Quienes son y donde están los que intercambiaban mensajes con José López
Algunos siguen cerca del kirchnerismo e incluso tienen cargos públicos mientras que otros quedaron fuera del entorno del entonces matrimonio presidencial
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EL CALAFATE.- En las tres primeras audiencias de los alegatos de los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola en la causa de Vialidad se dieron a conocer intercambios de WhatsApp entre funcionarios del gobierno nacional y provincial de entonces, directivos del grupo Austral y hombres y mujeres del entorno de la familia Kirchner. Según pudo reconstruir LA NACION, hoy, la mayoría de ellos sigue dentro del círculo cercano del kirchnerismo. Los que no, están en el ostracismo.
En la jornada del viernes, Luciani mostró como el hoy diputado nacional Máximo Kirchner decidía sobre los proyectos que beneficiaron a Lázaro Báez, aún cuando no tenía entonces ningún cargo en la provincia ni en la Nación. El entonces secretario de Obras Públicas, José López le enviaba mensajes de WhatsApp a Máximo a través de Matías Bezi para consultarlo por las obras, preguntarle su opinión y buscar conformidad.
En el momento del intercambio de mensajes mostrado, en 2014, Bezi era diputado provincial de La Cámpora, cargo al que había llegado en 2011. Tras cumplir dos mandatos como diputado, fue elegido para uno de los lugares que los Kirchner prodigan solo a sus cercanos,: el directorio del Banco Santa Cruz. Allí estuvieron el excontador de la familia presidencial, Víctor Manzanares, y Carlos Zannini. Bezi ingresó como director titular de las acciones clase A en 2019 y renunció en el 2021 cuando fue promovido como gerente de YPF, cargo que aún reviste.
Máximo Kirchner confía plenamente en él. El año pasado, cuando la justicia levantó el embargo sobre los bienes de los Kirchner, Máximo y su hermana Florencia lo designaron como uno de los administradores de sus propiedades. La aparición de su nombre en los chats de López aquí no sorprendió. Desde que en el 2011 encabezó la retirada de La Cámpora del gobierno de Peralta, se consolidó como un referente local de la agrupación.
Bezi no es la única persona a través de la cual José López se comunicaba con Máximo Kirchner. En la jornada del lunes, los fiscales mostraron un intercambio con Rocío García, la exesposa del actual diputado nacional. En ese entonces ella era Coordinadora de Articulación Local de Políticas Socio Sanitarias, luego asumiría como ministra de Salud de Alicia Kirchner en tanto que en la actualidad es una de las diputadas camporistas en la legislatura provincial.
Entre las pruebas que reveló el fiscal Luciani en la primera jornada del alegato en la causa Vialidad, mostró el asiduo intercambio entre el exsecretario de Obras Públicas, José López – conocido masivamente por revolear bolsos con dólares en un convento- y el entorno de los Kirchner para que Austral Construcciones cobrara cifras millonarias en tiempo récord en 2015 y evitar que los pagos se frenaran con el cambio de gobierno.
Por el lado de Austral el interlocutor era Julio Mendoza, presidente de Austral Construcciones y mano derecha de Lázaro Báez. Mendoza es un ingeniero chaqueño, se desempeñaba en Gotti Hnos cuando Báez desembarcó en la empresa en el 2002 como veedor del Banco Santa Cruz. Gotti estaba quebrada, Báez ingresó a la empresa y con la transferencia de fondos concretada, pasó a gerenciar Gotti Hnos. En el 2003 creó Austral y nombró a Mendoza como presidente de Austral, cargo en el que estuvo, según los registros oficiales hasta el 2015.
El chaqueño tenía amplio conocimiento de las obras y las empresas de Baéz, en 2006 le acercó a Báez la constructora “Sucesión Adelmo Biancalani”, a cuya familia conocía de Chaco, y piloteó la adquisición de Austral del 55% de las acciones de la Sucesión. En 2009 Mendoza, empezó a pivotear entre Chaco y Santa Cruz, y orientó a sus hijos en la constitución de Magdal SA, una SA habilitada para el transporte, la construcción y el arrendamiento de campos, pero él no figuró como socio, de acuerdo a los registros públicos consultados.
Tras su alejamiento de Austral, Mendoza regresó a Chaco, se alejó de Báez y hoy con 67 años trabaja en el armado de sus defensas: quedó dentro de los condenados a prisión por lavado de activos en la Ruta del Dinero K, involucrado en otra causa por evasión fiscal en las empresas de Báez y es parte del pelotón de procesados del segundo tramo de la causa Vialidad por haber contribuido de manera “esencial” con la presunta asociación ilícita, según la acusación fiscal.
El secretario de Obra Pública, López intermediaba con el secretario de Cristina Kirchner, Mariano Cabral para comunicarse con ella, tal como quedan reflejados en los mensajes presentados por fiscalía. Cabral, de 37 años, sigue siendo uno de los secretarios más cercanos a Cristina. Entre el 2016 y el 2018 estuvo nombrado en el Consejo de la Magistratura y hoy es Prosecretario Administrativo del Senado. En los hechos es quien organiza las reuniones dentro y fuera del Senado de la vicepresidenta y su teléfono es el filtro para llegar a ella.
El que quedó fuera del círculo es Amílcar Fredes, el secretario de López mencionado en los intercambios, era Coordinador General del ministerio de Planificación Federal, Inversión Publica y Servicios. Fredes era el nexo entre López y la Dirección Nacional de Vialidad, concurría a consultar el estado de los certificados de obra del grupo Austral. Hoy de 70 años, no aparece con actividad pública, sólo su esposa en el 2016 se encontraba nombrada en la AFIP. En 2017, ya fuera de la función pública pasó a ser accionista de Blue State SRL.
De este grupo, José López, sobre cuyo teléfono se reconstruyeron los intercambios de Whats App que podrían complicar a la vicepresidenta, se encuentra hoy en libertad condicional y dejó el programa de protección de testigos, pero su salud se deterioró. En abril pasado se supo que tuvo un ACV que lo obligó a estar internado, luego siguió un tratamiento ambulatorio y ahora mismo sigue bajo cuidados médicos, dijeron a LA NACION fuentes judiciales.
Con la colaboración de Ricardo Brom