Primer coletazo del rechazo de Larreta a unificar la candidatura a gobernador: Bullrich cerró un acuerdo con Héctor Gay en Bahía Blanca
La exministra reclutó al jefe municipal después de que su competidor en la interna presidencial cerrara la chance de compartir a Santilli en Buenos Aires
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La decisión de Horacio Rodríguez Larreta de clausurar la posibilidad de unificar la candidatura a gobernador en Buenos Aires provocó hoy el primer movimiento de fichas en el tablero bonaerense. El intendente de Bahía Blanca, Héctor Gay, quien había mantenido hasta ahora una alianza con el larretismo, cerró un acuerdo con Patricia Bullrich y anunció que apoyará a la exministra como candidata a presidenta.
Gay oficializó su pase tras reunirse con Bullrich en las oficinas de campaña que tiene la referente opositora en el centro porteño. “Mi candidata a presidente es Patricia y voy a trabajar para gane”, enfatizó Gay. Su desembarco fue gestionado por Sebastián García de Luca, discípulo de Emilio Monzó y arquitecto del proyecto de Bullrich en Buenos Aires. Al igual que otros intendentes de Pro, como Julio Garro (La Plata) o Pablo Petrecca (Junín), Gay había presionado a Larreta para que acepte la idea de acordar con Bullrich un mecanismo para definir un postulante único a la gobernación. En concreto, pretenden que Larreta y Bullrich extrapolen el acuerdo de la ciudad, donde el Pro ungirá a Jorge Macri o Fernán Quirós a través de encuestas, a la provincia.
Sin embargo, Larreta no está dispuesto a compartir con Bullrich la boleta de Diego Santilli, su gran apuesta electoral desde 2021 y el dirigente mejor posicionado en los sondeos. Esa resistencia generó malestar entre caciques bonaerenses de Pro. Es que el crecimiento de Bullrich en las encuestas en distritos influyentes, como Bahía Blanca o La Plata, hizo que los jefes municipales reclamaran evitar la confrontación en la categoría de gobernador.
Larreta entiende que pagaría un costo excesivo si no acapara la carta de Santilli. Cree que le puede ganar la interna a Bullrich con el apoyo de su exvicejefe en Buenos Aires, por lo que no está dispuesto a conceder ese activo. En Uspallata, sede de la administración porteña, remarcan que Bullrich tampoco quería tener la boleta de Santilli. De hecho, dijo que el diputado representaba un “proyecto distinto” al suyo. Fue parte del pacto que sellaron el lunes Larreta y Bullrich ante Macri y María Eugenia Vidal en Recoleta. “Esto puede generar un efecto dominó en los indecisos”, aventuraron en la mesa de Pro en Buenos Aires tras el pase de Gay a las filas de Bullrich.
Gay acordó que Nidia Moirano, su delfín en Bahía Blanca, irá colgada de la boleta presidencial de Bullrich. En el entorno del intendente aseguran que Bullrich lideraba la encuestas en ese territorio y argumentan que tiene un perfil más compatible con la figura de Moirano que Larreta, lo que le garantiza a Gay no perder el control de su comuna. De esa forma, Bullrich se comprometió a desactivar su pacto con el diputado provincial Lorenzo Natali, a quien promovía para desafiar a Gay. Son daños colaterales de su expansión en el vasto territorio bonaerense.
Los “acuerdistas” de Pro en Buenos Aires redoblarán la presión sobre Larreta y Bullrich para que revean su decisión. Ese grupo de intendentes cree que los presidenciales de Pro cometen un error estratégico que podría comprometer un triunfo de Juntos, ante todo, porque Axel Kicillof amaga con desdoblar la elección general. Descuentan que el kirchnerismo irá con Kicillof como candidato único y movilizará el aparato del PJ con un objetivo primordial: retener la provincia ante una posible catástrofe electoral a nivel nacional por la crisis económica. “Esperemos que prime la racionabilidad. Si el territorio está en peligro, otros pueden seguir el camino de Gay”, apunta uno de los jefes municipales de Pro.
