Preocupan en la Corte las demoras para cubrir vacantes en la Justicia
Falta nombrar más del 28% de los jueces; el problema de los tribunales acéfalos viene de larga data
La justicia nacional y federal tiene hoy 277 vacantes; esto implica que más del 28% del total de los cargos de jueces no está cubierto.
La Corte Suprema trató el tema en uno de sus últimos acuerdos. Los ministros hablaron de "crisis institucional" y de "emergencia", pero el problema de los tribunales acéfalos no es nada nuevo. Hace más de 10 años que los cargos sin cubrir superan siempre el 20 por ciento. Tal vez por eso, un juez de la Corte dijo la semana pasada a LA NACION que la crisis del sistema es y "terminal".
Mientras las vacantes se acumulan, los expedientes se reproducen y las causas se demoran. Se recurre a jueces vecinos, que suelen delegar el trabajo en los secretarios, o a subrogantes, siempre más débiles que un juez titular.
Hoy, 213 vacantes están en el Consejo de la Magistratura, donde empieza el trámite de reemplazo; el resto se reparte entre el Poder Ejecutivo (38) y el Senado (26), según información oficial del Consejo. Este organismo evalúa a los candidatos y prepara una terna que le envía al Presidente para que elija al futuro juez. El trámite es largo. Incluye múltiples entrevistas y etapas de impugnaciones a las calificaciones. Pero la traba central se da al final del camino, sobre todo cuando son cargos de sensibilidad política: la aprobación de la terna requiere una mayoría especial de dos tercios, que nunca tuvo garantizado ningún oficialismo. Hoy, el macrismo tiene mayoría en el Consejo, pero no le alcanza. Los votos necesarios para aprobar una terna son los mismos que no consiguió para enviar a juicio político al camarista Eduardo Freiler. Algo parecido pasa en el Senado.
Fueros estratégicos
Uno de los concursos más viejos del Consejo es el destinado a cubrir una vacante en un tribunal clave: la Cámara en lo Criminal y Correccional Federal, la que revisa los fallos de los jueces de Comodoro Py. Los exámenes se tomaron hace más de siete años.
Algunos fueros están especialmente afectados, como la justicia electoral. La Cámara, que debería tener tres titulares, tiene dos y en los tres distritos más grandes los jueces penden de un hilo. María Romilda Servini de Cubría, la única jueza electoral a nivel nacional, tiene a su cargo, además, la ciudad de Buenos Aires, y fue impugnada porque tiene más de 75 años (un fallo la mantuvo en su cargo); el juez electoral de Córdoba, Ricardo Bustos Fierro, también tiene más de 75 y el Poder Ejecutivo le pidió al Senado que le diera acuerdo para que continúe.
En la provincia de Buenos Aires, distrito que representa cerca del 40% del padrón, el juzgado electoral está vacante desde 2014. Para cubrir el lugar, la mayoría oficialista del Consejo nombró como subrogante a Juan Manuel Culotta, juez de Tres de Febrero, pero su situación es inestable: un juez de primera instancia declaró inconstitucional la designación. Culotta sigue en el cargo porque ese fallo no está firme.
En las provincias, además, las vacantes generan grandes problemas de logística. A veces el juez vecino en condiciones de subrogar está a cientos de kilómetros. "Hay problemas en el Senado y en el Consejo. Los concursos están trabados por falta de acuerdo político. ¿Cómo es posible que las vacantes de Casación estén desde 2015 [en el plenario, que no aprueba las ternas]?", dijo a LA NACION la presidenta de la Asociación de Magistrados, María Lilia Díaz Cordero. La Cámara Federal de Casación, máximo tribunal penal, tiene cuatro vacantes. Los exámenes para cubrirlas se tomaron en 2014.
"Esto se resuelve trabajando y el Consejo está trabajando fuerte", respondió el juez Leónidas Moldes, presidente de la Comisión de Selección. "Casi no quedan hoy concursos para llamar. Pero esto no depende sólo del Consejo. El Poder Ejecutivo también acumula ternas", afirmó.
Qué dice el oficialismo
En el Gobierno se defienden. "Ya nombramos más jueces que De la Rúa y Duhalde", dijo a LA NACION una alta fuente oficial, que afirmó que están en "conversaciones políticas" para que el Senado preste acuerdo a sus candidatos.
El diputado Pablo Tonelli (Pro) es poco optimista. Integra la Comisión de Selección del Consejo y sostiene que se arrastran problemas coyunturales, como la "preferencia que tuvo el kirchnerismo por los subrogantes", pero advierte que a eso se suma que el procedimiento de selección es muy largo y que la estructura colegiada conspira contra la celeridad.
Tonelli, como muchos, sostiene que ni siquiera se logró el objetivo de la reforma constitucional de despolitizar la cobertura de vacantes (antes a los jueces los elegía directamente el Presidente con acuerdo del Senado). "Al final, en los dos tercios, tenés la politización", dice.
Y que en el mejor de los casos, si sacan muchas ternas, "recién en cuatro o cinco años" el Consejo podrá ponerse al día con las vacantes.
Datos de una crisis eterna
277 vacantes
Son los cargos de jueces y camaristas por cubrir en la justicia nacional y federal
213 procesos
Son los que están pendientes en el Consejo de la Magistratura
Cómo es la selección
Cuando se genera una vacante, el Consejo llama a concurso. Los postulantes rinden un examen, son entrevistados, se evalúan sus antecedentes, hay instancias de impugnación y se forma la terna de candidatos. Después, el Ministerio de Justicia recibe las ternas, las publica (para que se puedan presentar observaciones a los candidatos) y eleva las actuaciones a la Presidencia. El Presidente debe elegir a uno de los ternados. Una vez que el Poder Ejecutivo eligió a su candidato, envía el pliego al Senado, que debe darle su acuerdo para que se convierta en juez
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