Qué dijo Estela de Carlotto el día que se encontró con su nieto por primera vez
Su sonrisa desbordaba de felicidad. Como ella misma contó ese agosto de 2014 en que sus 36 años de lucha tuvieron recompensa, "la silla vacía, va a estar con él y los portaretratos vacíos, que lo estaban esperandom van a tener su imagen". Quien hablaba era Estela de Carlotto , la presidenta de la organización Abuelas de Plaza de Mayo, y su alegría tenía nombre: Ignacio Guido Carlotto Montoya.
Le habían confirmado que era su nieto "en un 99,999 por ciento" y con esas palabras el sueño de que algún día le toque a ella se cumplió. En exclusiva y en esos días en que sentía que nada le borraría la sonrisa, Carlotto intentó poner en palabras su emoción: "Es un caso especial para mi porque aparte de la dicha de haberlo encontrado y de que ese ruego que dije: 'No quiero morir sin abrazarlo' se cumplió, me da alegría ver qué clase de persona es".
Y celebró: "Laura debe estar sonriendo desde el cielo. 'Mi mamá no se va a olvidar de lo que están haciendo y los va a perseguir', había dicho. Y ahora estará diciendo: 'Mamá, ganaste una batalla larga'". Ella lo ve como una misión cumplida pero no como el cierre de esta historia porque aún falta encontrar 400 nietos. "Hay que seguir buscando los que faltan porque otras abuelas tienen que sentir lo que siento yo hoy".
Según Nicolás Gils Lavedra -el director de la película "Verdades Verdaderas: la vida de Estela"- hay algo en la mirada de esta abuela que lo cautiva. "Es una cuestión energética", resumió ese mismo año el cineasta que, con esta obra, quiso transmitir "el nacimiento de una mujer y de un carácter y de cómo ciertas condiciones hacen a una lucha".
La búsqueda de Carlotto comenzó en 1978 con la citación a una comisaría de Isidro Casanova. En esos años, como tantas mujeres, se ató el pañuelo blanco y comenzó a ir, religiosamente, a la Plaza de Mayo a pedir justicia. Luego de muchos años, en junio de 2014, Ignacio Guido envío un mail a la organización que ella preside y el 5 de agosto pudo ponerle rostro a su lucha.
El nieto recuperado número 114 por esta organización es hijo de Walmir Oscar "el Puño" Montoya y Laura, la hija de Estela de Carlotto. Los dos eran montoneros y fueron asesinados en la dictadura militar. Cuando fueron capturados, Laura estaba embarazada y esperaba un varón a quien decidió llamar Guido, en honor a su abuelo materno.
Laura dio a luz mientras estaba en cautiverio en el centro clandestino "La Cacha". Y, en medio de este dolor, nació Guido el 26 de junio de 1978, en el Hospital Militar. Con sus dos padres asesinados, el bebe fue entregado a otra familia y recibió el nombre de Ignacio Hurban aunque, el año pasado, al recobrar su identidad decidió adoptar los apellidos de sus papas biológicos y el nombre que ellos habían pensado para él.
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