Pulseada contra reloj: el Gobierno quiere apurar la votación de la Ley Bases y el paquete fiscal, pero no consigue el aval de la oposición
Dispuesto a aceptar modificaciones, el oficialismo en el Senado apunta a concluir el trabajo en comisiones el martes; la larga lista de expositores y la intención de algunos senadores de dar una “discusión seria” atentan contra ese objetivo
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El Gobierno retoma este lunes la discusión de la Ley Bases y el paquete fiscal en el Senado con un nuevo cronograma. Resignado a que la oposición introducirá cambios en los proyectos del Poder Ejecutivo, intentará concluir su discusión en comisiones este martes. Los bloques con los que el oficialismo deberá trabar acuerdos, no obstante, ponen en duda este deadline informal y cuestionan su disposición al diálogo.
“Todavía no tienen las firmas”, sentenció una senadora clave para sellar la suerte de las iniciativas de Javier Milei. Con el kirchnerismo abroquelado en el rechazo y la intención de varios referentes de la oposición colaborativa de sesionar el 30 de este mes, la administración libertaria deberá ajustar sus plazos legislativos para evitar un revés mayor. Los dictámenes, con modificaciones, también tendrán que pasar el filtro de la Cámara de Diputados.
Al igual que en la Cámara baja, el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, es quien se puso al hombro el diálogo con los senadores. Hace equipo con María Ibarzábal, secretaria de Planeamiento Estratégico. Ambos pasearon en los últimos días por los despachos de algunos de los legisladores que deberán rubricar los dictámenes. Según pudo saber LA NACION, el tránsito de los funcionarios por los pasillos del Senado fue un primer acercamiento, después de una semana en la que las conversaciones entre el Gobierno y los diferentes espacios políticos escasearon.
“Se comunicaron para que podamos sentarnos a ver cómo mejorar los puntos marcados”, precisó a LA NACION un referente de los bloques amigos. Si bien destacó que “aún no hubo reunión”, indicó que será parte del trabajo que comenzará este lunes. “Veo difícil que se llegue a cambiar el dictamen para el martes. Para hacer las cosas bien y mejorar, siempre es mejor verlo seriamente y no a las corridas”, sumó.
Algo similar manifestó el senador de UCR, Maximiliano Abad, quien habló de “falta de gestión de ley” y consideró que “no habrá dictamen esta semana”. “El oficialismo escucha pero no se implementan los cambios. Si continúan con este formato, no va a haber dictamen esta semana. No busquen más culpables”, aseguró.
El rol del ministro del Interior, Guillermo Francos, está anclado en el diálogo con los gobernadores que cuentan con terminales concretas en la Cámara alta. Sin embargo, tal como contó LA NACION, el viernes conversó con el radical Martín Lousteau para acercar posiciones. En esa cumbre, de la que también participó Eduardo “Lule” Menem –ladero de Karina Milei–, el presidente del Comité Nacional de la UCR se comprometió a enviar un listado con sus observaciones. El senador libra una batalla pública con el Presidente y amenaza con sumar adeptos para voltear algunos puntos del blanqueo y del Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI).
En paralelo, Ezequiel Atauche, jefe de bloque de La Libertad Avanza (LLA), también es parte de la caza de votos. Funciona en tándem con Bartolomé Abdala, presidente provisional del Senado y titular del plenario de comisiones. Por separado, este dúo dialogó en los últimos días con algunos legisladores que todavía muestran reparos a las iniciativas del Ejecutivo. Uno de sus aliados es el salteño Juan Carlos Romero (Cambio Federal), quien oficia de articulador para evitar un desmalezamiento de los proyectos.
De hecho, en la reunión informal de jefes de bloque que se improvisó el jueves después de la postergación de la discusión en la comisión de Presupuesto, Romero insistió a sus pares en la necesidad de que las modificaciones sean definidas “entre algunos”.
A pesar de estos avances, la nueva fecha límite para concluir el trabajo en comisiones también genera dudas en el oficialismo. “Vamos a intentarlo”, señaló a LA NACION un referente libertario, quien expuso vacilaciones para cumplir el cronograma fijado. “Hay acercamientos, pero no está todo cerrado”, se sinceró.
La semana pasada, el Gobierno tuvo un baño de realidad. Determinados a despachar los proyectos en cuatro días, se vieron obligados a posponer su discusión en comisiones ante la falta de avales. Fue durante el paro general, sin el kirchnerismo y con una “oposición colaborativa” que advirtió desde el primer día que la Cámara alta “no es una escribanía”.
La nueva fecha fijada por el Gobierno estará marcada por dos momentos claves. Será después de escuchar a los expositores propuestos por los distintos bloques integrantes de las comisiones intervinientes: Presupuesto y Hacienda en el debate por el paquete fiscal; y esta más Asuntos Constitucionales y Legislación General en la Ley Bases. Este miércoles, en tanto, está prevista una sesión especial en la que el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, inaugurará su obligación constitucional de “informar la marcha del gobierno” a los legisladores. Un acontecimiento esperado por la oposición, que desde hace meses objeta la falta de protagonismo del funcionario nacional en el diálogo con el Congreso.
Es probable que los 46 disertantes que propusieron UCR, Pro, Unión por la Patria (UP) y las bancadas del peronismo no kirchnerista dilaten el cronograma previsto por el oficialismo. Acorralado ante la catarata de cuestionamientos que los espacios no kirchneristas marcaron a los emisarios del Poder Ejecutivo, los libertarios no pudieron sortear el pedido de extender la lista de invitados.
Mientras se sucedan los oradores en la reunión plenaria, que comenzará este lunes a las 15, el oficialismo buscará acercar posiciones con la oposición. Será tras bambalinas y a contra reloj, con referentes que ya le marcaron la cancha a Gobierno y no muestran indicios de modificar su posición.