El dinero de la campaña: donaciones no registradas y gastos polémicos
Pese a que la nueva legislación permite las donaciones, la mayoría de ellos no hacen público a qué candidatos apoyan
La campaña electoral de 2019 será recordada por el "círculo rojo" -entre otras cosas- como la elección en que se volvieron a permitir las donaciones de empresas para apoyar a los candidatos. Pero quienes se encargan de manejar el dinero de los principales partidos admiten a puertas cerradas que no hay ley que pueda persuadir a los principales empresarios del país sobre la conveniencia de hacer público el apoyo a tal o cual candidato.
Pese a los cambios en la ley de financiamiento electoral, el dinero para solventar la campaña de los candidatos presidenciales fue desembolsado mayoritariamente por fuera de los registros oficiales, según pudo reconstruir LA NACION en el último semestre, después de conversar con apoderados, operadores, recaudadores y otros dirigentes políticos que manejan esos fondos.
Pero, más allá de sus confesiones en confianza, alcanza con revisar los informes que presentaron el Frente de Todos, Juntos por el Cambio, Consenso Federal y el resto de los partidos ante la Justicia Electoral. Los principales empresarios del país, siempre atentos a los vaivenes de la política, no aparecen en ningún registro oficial. Tampoco sus compañías, a pesar de que la nueva normativa ahora sí lo permite.
Los argumentos prácticamente no han cambiado en los últimos años, comentan los protagonistas de ambos lados del mostrador. Los hombres de negocios evitan aparecer en los medios cerca los candidatos y, en la mayoría de las conversaciones, ponen como condición la "confidencialidad" de la donación, una regla que se cumple tanto en los aportes de montos simbólicos como en las donaciones millonarias.
Los partidos políticos, acostumbrados históricamente a manejar dinero extraoficial, ahora comienzan a sufrir algunos dolores de cabeza. Los cambios en las campañas electorales convirtieron a internet en el principal protagonista del proselitismo. Google, Facebook, YouTube y otros sitios son los principales receptores del dinero que capta la política. Atentos a los inconvenientes que podría ocasionar el origen de esos fondos electorales, las firmas -en su mayoría con base en Estados Unidos- solo aceptan dinero que se pueda identificar con esas alianzas electorales. Es decir, todo en blanco y debidamente registrado.
Fueron pocos los empresarios que se animaron a realizar aportes de campaña oficialmente. Algunos, incluso, optaron por abrir la billetera para apoyar a los dos principales candidatos, como ocurrió con Aluar y Aceitera General Dehesa.
"Nada mejor para nosotros que tener las donaciones en las cuentas bancarias [en blanco] y, así, solo preocuparnos por cuánto vamos a invertir en cada cosa. De la otra manera, ya empiezan las complicaciones", confesó uno de los hombres detrás de los números de una importante campaña presidencial. Los problemas empiezan -admiten distintos apoderados- cuando la mayor parte de dinero ingresa por fuera de los registros oficiales, pero algunos proveedores (como los de internet) exigen que sea declarado oficialmente.
Fiel a su estilo de hacer campaña, la estrategia de Juntos por el Cambio fue apostar a las redes sociales. Los últimos números oficiales disponibles, que hacen referencia a la campaña para las PASO, dan cuenta de que la apuesta a internet fue el mayor gasto del oficialismo. La fórmula que encabezó Mauricio Macri, por ejemplo, gastó solo $66 millones para publicidad en Facebook. A eso hay que sumar otros desembolsos y el total supera los $80 millones en la difusión web, solo para las primarias.
Los gastos electorales
Como parte de su política para transparentar los aportes electorales, Facebook creó la "biblioteca de anuncios", que registra los posteos que se pagaron para ganar difusión. Después de la derrota en las PASO, el oficialismo volvió a apostar en las redes. El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, aparece en el primer lugar de ese observatorio, con desembolsos por $7 millones. Detrás aparece Alberto Fernández, con $4 millones, y cierra el podio María Eugenia Vidal, con $3 millones. Post-PASO, Macri no aparece en los primeros lugares.
Dentro de los gastos registrados, el Frente de Todos, en cambio, parece haber apostado por la campaña más tradicional, de acuerdo con lo que se desprende de los informes presentados ante la Justicia. Declaró pagos para la producción de los spots publicitarios audiovisuales, cartelería y folletería.
Pero existen otros gastos en los que incurrieron los principales partidos que todavía son una incógnita. Un buen ejemplo son los vuelos en aviones privados que prácticamente no se han declarado en las PASO y continuaron en uso de cara a las elecciones de octubre. Macri, por el oficialismo; Fernández y Sergio Massa, por la oposición, y Lavagna, por Consenso Federal, se subieron a jets privados. Todavía resta saber cómo se pagaron.
De la boleta a Facebook
Redes sociales
- Se convirtieron en el principal gasto de la campaña. Juntos por el Cambio es el partido que más dinero pagó en ese ítem. El Frente de Todos, más lejos, todavía no exploró de lleno ese terreno.
Impresión de boletas
- A pesar de los cambios en las campañas electorales, la tradicional manera de hacer proselitismo con la boleta sigue muy instalada. Buena parte de ese gasto millonario se lo paga el Estado a los partidos.
- La red social fue pionera en transparencia electoral al crear "la biblioteca de anuncios electorales", donde se puede observar cuánto dinero aportó cada candidato en el sitio para difundir sus contenidos.
Spots audiovisuales
- Ya hace una década que no se puede realizar publicidad electoral en televisión, pero la producción de los spots electorales que se difunden en medios audiovisuales tienen un alto costo.
Cartelería
- El Frente de Todos apostó a la manera más tradicional de hacer una campaña electoral. Buena parte de sus desembolsos están atados a la cartelería en vía pública, folletería y actos de campañaRedes socialesImpresión de boletas.
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