Preocupan a los economistas de Juntos por el Cambio las consecuencias de las medidas del Gobierno
Tanto Laspina, del equipo de Patricia Bullrich, como Lacunza, de Rodríguez Larreta, entienden que complican las perspectivas de un futuro gobierno; el debate por el cepo
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Mientras Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, oponentes en la interna de Juntos por el Cambio, exacerban sus diferencias para sumar adeptos de cara a la competencia de las PASO, los referentes económicos de los candidatos a presidente de la fuerza opositora lucen en estado de alerta: evalúan con preocupación la aceleración de la crisis y advierten sobre las graves consecuencias que tendrán las últimas medidas que anunció Sergio Massa en el marco de la engorrosa negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para cerrar un nuevo acuerdo y consensuar el programa de desembolsos del segundo semestre.
Tanto Hernán Lacunza, la voz más influyente en los equipos económicos de Larreta, como Luciano Laspina, el economista de cabecera de Bullrich, prefieren no polemizar ni alimentar la interna entre el jefe porteño y la exministra, que se agitó en las últimas horas por sus diversas posturas en torno a la velocidad de la implementación de las reformas o de la estrategia para avanzar con el desarme del cepo cambiario. Al contrario, ambos optan por poner el foco en la delicada situación económica y financiera; la agudización de la inflación y los peligros que deberá afrontar el próximo gobierno.
A Laspina y Lacunza no solo les inquieta el escenario incierto en el que podría desarrollarse un eventual proceso de transición de poder, sino la herencia económica que dejarán Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Entre otras cosas, advierten que Massa “patea gastos y adelanta ingresos”, trasladando el impacto de la crisis a la próxima administración, o que “pulverizó” las reservas del Banco Central (BCRA).
A Lacunza le resulta “raro” que el Gobierno haya anunciado un “preacuerdo” con el FMI. “Es inédito. Esto es para calmar la ansiedad de los mercados, pero no hay acuerdo”, asegura.
Según el exministro de Hacienda, los anuncios que hizo Massa implican “una devaluación vía impuestos”. Se trata, remarca Lacunza, de “un ajuste privado”. “Es la peor forma de devaluar. Que el sector privado haga el ajuste para que no lo haga el público. O sea, cobran más impuestos, que es medio punto del producto. Eso es aumentar impuestos para no hacer un esfuerzo fiscal”, puntualiza Lacunza.
En paralelo, el referente económico de Larreta advierte sobre las complicaciones que genera la existencia de múltiples tipos de cambio. “¡Ahora tenemos veinte! Le están agregando más ingredientes a una ensalada insufrible para evitar un título en un diario”, opina el exfuncionario. Y remata: “Están haciendo un desastre; un desparramo en el comercio y las finanzas”.
Por su parte, Laspina augura que el Board del FMI no aprobará el preacuerdo con la Argentina antes de las PASO del 13 de agosto. No obstante, aclara, es probable que se finalice con el “Staff Level Agreement” en la antesala del primer test electoral a nivel nacional. Respecto de las complicaciones que enfrenta Massa para cerrar la negociación, el consejero de Bullrich apunta: “Lo que está claro es que al FMI le cuesta cada vez más acompañar el desastre que está haciendo este gobierno”. En ese sentido, el diputado de Pro interpreta que el organismo multilateral busca evitar que la Argentina caiga en una hiperinflación o entre en atrasos en los pagos de la deuda.
“Tengo una visión más positiva y constructiva respecto lo que está haciendo el FMI que el resto de mis colegas, incluso la dirigencia política. Por un lado, creo que está tratando de que la Argentina no entre en atrasos, porque salir de esa situación sería muy complicado. Y, en segundo lugar, intenta no dejar suelto a este gobierno sin un programa que, más o menos, lo ponga en caja. De lo contrario, podría ir a una hiperinflación”, subraya Laspina.
Lacunza, en tanto, pone énfasis en la dramática caída de reservas. Machaca con que el Banco Central perdió siete mil millones de dólares en dos meses. “La devaluación promedio que supone esto [por las medidas] es más o menos de un 5%. Eso no va a revertir esa tendencia”, calcula. A su vez, pronostica que “habrá liquidaciones oportunistas de algunos granos o productos regionales favorecidos por un dólar diferencial”, y que se producirá “una represión de importaciones por unos días”. “Eso dura hasta las PASO –aventura-. Ojo que cuando el BCRA compra dólares a 340 y los vende a 270 está emitiendo pesos. Entonces, eso es más inflación”.
La discusión por el cepo
En las últimas horas volvió a producirse un contrapunto entre Bullrich y Larreta respecto de cuán rápido planean salir del cepo cambiario. Laspina considera que “dejar el cepo termina siendo más inflacionario y más destructivo para la economía que sacarlo rápido”. “Entonces tenemos que salir rápido, con un plan creíble y preferentemente con un acuerdo con el FMI”, sintetiza.
