Quién es Silvina Batakis, la presidenta del Banco Nación que busca sobrevivir al escándalo de las contrataciones
Fue ministra de Economía durante 24 días y tras su abrupta salida se aseguró una silla al frente de la entidad financiera, a donde contrató a su exmarido como gerente
- 7 minutos de lectura'
Fue ministra de Economía de la Nación durante 24 días. Básicamente, el tiempo que duró la negociación entre Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa para que el entonces presidente de la Cámara de Diputados desembarque en el Palacio de Hacienda. Tras reemplazar efímeramente a Martín Guzmán, Silvina Batakis se enteró que debía abandonar el cargo más alto de su vida política en una escala del vuelo que la traía desde Washington, a donde había viajado para presentarse oficialmente como ministra ante las autoridades del Fondo Monetario Internacional. Estaba “abatida”, reconocieron en su entorno, pero no por eso bajó los brazos: perdió su silla, pero se aseguró la presidencia del Banco de la Nación.
La “Griega” no parece haber bajado los brazos tampoco ahora, pese a quedar en medio del escándalo por las designaciones en el Banco Nación, que incluyen la millonaria contratación de una numeróloga, Verónica Laura Asad, pero también el nombramiento del propio exmarido de Batakis, Héctor Javier Silva, como gerente de Sistemas, un puesto clave de la entidad.
Lejos de dar un paso al costado, Batakis acordó hoy con Massa echar a su mano derecha, María del Carmen Barros, la gerenta general que contrató a “Pitty”, la numeróloga, cuyo caso fue revelado por una investigación del programa de Jorge Lanata, PPT.
Massa y Batakis buscaron salir hechos de la polémica. “Le pedí la renuncia de la gerenta”, hizo trascender Massa después de su encuentro con Batakis, para convertirse en autor del correctivo. Como sucedió con Martín Insaurralde, al que luego de salir del debate presidencial le pidió públicamente que renuncie a su candidatura a concejal en Lomas de Zamora, a raíz del escándalo que protagonizó por su viaje de lujo a Marbella, con yate, regalos millonarios y modelo incluida. Batakis, por su parte, conservó la silla a la que accedió el 9 de agosto de 2022.
El tránsito de Batakis por el Banco Nación no fue apacible. Para allanar su desembarco, el Gobierno echó a tres directores del banco: Claudio Lozano, Federico Sánchez y Guillermo Wierzba. “Me parece una situación insólita que se descabece a una institución que ha tenido un gran desempeño, sólo para compensar a Batakis”, dijo Lozano antes de presentar su renuncia.
Como contó Diego Cabot en La NACION, Batakis consolidó una tendencia contracíclica en el sector: mientras toda la banca fue restrictiva con el ingreso de nuevos empleados, la fugaz exministra hizo crecer la planta de empleados del Banco Nación. Además de su exmarido y la numeróloga, incorporó 334 empleados nuevos desde julio del año pasado hasta agosto, último dato oficial que publica el Indec todos los meses. Fue a contramano del decreto 426 del 21 de julio de 2022, quizás el más significativo de su breve paso por Hacienda, con el que buscó prohibir que continúe creciendo la planta del Estado.
Funcionaria de Scioli y De Pedro
Hasta el 4 de julio de 2022, cuando asumió al frente del Palacio de Hacienda, el puesto de mayor exposición de Batakis había sido el Ministerio de Economía bonaerense en el gabinete de Daniel Scioli, al que arribó de la mano de Alejandro Arlía, que entonces lideraba el grupo “Peronistas sin fronteras”. Tras la derrota del motonauta en las elecciones presidenciales de 2015, Batakis debió esperar cuatro años para recuperar protagonismo, como secretaria de Provincias del Ministerio del Interior que conduce el camporista Eduardo “Wado” de Pedro.
Como ministra de Scioli, le tocó pelear y perder la batalla para que Cristina Kirchner y su ministro de Economía Axel Kicillof habilitaran más fondos a la provincia. Tras la derrota en esa pulseada, tuvo que anunciar el desdoblamiento de los aguinaldos mediante un decreto, una medida que, según dijo, la dejó “angustiada”, y que desencadenó una huelga de estatales y docentes. En 2012, la provincia enfrentó 17 días de paro de los maestros. En 2013, sufrió 19 huelgas. En 2014 tocó su pico, con 20 días de escuelas cerradas.
