Qué es la ley de Emergencia Administrativa y por qué derivó en un escándalo
Hubo gritos, insultos y empujones entre los legisladores que la votaron; trabajadores estatales y sindicales rompieron vidrios y quemaron parte de la legislatura provincial
LA NACION
La legislatura bonaerense sancionó hoy la Ley de Emergencia Administrativa que la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, entiende como vital para acelerar los procesos de su gestión.
La sanción de la Ley se dio mientras miles de empleados públicos, docentes, médicos, estudiantes, policías, trabajadores judiciales, de minoridad, de Astilleros Río Santiago y del Banco Provincia, manifestaban frente a la Casa de Gobierno y la Legislatura bonaerense, en La Plata, para repudiar la iniciativa.
De hecho, un grupo de manifestantes llegó a romper la valla de calle 7 entre 51 y 53, arrojó piedras a la puerta de ingreso lateral de la Legislatura y prendió fuego cubiertas sobre la rambla de acceso al edificio.
A su vez, dentro de la legislatura, hubo gritos, insultos y empujones entre los legisladores que la votaron.
Todo empezó cuando Jorge Silvestre, presidente del bloque de Cambiemos, presentó una moción de orden para que se vote la ley sin discusión, ante la intención del FPV de estirar la discusión hasta que llegasen representantes de los gremios. Allí comenzó una serie de gritos, insultos y empujones por parte de algunos de los legisladores cercanos al kirchnerismo, que increpaban al presidente del cuerpo, Jorge Sarghini.
¿Por qué la Ley generó un escándalo?
La ley establece que se reducirán los plazos de las licitaciones públicas para la adquisición de bienes y servicios de las diferentes áreas del Estado provincial.
También dicta plazos más cortos para que los organismos del Estado se expidan sobre los trámites.
Los puntos de conflicto son los artículos 25 y 26 de la Ley, que crean un nuevo régimen de contratación de la administración pública y a lo que denomina "Personal de Gabinete".
Para ello, autoriza a los ministros y titulares de órganos descentralizados a contratar a una persona para que preste un servicio determinado sin sujeción a un resultado concreto, siempre que responda a una necesidad de carácter transitorio o estacional debidamente documentada y que por su complejidad o especialización no pueda ser cumplida por personal permanente.
Establece además que la celebración del contrato no generará una expectativa o derecho a prórroga, ni creará una relación laboral de dependencia, y que una vez operado su vencimiento, el contratado deberá finalizar las tareas a su cargo sin derecho a remuneración adicional alguna.
Con información de agencia Télam
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