El único senador que anoche mantuvo su voto en secreto hasta el final fue Emilio Rached, amigo personal y ex vicegobernador del santiagueño Gerardo Zamora, el más kirchnerista de los gobernadores radicales.
Hasta que se sumó a la Concertación, Rached era el prototipo del radical tradicional de su provincia. Entre 1995 y 2005 había sido tres veces intendente de Pinto, una ciudad del sur de Santiago del Estero, enclavada en la región más fértil de la provincia, zona sojera por excelencia.
Ayer, cuando Rached guardaba el más absoluto silencio, declaraciones que había hecho a una radio santiagueña salieron a la luz: el senador criticaba las retenciones. Pero esto no tranquilizó a los productores de su provincia y anoche unos cien ruralistas rodearon la casa del senador en Pinto.
Durante la intendencia de Rached, esta localidad se conservó siempre como un bastión del radicalismo, la ciudad que el matrimonio de Carlos y Nina Juárez nunca pudo conquistar.
En aquellos tiempos era impensable que Rached fuera a convertirse en un aliado del peronismo, pero en 2004 Zamora lo eligió como su compañero de fórmula y el 27 de febrero de 2005 Rached fue elegido vicegobernador por el Frente Cívico con el apoyo del kirchnerismo.
Convivencia difícil
Sin embargo, no fue fácil la convivencia de Rached con el ala justicialista del gobierno provincial. Sus enfrentamientos con el ministro de Gobierno de Zamora, José Emilio Neder, la pata peronista del gabinete, fueron constantes hasta que Rached cambió su cargo provincial por un lugar en el Congreso Nacional.
El año pasado se postuló como candidato a senador y ganó. Compartió la boleta con otra peronista: Ada Capellini. Juntos formaron el bloque del Frente Cívico en el Senado.
Rached tiene 49 años, está casado y tiene tres hijas. Su madre, de 64 años, sigue viviendo en Pinto.
Alfonsinista fanático desde 1982, se caracterizó por su lenguaje floreado y su predilección por las citas históricas. En la página web de la provincia de Santigo del Estero cuentan que Rached fue al colegio en Rosario y que empezó la carrera de Abogacía en la Universidad Católica de Santiago, pero no la terminó "debido a que su militancia política era ya más importante en pos de trabajar por la recuperación de la democracia".
