Presupuesto: sin los votos necesarios, el oficialismo se juega a todo o nada en un debate incierto
Aceptó un cuarto intermedio pero después retomó la sesión sin hacer concesiones; se espera que el debate se prolongue durante la madrugada, pero el FDT no tiene garantizado todos los apoyos necesarios para sancionar la ley
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Un clima de tensión, expectativa e incertidumbre reina en la Cámara de Diputados: aún es incierto el resultado de la sesión convocada por el oficialismo para discutir el proyecto de ley de presupuesto 2022 enviado por el Gobierno. Aún cuando no tiene asegurados los votos para su aprobación, el bloque que conducen Máximo Kirchner y Sergio Massa -presidente del cuerpo- parece dispuesto a jugar a todo o nada esta partida en la que enfrenta a una oposición abroquelada en el rechazo.
Después de una jornada frenética, los intentos del oficialismo por cooptar aliados de la oposición resultaban infructuosos. A último momento, consciente de la debilidad numérica de su bloque, Massa presentó a los jefes de bloque de la oposición una oferta para intentar revertir su postura. La sesión ya había arrancado y, ante la posibilidad de un final de catástrofe, el oficialismo accedió a pasar a un cuarto intermedio propuesto por el radical Mario Negri para intentar un último acercamiento.
La oferta no prosperó. Massa propuso que en junio del año próximo se revea la ley de presupuesto si, como asegura la oposición, la inflación supera el 33% anual previsto por el Ministerio de Economía. En ese caso, el Gobierno enviaría al Congreso, para la discusión de los legisladores, un proyecto de ampliación presupuestaria en el que se detallarían los aumentos de las partidas correspondientes producto de la mayor recaudación que se genere por la suba inflacionaria. Si la oposición aceptaba, el Gobierno se comprometía a no imponer esos aumentos presupuestarios por decreto de necesidad y urgencia (DNU).
A los jefes de bloque de la oposición la propuesta oficialista no les convenció; reclamaron que, además, se modifiquen aquellos artículos del proyecto de presupuesto que autorizan la prórroga de impuestos y del cobro de retenciones. Massa y Kirchner no aceptaron y ordenaron continuar la sesión.
Anoche el final estaba abierto. De no aprobarse la iniciativa antes de fin de año, el Gobierno prorrogará por decreto el presupuesto hoy vigente; así lo confirmó Massa al final de la infructuosa reunión con los jefes de bloque. Esto le permitirá disponer del gasto público de manera discrecional, máxime en un contexto de alta inflación. Aun conscientes de este riesgo, los distintos bloques opositores ratificaron su postura de rechazo al proyecto, molestos por el trámite exprés con que el oficialismo pretendía aprobarlo -en solo tres días- y, sobre todo, porque el oficialismo, siendo minoría, no hizo intento alguno por intentar negociar cambios al proyecto.
“La oposición no le impide al Gobierno que tenga ley de presupuesto votando en contra. Acá es el Gobierno el que no quiere presupuesto. No tener presupuesto no puede ser una herramienta política para que el oficialismo se victimice, sin ley de presupuesto no hay Nación posible”, acicateó Negri.
Decidido a jugar a todo o nada, el Frente de Todos se arriesgará a llegar a la votación en general del presupuesto con la expectativa de torcer las voluntades de algunos bloques a lo largo del debate que, se presume, que terminará recién mañana. El oficialismo cuenta con 117 votos propios y sumará cinco aliados con el aporte del interbloque Provincias Unidas que nuclea a los diputados de Río Negro, Misiones y Neuquén. Sin embargo, mientras el resto de la oposición se mantenga unida detrás del rechazo, estos aportes resultan todavía insuficientes.
Para aprobar el presupuesto, el oficialismo requiere mayoría simple. Una de sus apuestas es que algunos diputados opositores, a la hora de la votación, finalmente se abstengan o bien se ausenten del recinto para posibilitarle al Frente de Todos reunir los votos positivos para aprobarlo. En la cúpula oficialista ponían sus esperanzas en los diputados radicales de Jujuy y de Corrientes, gobernadas por Gerardo Morales y Gustavo Valdés, respectivamente, para que eventualmente pudieran abstenerse.
Sin embargo, fuentes confiables del radicalismo anticiparon a LA NACION que no accederán. “Vamos a respetar la decisión del interbloque de Juntos por el Cambio. El dictamen oficialista es poco serio”, aseveraron.
Un proyecto “ficticio”
A lo largo del debate, oficialistas y opositores se enfrascaron en una fuerte discusión sobre la viabilidad de las variables macroeconómicas proyectadas para el año próximo por el ministro de Economía, Martín Guzmán. Según los pronósticos contenidos en el presupuesto, la inflación alcanzará el 33% anual (cuando todas las consultoras privadas auguran que trepará por encima del 50%); el crecimiento del PBI será del 4% (el FMI prevé que será menor), mientras que el tipo de cambio será de $131 por dólar.
Carlos Heller, presidente de la Comisión de Presupuesto, defendió los lineamientos presupuestarios previstos por el Gobierno y enfatizó que la meta de inflación -la más cuestionada por la oposición- “no es ningún objetivo inalcanzable”.
“He escuchado innumerables intervenciones diciendo que la meta prevista del 33% para el año 2022 era un disparate y que ya estaba incumplida. Quiero decirles que si logramos mantener los niveles inflacionarios de noviembre, los niveles inflacionarios de 2022 darían 34%. Es decir que no estamos hablando de ningún objetivo inalcanzable, no estamos hablando de ningún dibujo, ni nada que no se pueda alcanzar”, enfatizó.
