevancia política ¿No entiende que haber participado de esa audiencia jerarquizó la importancia del encuentro y propició la controversia?
Antes de ser canciller, que fue antes de ser embajador en Chile, yo ya venía con una educación. Y en ella el cumplimiento de las normas, del deber y de los valores de conciencia siempre ocuparon el mismo lugar. Siempre fui la misma persona. Lo que digo es absolutamente verdad y vamos a ver quién es el que miente en esta historia. Al que le importe, se va a dar cuenta que se cometió una injusticia.
¿Le pasó en otras oportunidades de recibir críticas de este tenor?
A lo largo de mi vida, que ya es larga, muchas veces me han criticado por decir verdades que eran incómodas. Pero por mentir, jamás. Yo no miento.
¿Qué piensa de la actividad de la RAM y de Jones Huala?
En la Argentina rechazamos el derecho penal de autor, sino que respetamos el derecho del hecho. Si Jones Huala estuviera preso por formar parte de una organización terrorista, en carácter de asociación ilícita, la audiencia no hubiera tenido lugar, porque las normas de cumplimiento de la libertad condicional en Chile son muy estrictas con ese tipo de delitos, los de lesa humanidad y los de terrorismo.
¿Y a qué se atiene usted en el caso de Jones Huala?
Al estudio psicosocial. Yo no sé, cuando cese nuestra intervención, qué va a hacer la persona a la que ayudamos. La norma no me dice si usted sospecha que este hombre puede llegar a reincidir, no intervenga. Y la verdad, la evaluación del Gabinete psicosocial indicó que la posibilidad de reincidencia es mínima. Fue mejorando sus condiciones de peligrosidad.
¿A usted no le saltaron los sensores políticos con este caso?
No se trata de sensores políticos sino de responsabilidad funcional. Si yo no lo hubiera hecho y me denuncian por no asistir a un ciudadano argentino, hubiera tenido que soportar la consecuencia de que por encima de la sensibilidad política está la ley. No funciona evitar los problemas. Tengo la idea de cumplir con la ley y de ser fiel a mis convicciones morales. Si la política es el criterio ordenador, entonces para qué sirve la diplomacia.
¿Esos dos andariveles no se cruzan?
Sí, se cruzan. Y hay seres humanos que hacen otras opciones, cada uno vive la vida como quiere. Yo siempre pienso en el día siguiente al que me vaya. Y a mí me gusta imaginar que me van a recibir como una persona que honró el cargo. Hay quienes deciden distinto. Pero yo no me despego de nada y me hago cargo de todo.
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