Primarias porteñas: Jorge Macri defiende la cuna de Pro ante el desafío de Lousteau
La compulsa en JxC es definitoria para el poder futuro en la ciudad; las estrategias de Santoro y Marra, atentos al resultado de sus rivales; dudas sobre el efecto de la elección concurrente
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Las elecciones primarias porteñas se presentan como un virtual plebiscito de la gestión de Pro tras 16 años de gobernar la ciudad. Todo un desafío para el expresidente Mauricio Macri, quien inició el reinado allá por 2007 e hizo del distrito su bastión. Decidido a no compartirlo, ni siquiera con sus socios de Juntos por el Cambio, apostó a su apellido y delegó en su primo Jorge, el exintendente de Vicente López, la tarea de defenderlo frente a los que quieren instaurar allí otro signo político.
Su rival más inmediato en la contienda es Martín Lousteau, el radical que se atrevió a darle batalla dentro de Juntos por el Cambio. Ambos protagonizarán la primaria más competitiva en la ciudad, ya que Unión por la Patria y La Libertad Avanza –los otros dos espacios mejor posicionados en las encuestas- presentan candidatos únicos que, casi con seguridad, pasarán al siguiente nivel de la contienda, las elecciones generales de octubre.
Así planteada la puja, la atracción principal se la llevará la pelea entre Jorge Macri y Lousteau. Su desenlace no sólo será clave para conocer cuál de los dos será el candidato de Juntos por el Cambio a suceder a Horacio Rodríguez Larreta; el resultado, cualquiera fuese, también impactará puertas adentro de Pro: de ganar Macri, quienes enseguida correrán a levantarle la mano serán su primo –que verá ratificado su dominio en el espacio y en el distrito- y Patricia Bullrich, su madrina política. En cambio, de triunfar Lousteau, Larreta –su aliado a nivel nacional- vería allanado el terreno para barrer los últimos resabios macristas de la administración porteña y convertirse allí en el principal referente de Pro.
El expresidente no disimuló su fastidio ante esta ambivalencia de Larreta, que no escatimó apoyos –tanto económicos como proselitistas- a Lousteau. La gota que rebalsó el vaso fue la convocatoria a elecciones concurrentes en la ciudad, tal como pedía el radical. Su primo también masculló bronca, aunque en la campaña evitó entrar en conflicto con el jefe de gobierno porteño, a sabiendas de que sólo sería ganancia para sus adversarios. Prefirió adoptar una actitud de forzada neutralidad y no adelantar a quién respalda en la contienda nacional, aunque es un secreto a voces que su lealtad es hacia Bullrich.
Lousteau, en cambio, tomó partido por Larreta. Sus miradas son similares: ambos consideran que solo una coalición amplia asegura gobernabilidad y gestión. Ambos abjuran de la actitud endogámica que cultivan el expresidente y Bullrich y que, por efecto transitivo, también trasladan a Jorge Macri. En esta línea, el candidato radical entabló alianzas con Graciela Ocaña –su primera candidata a legisladora-, el socialismo y GEN, aunque no descarta que un sector de Pro, bajo cuerda, también lo acompañe.
Las diferencias entre Lousteau y Macri quedaron expuestas durante la campaña que, por momentos, tuvo pasajes tensos. Como cuando el radical le reprochó su condición de bonaerense y desconocedor de los problemas de los porteños por haberse desempeñado hasta hace dos meses como intendente de Vicente López. Macri, a manera de respuesta, le enrostró su experiencia como gestor en la localidad bonaerense –en la que fue elegido tres veces- y acalló la polémica sobre su residencia con el fallo de la justicia porteña que el mes pasado lo habilitó como candidato porteño.
El pico de mayor tirantez se desató en torno a la candidatura de Franco Rinaldi, primero en la lista de legisladores porteños de Macri y foco de polémica cuando se conocieron declaraciones suyas discriminatorias hacia distintas minorías. Fue el momento más difícil del candidato de Pro, que debió aceptar la renuncia de Rinaldi ante la fuerte presión mediática fogoneada por Lousteau. “Le están pegando en el piso”, le reprochó.
Al final de la carrera electoral, ambos llegan confiados. Jorge Macri arrancó con ventaja en las encuestas y Lousteau asevera haberlo emparejado, aunque el candidato de Pro insiste en su primacía. Ambos esperarán los resultados de las urnas en el búnker de Parque Norte, junto a los candidatos nacionales y prometen dar un mensaje de unidad con la mira puestas en las elecciones de octubre, donde el ganador deberá medirse con los espacios opositores.
Las estrategias de Santoro y Marra
En la grilla quien aparece mejor posicionado es Leandro Santoro, del Unión por la Patria. Lejos de las consignas más radicalizadas del kirchnerismo y de La Cámpora, simpatiza sin embargo con los ideales progresistas de Cristina Kirchner. De allí su apuesta en estas primarias a fidelizar voto peronista y filokirchnerista que en 2019 se tradujo en el 35% de los votos.
A sabiendas que dar pelea en un distrito hostil al kirchnerismo no es tarea fácil, Santoro buscará posicionarse lo mejor posible en estas primarias para luego, en la carrera hacia las generales, disputar el voto progresista de los simpatizantes de Lousteau si éste cae derrotado frente a Macri. De ser así, su estrategia será polarizar de inmediato la contienda con el flamante ganador y plantarse como el único capaz de vencer a los Macri en su distrito. Tal vez no logre este objetivo de máxima, pero al menos apostará a incrementar el caudal de comunas y de legisladores de Unión por la Patria en la Legislatura porteña.
El candidato de La Libertad Avanza, Ramiro Marra, si bien aparece más rezagado en las encuestas, confía en que la ola libertaria que encarna Javier Milei como candidato presidencial lo deje bien parado en las primarias. No tendrá el efecto de su arrastre en la boleta; Larreta se encargó de neutralizarlo con la convocatoria a elecciones concurrentes.
Al revés que Santoro, Marra se ilusiona con que Lousteau se imponga en las primarias de Juntos por el Cambio, confiado en que luego podrá atraer el voto de centroderecha que dejará vacante Jorge Macri. Como sus rivales, el objetivo de máxima será ganar la contienda; el de mínima, convertir a La Libertad Avanza en la segunda fuerza en la ciudad.
La grilla de competidores se completa con el Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad, que presentan dos listas: la de Unir y Fortalecer la Izquierda, con Jorge Adaro, y la de Unidad de Luchadores y la Izquierda, con Vanina Biasi.
La oferta electoral en la Ciudad incluye a Alejandro Nizzero, del Frente Patriota Federal; Adolfo Buzzo Pipet, del Movimiento Libres del Sur; Juan Pablo Chiesa, de Actitud Renovadora; Héctor Heberling, de La Izquierda de la Ciudad (Nuevo Más); Valentina Viglieca, de Política Obrera, y Eduardo Graham, de Principios y Valores.
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