Desde Juntos por el Cambio, los diputados Martín Tetaz, Alejandro Cacace y Luciano Laspina fundamentaron la posición de rechazo de su bancada.
“La principal discrepancia tiene que ver con el contexto macroeconómico en el que se encuentra la Argentina. Guzmán plantea un escenario idílico, con crecimiento y baja inflación, ignorando la situación crítica que atraviesa el país con un déficit fiscal que no se puede financiar, una inflación superior al 50%, una brecha cambiaria del 100% y un déficit fiscal de 3 puntos del PBI”, enfatizó Laspina quien aseveró que el oficialismo se encamina hacia un “ajuste fiscal que mantiene oculto”.
Tetaz, por su parte, arrancó su discurso con duras críticas al apuro con que el oficialismo pretendía aprobar el presupuesto, al cual le incorporó a último momento medio centenar de nuevos artículos con más gasto público. “Oficialmente no se precisó cuál es su costo no cómo se iban a financiar esos artículos nuevos. Y el miembro informante, Heller, ha dicho además que hay más modificaciones que se van a conocer en el transcurso de esta sesión que tampoco sabemos cómo se van a financiar”, advirtió.
Es responsabilidad del Gobierno tener un presupuesto serio que contribuya a mejorar la vida de los argentinos, y este no lo es.
— Florencio Randazzo (@RandazzoF) December 16, 2021
Desde el Interbloque Federal, no vamos a acompañar un proyecto tan alejado de la realidad y que perjudica a la sociedad.
En tanto, su colega Cacace, también de Evolución Radical, fue en la misma línea. “Se incorporaron 56 artículos, un verdadero festival de gasto público sin el correspondiente financiamiento”, advirtió el radical, quien alertó sobre el ajuste tarifario que, implícitamente, contiene el presupuesto. “Dicen que van a reducir los subsidios sin aumentar las tarifas… Me gustaría saber cómo es. No dicen cómo lo van hacer. Hablan de segmentación, eso es aumento de tarifas”, indicó.
El debate del presupuesto fue el debut de los diputados libertarios José Luis Espert y Javier Milei, ambos también contrarios al proyecto. Exaltado y a los gritos, Milei pronosticó un escenario apocalíptico con este presupuesto. “Es un gigante de pies de barro que se mete en una laguna. Se va a caer”, enfatizó. “Esta vez el ajuste lo tiene que pagar la política, no vamos a aceptar este presupuesto!”, concluyó.
Por su parte, Espert advirtió que el gobierno de Alberto Fernández “está endeudando al pais a una velocidad nunca vista en la historia, 20 mil millones de dólares aumenta la deuda pública por año”, sostuvo. “Este es un presupuesto irresponsable”, asestó.
Desde el interbloque Federal, los cordobeses Carlos Gutiérrez e Ignacio García Aresca cuestionaron el “carácter antifederal” de la iniciativa. “El presupuesto es un instrumento de gobernabilidad que no se le puede negar a ningún gobierno para seguir el rumbo que se ha trazado. Pero no es este caso, porque hubo un manejo institucional de muy baja calidad en la formación del proyecto”, dijo Gutiérrez, crítico con la posibilidad, prevista en la iniciativa, de aumentar las retenciones agropecuarias.
“Este presupuesto es un dibujo”, asestó, por su parte Nicolás Del Caño, del Frente de Izquierda, quien arremetió contra los ajustes del gasto en jubilaciones, tarifas y gasto social contenidos en la iniciativa.
Desde el oficialismo, Marcelo Casaretto reclamó el apoyo opositor al proyecto. “Le pido a este cuerpo que le den la oportunidad a este Gobierno de tener su presupuesto. Defendemos nuestros valores, pero fuimos enriqueciendo el presupuesto con otras opiniones”, afirmó.
Bienes Personales
Previo al debate del presupuesto, la diputada Silvia Lospennato, de Pro, reclamó en el recinto que se emplace a la Comisión de Presupuesto, que preside Carlos Heller, a que discuta el proyecto de ley con media sanción del Senado que actualiza el mínimo no imponible del Impuesto a los Bienes Personales, elevándolo de dos a seis millones de pesos.
Los diputados de Juntos por el Cambio habían intentado incluir la iniciativa durante la discusión del presupuesto en la Comisión de Presupuesto, pero Heller rechazó el pedido.
“Si esta iniciativa, que fue promovida por un senador del kirchnerismo (Carlos Caserio), no se aprueba antes de fin de año, más 600 mil contribuyentes empezarían a pagar este impuesto, no porque hayan incrementado su patrimonio ni recibido una renta extraordinaria sino por la mera acción del impuesto inflacionario”, advirtió Lospennato.
Desde el oficialismo el diputado Germán Martínez, rechazó el planteo opositor con argumentos reglamentarios. “Este proyecto ingresó a esta Cámara hace menos de un mes. Debemos articular una agenda de consenso de la comisión”, bregó.
La diputada Graciela Camaño, del interbloque Federal, pidió que se respete el reglamento del cuerpo. “Está para que la cámara funcione, no para que la agenda de las comisiones sea apropiada por sus presidentes de turno”, enfatizó.
Finalmente, la votación resultó favorable para la oposición con 130 votos positivos, 116 negativos.