Por eso, Laspina precisa que cuando Bullrich habló de conseguir un “blindaje” de dólares para unificar el tipo de cambio se refería a conseguir el respaldo del Fondo a un programa de reformas “pro-crecimiento”. Según Laspina, será necesario “para recuperar la credibilidad en los mercados financieros” en un posible nuevo gobierno de JxC. E insiste en que lo fundamental es que haya una “decisión política” del Presidente para desarmar el cepo “lo antes posible”.
En cambio, Lacunza propone otro abordaje del tema. Considera que levantar las restricciones cambiarias desde el 10 de diciembre sería “imprudente”, porque existe “una demanda de dólares reprimida y acumulada por un cepo de cuatro años y que es cada vez más duro”. “El cepo, al igual que la inflación y la deuda y la deuda, es la consecuencia del exceso de gasto público financiado con emisión. Entonces, el cepo está en el carro, como la inflación y la deuda. Los caballos son el equilibrio fiscal y la no emisión monetaria. Por lo tanto, antes de discutir lo que quede en el carro, hay que discutir los caballos, porque ponerlo al revés será inconveniente”, grafica.
Según la visión de Laspina, el eje medular de la discusión es cuánto se puede sostener el cepo con este nivel de reservas. “Desde que está el cepo, la inflación no para de subir y va a seguir subiendo. Salir rápido es bueno, lo que está mal es salir lento”, detalla.
Por su parte, Lacunza indica que “no es cierto que la confianza se genere por una norma, una ley o eliminar una regulación”, sino por “políticas y programas consistentes”. “Al cepo hay que levantarlo cuanto antes, pero un día, un mes o tres meses es indiferente en la historia de un país. La secuencia importa. Si un problema de nuestro primer gobierno fue cierta ambigüedad fiscal y ansiedad monetaria, el segundo gobierno tiene que tener ambición fiscal y prudencia monetaria”, explica.
Frente a los desequilibrios macroeconómicos y financieros y la espiral inflacionaria, Laspina y Lacunza visualizan un complejo escenario de transición, en caso de que JxC triunfe en las elecciones presidenciales. Atentos a la herencia económica, refuerzan sus críticas a la gestión de Massa, postulante presidencial de Unión por la Patria y titular del Palacio de Hacienda. “Me preocupa la transición porque tenemos un ministro de Economía que es más candidato que ministro; en lugar de querer estacionar el país, quiere estacionar su campaña. Además, ha pulverizado los activos del Banco Central a un nivel que se ha visto pocas veces en la historia argentina”, enfatiza Laspina.
Al referente de Bullrich le inquieta el nivel de activos líquidos que conserva el BCRA: “Le quedan los yuanes de libre disponibilidad, que son pocos; y los bonos del tesoro americano. Esa es la verdad. La situación es dramática. Por lo tanto, veo con un gran signo de interrogación al proceso de transición”, avisa.
En esa misma frecuencia, Lacunza traza un panorama sombrío para los próximos meses. Recalca que el Gobierno deberá “manejar” la transición, como hizo la administración de Macri después de la derrota en las PASO de 2019. El exministro considera que Massa volvió a postergar el abordaje de “los problemas” actuales con sus últimas medidas. “Tiene que dejar de hacer lo que está haciendo: pateando gastos y anticipando ingresos. Las medidas de ahora son dos cosas: quieren traer al presente ingresos del futuro y pasar al futuro gastos del presente, como importaciones o gastos públicos. Entonces, están pateando el problema para adelante, para llegar primero a las PASO. Y van día a día, ni siquiera semana a semana”, alerta Lacunza.
¿Un nuevo acuerdo con el FMI?
Si bien Laspina y Lacunza se muestran cautos a la hora de proyectar más allá de las PASO, reconocen que, en caso de que JxC se imponga en las elecciones presidenciales, Bullrich o Larreta deberán encarar un diálogo con las autoridades del FMI para discutir un nuevo programa económico del país. “Si hay un cambio de gobierno, habrá una conversación formal, pero hay que esperar el resultado electoral”, responde Lacunza, quien subraya que el organismo multilateral tiene vínculos con los países, no con las administraciones de turno. En ese sentido, sostiene que es habitual que haya diálogos con representantes de la oposición en países que atraviesan procesos electorales. “Lo aclaro porque como el gobierno siempre le quiere echar la culpa a otro, ve conspiraciones en todos lados, que no hay. ¿Dos tipos en nombre de nadie pueden ir contra un gobierno con 20 ministros y 120 diputados? Es ridículo”, reniega Lacunza, ante las denuncias del kirchnerismo por los contactos de economistas de JxC con el FMI.
Laspina señala que, una vez que “esté claro” quién será el próximo presidente, habrá que “iniciar un diálogo a cielo abierto” y “franco” con el organismo en el proceso de transición, sin “meterse en la discusión bilateral” que el FMI mantiene con el Gobierno de Alberto Fernández.
“Requerimos un programa para renovar la deuda con el Fondo. Más allá de eso, necesitamos el apoyo político del FMI a un buen programa –no uno vergonzante como el que tiene ahora- porque eso nos va a dar un aval en los mercados y mejorar una credibilidad con los inversores, sobre todo, los reales que son los que queremos capturar para que vengan a invertir a la Argentina”, concluye el diputado nacional de Pro.
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