Como funcionaria de Alberto Fernández y De Pedro, Batakis encabezó la batalla para que la ciudad de Buenos Aires no recupere en la Corte Suprema los fondos de la coparticipación que la Casa Rosada le retrajo en 2020, primero con un decreto de Alberto Fernández, luego con una ley del Congreso. Algunas fuentes la señalan como ideólogo de ese recorte.
En sesiones “pedagógicas” ante periodistas, Batakis no solo desplegaba con pasión los argumentos para defender esa quita de fondos, sino también los datos para dar un paso más: probar que la administración de Horacio Rodríguez Larreta había tomado fondos federales en exceso y que, por ende, más que exigir debe devolver dinero a la Nación. Con ese planteo y como funcionaria de Interior, Batakis desarrolló vínculos con los gobernadores
En la órbita del Ministerio del Interior, Batakis, que también fue titular del Centro de Estudios Federales (Cefed), presidió el Fondo Fiduciario Federal de Infraestructura Regional, con el que anunció obras en distintas provincias. Desde la Secretaría de Provincias, anudó reuniones con actores económicos como la Unión Industrial Argentina (UIA).
La mujer que entonces le llevaba los números a Scioli no era política, sino una funcionara técnica que transpiraba la interna feroz entre el exgobernador y la expresidenta. Así y todo, dentro de las tribus del sciolismo siempre fue identificada en el plano más cercano al pensamiento kirchnerista. Su incorporación a la tropa de “Wado” de Pedro, años después, confirmaría esa proximidad.
En 2013, como ministra provincial, Batakis ajustó las clavijas para que ARBA aumentara la recaudación del impuesto a la herencia. En 2021, como funcionaria de Interior, impulsó diálogos con gobernadores para que otras provincias empezaran a cobrar ese gravamen.
Nacida en Tierra del Fuego, Batakis siempre prefirió el bajo perfil, salvo para profesar su amor por la camiseta azul y amarilla. “Es ferviente seguidora de Boca. Va a la cancha sola o con su hijo. A su marido no le gusta el fútbol, pero ella se vuelve loca”, dijo un compañero del gabinete sciolista, que en ese entonces la describió como “simpática, optimista y divertida”.
Egresada de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Plata, Batakis se diplomó con un máster en Finanzas públicas provinciales y uno en Economía ambiental de la Universidad de York, Inglaterra. Obtuvo diversas becas en el exterior. Se capacitó en Francia, Inglaterra y Chile. Su referente en Economía era entonces Patricio Narodowski, un economista heterodoxo. Hoy se presenta como doctoranda de la Universidad Austral.
Batakis ascendió en el gabinete sciolista de la mano del exministro Arlía, quien murió en julio de 2016. Cuando Arlía fue titular de Economía en el gabinete de Scioli, ella fue su jefa de asesores y subsecretaria de Hacienda. Y en 2011, al dejar la cartera económica para ir a Infraestructura, Arlía la propuso como su sucesora. Entonces, Batakis tuvo la oportunidad para la que se había preparado a lo largo de toda su vida académica: acompañó a Scioli entre 2011 y 2015 como ministra de Economía provincial.
Batakis fue también una presencia habitual en las manifestaciones y actos del PJ cuando la fuerza perdió el poder, durante los cuatro años de la presidencia de Mauricio Macri. Integró la Comisión de Economía del partido, lugar que compartió con Kicillof, Roberto Feletti y Débora Giorgi.
En 2015, sonó con fuerza como ministra de Economía de la Nación si Scioli accedía a la Presidencia. Batakis llegó al cargo seis años después, con el motonauta como ministro -también efímero- de la Producción.
Informe de María José Lucesole y Javier Fuego Simondet
Otras noticias de Silvina Batakis
Más leídas de Política
Por tiempo indeterminado. El Gobierno aplicó una severa restricción a Di Zeo en medio del enfrentamiento con Bullrich
Solo en Off. La elegante y “liberal” venganza del despedido embajador Lagorio
Interna sin fin. La estrategia del Gobierno para reducir a Villarruel a “tocar la campanita” en el Senado
Con acusaciones cruzadas. Elecciones en la DAIA: un empresario amigo de Milei enfrenta a un joven dirigente comunitario