Procuración: Cristina Kirchner le baja el pulgar a la candidatura de Daniel Rafecas
El kirchnerismo planea aprobar la reforma del Ministerio Público Fiscal antes que tratar el pliego del candidato propuesto por Alberto Fernández a poco de asumir
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El pliego de Daniel Rafecas no se mueve. Ni las advertencias del juez federal, que dijo que renunciará a su postulación si cambian las mayorías para nombrarlo; ni la presión de Juntos por el Cambio, que ahora daría los dos tercios para designarlo procurador general, harán cambiar la decisión de Cristina Kirchner de avanzar con la reforma de la ley orgánica del Ministerio Público.
Así se lo confirmaron a LA NACION fuentes del bloque oficialista del Senado, quienes aseguraron que la vicepresidenta no piensa activar, al menos por el momento, el trámite legislativo del pliego enviado por Alberto Fernández el 10 de marzo del año pasado. Desde entonces, la postulación de Rafecas duerme el sueño de los justos en un cajón de la Comisión de Acuerdos, celosamente custodiado por su presidenta, Anabel Fernández Sagasti (Mendoza), miembro de La Cámpora y una de las senadoras preferidas de Cristina Kirchner.
Alumna aplicada y brazo ejecutor de muchas órdenes de la vicepresidenta, la senadora mendocina tiene la llave para movilizar la designación de Rafecas como jefe de los fiscales, cargo clave que se encuentra vacante desde que Alejandra Gils Carbó renunció el último día de 2016.
Sin embargo, Fernández Sagasti nunca se preocupó (en realidad, nunca recibió la orden de su jefa política) por avanzar con el pliego de Rafecas más allá de iniciar el proceso de impugnaciones y de adhesiones a la candidatura.
En medio de la cuarentena estricta, cuando la pandemia de coronavirus era todo incertidumbre, el argumento para postergar el tratamiento era la dificultad de realizar de manera virtual la audiencia pública.
Sin embargo, poco tiempo después Cristina Kirchner demostró que la virtualidad no iba a ser obstáculo para el funcionamiento del Senado y su agenda legislativa basada en combatir a los “personeros del lawfare” que el macrismo lanzó en su contra durante los cuatro años que estuvo en el llano político.
La virtualidad tampoco impidió que la Comisión de Acuerdos celebrara más de una decena de audiencias públicas para discutir cerca de un centenar de pliegos judiciales, muchos de ellos de sumo interés para la vicepresidenta, como el que designó a uno de sus abogados, Roberto Boico, como camarista federal.
Mientras esto ocurría, el Poder Ejecutivo, con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, a la cabeza, repetía como un mantra que la culpa era de la oposición, porque no daba sus votos. Ahora, también Alberto Fernández repite ese argumento.
Cambio de rumbo
Sin embargo, eso no es lo que ocurrió en el Senado. Todo cambió en septiembre del año pasado, cuando Cristina Kirchner se dio cuenta que su embestida para desplazar al procurador interino Eduardo Casal era un fracaso. Complicado el camino para modificar la composición del jury disciplinario de fiscales y sin los votos en el Congreso para impulsar el juicio político del funcionario, la vicepresidenta decidió dar un volantazo y cortar camino modificando las reglas de juego, con una nueva ley orgánica del Ministerio Público.
La jugada se pergeñó a fines de octubre y el proyecto fue aprobado por la mayoría oficialista de la Cámara alta el 28 de noviembre último.
Sin consenso de la oposición, la iniciativa quedó congelada en Diputados. Por ese parate, entre otras causas, Marcela Losardo terminó eyectada del Ministerio de Justicia. No en vano la reactivación de su tratamiento fue la primera misión que se fijó su reemplazante, Martín Soria. Con el dictamen de comisión firmado la semana pasada como una espada de Damocles ante cualquier descuido de la oposición en Diputados, Juntos por el Cambio volvió a lanzar, como en noviembre último, cuando la reforma del Ministerio Público avanzaba en el Senado, un operativo clamor por Rafecas.
La propuesta tomó nivel oficial en la sesión del último jueves, cuando el senador Martín Lousteau (UCR-Capital) dijo que Juntos por el Cambio estaba dispuesto ya no solo a habilitar el tratamiento del tema, sino a dar sus votos para que Rafecas se convierta en Procurador General.
“Nosotros dimos un paso, que es decir que presenten, que inicien el tratamiento del pliego del procurador, que nosotros vamos a dar los dos tercios para que pueda ser aprobado, para poder dedicarnos a las cosas que corresponden”, prometió Lousteau en el recinto del Senado.
Pero la oferta no conmovió al kirchnerismo. La orden es avanzar a fondo con el proyecto de ley para poder nombrar un procurador general del agrado de Cristina Kirchner. “Los muchachos ahora quieren sostener la reforma”, le dijo experimentado legislador oficialista para explicar el rechazo de la oferta opositora y confirmar que, para el kirchnerismo, Rafecas es historia
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