Puricelli ordenó a la Armada separar de inmediato a dos oficiales
Para "garantizar la transparencia" en la investigación fueron apartados el contralmirante García Grigioni y el capitán Veccia, responsables del mantenimiento del buque
Luego de haberse reunido con la Presidenta, el ministro de Defensa, Arturo Puricelli , ordenó ayer la separación de dos oficiales de la Armada, para "garantizar la transparencia" de la investigación iniciada para intentar explicar por qué se hundió el lunes último el destructor Santísima Trinidad, en la Base Naval de Puerto Belgrano.
Se trata del jefe de Mantenimiento y Arsenales de la Armada, contralmirante Alberto Francisco García Grigioni, que desde hace un año tenía a su cargo el control del estado y la revisión de todas las unidades, y del jefe del Grupo de Desafectación del destructor, capitán de navío Marino Lorenzo Veccia, responsable del equipo encargado de mantener la integridad del barco que había sido insignia en la Guerra de Malvinas y retirado de la flota naval en 2004.
Puricelli ordenó por carta al jefe de la Armada, almirante Daniel Alberto Martin, disponer de inmediato la separación de ambos oficiales y justificó su decisión en la necesidad de "favorecer el curso de la investigación" y "garantizar la transparencia y objetividad de lo actuado".
Incluso, le encomendó resguardar "la información, en soporte papel o digital, obrante en los despachos de los causantes".
Fuentes navales interpretaron esta orden como un virtual allanamiento de las oficinas de García Grigioni y de Veccia, pese a que el ministro de Defensa no radicó ninguna denuncia en la Justicia y tampoco intervino de oficio ningún juez.
La decisión de apartar a ambos oficiales, que cumplían funciones en la Base Naval de Puerto Belgrano, apunta a sumar elementos para sostener la tesis de que el barco se hundió a raíz de un sabotaje, como denunció por televisión 36 horas después de ocurrido el hecho.
Con su denuncia de sabotaje y las sucesivas órdenes transmitidas al jefe de la Armada para iniciar un sumario y, ahora, separar a dos jefes navales, Puricelli mantiene el protagonismo en el curso de la investigación. Incluso, según pudo saber LA NACION, no descarta trasladarse en los próximos días a la Base Naval de Puerto Belgrano para inspeccionar en persona el sitio donde se hundió el buque de la Armada.
El ministro le ordenó también al almirante Martin "garantizar la absoluta restricción de tránsito y acceso al sector donde se encuentra el buque".
La prohibición alcanza al "personal civil como militar ajeno a la investigación, con independencia del nivel jerárquico que ostente, a excepción de aquellos expresamente autorizados por este ministerio".
Le permite el acceso al propio almirante Martin, pero le aclara que "deberá ser registrado por la guardia de prevención en cada visita que realice".
Ante una consulta de LA NACION, en la Armada se informó que Martin se enteró de la decisión del ministro al recibir la carta, aunque fuentes del Gobierno dejaron trascender la posibilidad de que el jefe de la Armada y el ministro de Defensa se hubieran comunicado en algún momento de la jornada.
En los últimos días, Puricelli insistió en que el buque no se hundió por un problema presupuestario, sino por deficiencias "en la atención y vigilancia mínima que debía tener la guardia asignada". Eso implica, por ejemplo, la posibilidad de "haber dejado abiertas las puertas de los compartimientos", lo que podría haber facilitado el avance del agua en el interior del barco. Esa hipótesis, en la teoría del ministro, podría encuadrarse en la figura del sabotaje.
Los oficiales apartados
De los dos jefes navales relevados, García Grigioni, por su condición de contralmirante, reúne mayor jerarquía. Pese a ello, fuentes navales dejaron trascender que, al margen del caso del barco hundido en el puerto, no iba a ser tenido en cuenta en una futura reestructuración de la cadena de mandos en la jerarquía naval.
De 55 años, García Grigioni había asumido en febrero del año pasado la jefatura de Mantenimiento y Arsenales, un área creada para centralizar y administrar los recursos materiales y humanos para la conservación en condiciones de las unidades de la flota de mar, la aviación naval, la infantería de marina y la fuerza de submarinos.
La actividad que hasta ayer estaba bajo su control se desarrolla en los arsenales ubicados en las bases navales Puerto Belgrano (Punta Alta), Comandante Espora (Bahía Blanca), Azopardo (Azul) y Mar del Plata.
El oficial Veccia era el jefe del equipo encargado de realizar las guardias en el buque desactivado. "Su función era garantizar las inspecciones diarias para detectar problemas y alertar ante eventuales anomalías, para que se pudieran corregir", explicó un oficial retirado que conocía el destructor Santísima Trinidad por dentro.
A. García Grigioni
Contralmirante
- Veterano de Malvinas, conducía desde hace un año el área de Mantenimiento y Arsenales de la Armada. Era responsable de verificar el estado de la flota de mar, la aviación naval y submarinos
- También fue relevado el capitán Marino Lorenzo Veccia, jefe del Grupo de Desafectación del destructor. Debía garantizar la vigilancia del buque, amarrado en la Base Naval de Puerto Belgrano