Aquellos alcaldes bonaerenses que responden a Larreta, sobre todo en el interior, enfrentan ahora un dilema político: si Bullrich sigue en alza, deberían optar entre cumplir el acuerdo con el jefe porteño o arriesgarse a perder el manejo de sus municipios. “No quiero ser el primer traidor, pero tampoco el último de los boludos”, graficó un intendente. Dicho de otro modo: si no se unifica la candidatura, tendrán que elegir entre apoyar a uno de los presidenciables de Pro. Larreta mantiene ventaja en una zona crucial en la que Bullrich no logra hacer pie: el conurbano bonaerense.
A diferencia de Bullrich, el jefe porteño les garantizó a los alcaldes -incluso a bullrichistas, como Grindetti-, que no armará un esquema propio en sus distritos. Es el denominado esquema “V”, en la jerga de la rosca por la listas. Eso implica que la competencia se limita a las categorías de presidente y gobernador. No obstante, los intendentes consideran que no hay “V” sin que exista una postulación única a la gobernación. Con esa ingeniería, afirman, el Pro tendría garantizada la unidad en listas seccionales y podría arrebatarle distritos al peronismo.
Garro (La Plata), uno de los promotores de la unificación y uno de los laderos de Larreta en Buenos Aires, hizo un gesto la semana pasada para seducir a Bullrich. Inquieto por las mediciones de la exministra en la capital provincial, dijo que ella también era su candidata a presidenta. Pese a esa jugada, Bullrich avanzó con el lanzamiento de Allan, senador de JxC en Buenos Aires, como su postulante local.
Bullrich también dio por cerrada la discusión tras la cumbre de Pro del lunes y avanza con el armado de su estructura. Ahora debe despejar la incertidumbre respecto de quién será su postulante en el territorio más poblado del país. Mantiene en carrera a Néstor Grindetti, Joaquín de la Torre y Javier Iguacel. También evalúa a Cristian Ritondo, el heredero de Vidal en Buenos Aires, que genera resistencias en su armado. Es una decisión crucial para su esquema nacional. ¿Vidal apoyará a Larreta si ella no escoge a Ritondo o se mantendrá neutral? Bullrich envía señales de que optará por el aspirante que no la desperfile. Es una recomendación que suele hacerle su asesor de campaña, Derek Hampton. La decisión, aseguran en el búnker de la exministra, debería oficializarse antes del 25 de mayo.
Larreta busca neutralizar el crecimiento de su competidora: se apropió de Santilli, apalancó el ingreso de José Luis Espert a JxC como candidato presidencial, le abrió la puerta a Juan Schiaretti y se garantizó que Vidal no cierre con Macri ni Bullrich. Para sostener su estrategia bonaerense, aceptó elegir entre Jorge Macri y Quirós a través de encuestas. Hoy, todo indica que el primo del expresidente se quedará con la candidatura de Pro, pero el ministro de Salud quiere dar pelea. Si bien Jorge Macri corre con ventaja, Quirós considera que tiene un techo de crecimiento más alto que su rival. Además, su perfil, dicen sus colaboradores, podría complicar más a Martín Lousteau. Ya se pusieron en marcha los estudios de tres consultoras que usarán distintas metodologías para medir a los contrincantes de Pro en el distrito: Isonomía, Aresco y Tres Punto Zero. Al margen de las especulaciones, figuras centrales en el proyecto larretista admiten que Jorge Macri sería ungido por Larreta en dos semanas.
Mientras tanto, Larreta y Bullrich pulsean en Buenos Aires. Semanas atrás, la exministra ya había reclutado al intendente de San Nicolás, Manuel Passaglia, otro de los dirigentes que intentó incorporar Larreta. De Luca ya armó escuderías del bullrichismo en 40 localidades. En La Plata promueven a Juan Pablo Allan, en San Isidro, a Ramón Lanús; en Tigre, a Nicolás Massot.
Bullrich desconfía de los que ya se jugaron con el proyecto del larretismo y quiere poner alfiles propios que le garanticen que le cuidarán la boleta el día de las PASO. Negociaría con quienes muestran neutralidad. Según los números que maneja su equipo, supera a Larreta en el interior pero debe recuperar casilleros en la primera y la tercera sección del conurbano.
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