Preocupación en el Gobierno por el impacto social de la inflación y de las tarifas en los próximos dos meses
Desde Economía confían en que se está estabilizando la situación y que hay indicadores que hablan de la recuperación del salario; importaciones en la mira y preocupación del sector empresarial
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En medio de un escenario político atravesado en las últimas semanas por las consecuencias del ataque a la vicepresidenta Cristina Kirchner y con parte de la atención centrada en el juicio de Vialidad como telón de fondo, en el Gobierno también están quienes siguen mirando con preocupación lo que sucede a nivel económico y social. En especial en los próximos dos meses, donde comenzarán a registrarse aumentos en los servicios por la quita de subsidios, de prepagas y hasta de colegios privados, todo lo que impactará de lleno en la economía y en especial en el número de la inflación.
La mirada está puesta en tratar de evitar que la precaria estabilidad económica lograda en el último mes se vea alterada por un recalentamiento de los precios y nuevas demandas de sectores sindicales y sociales que agiten la interna política otra vez.
En el Palacio de Hacienda buscan relativizar esas preocupaciones y distinguen dos momentos para trabajar el tema. Hablan de uno “de estabilización de variables macro y sobre eso, empezar a atacar la microeconomía”. Y recuerdan que el propio Sergio Massa, cuando asumió el 3 de agosto pasado, dijo que “íbamos a tener los dos meses de inflación más alta del año”, pero resaltan que creen que a pesar de la preocupación por las subas, “lo cierto y concreto es que la curva por el impacto del mayorista y del núcleo, muestra que el camino (pese a) que esta semana vamos a tener el índice del mes, que va a ser malo, a partir de ahí va a empezar un lento camino descendente”.
En segundo lugar, mencionan que “en paralelo cuando se mira el impacto de las paritarias, a pesar de los números de inflación, el cierre de estas negociaciones está dando un proceso de recuperación mínimo respecto de inflación” y se ilusionan agregando que “todavía quedan todavía 14 paritarias por cerrar”.
En el panorama de preocupación que admiten desde ciertos sectores del oficialismo, también está el del cupos a las importaciones que podría traducirse en faltantes en el sector industrial y freno en la actividad productiva, lo que es compartido por el sector. Este jueves de hecho la Unión Industrial Argentina (UIA) se reunió con el secretario del área, Matías Tombolini y acercó parte de sus preocupaciones. “Hay mucha preocupación en el sector”, admitió una voz del sector empresarial consultadas por La Nación respecto de lo que sucede en el sector industrial, donde hablantes de “faltantes” y posibles parates de la producción.
“De 21.700 pymes y 1900 empresas grandes que importan, plantean un tema 26 empresas que tienen rechazadas la SIMI (Sistema integral de monitoreo de importaciones) de las cuales hoy (por el viernes) hicieron la consulta y son 23 que tienen rechazadas las SIMI”, apuntaron desde el Palacio de Hacienda.
Desde allí también agregaron que “ven normalizándose todas las cadenas. Cerramos acuerdos con la mayoría y no tenemos esa preocupación”. Luego de lo cual agregaron que “al contrario si miran los pagos del Banco Central se van a dar cuenta de que es la semana de mayor nivel de pago, obviamente porque es la semana de mayor nivel de ingresos de importaciones de todo el año”.
El efecto de las boletas con subas
En el escenario se suma que en el correr de los próximos dos meses se registrarán, junto a la suba de servicios, luz, agua y gas, como consecuencia de la quita de subsidios, aumentos de prepagas y de colegios privados, como en el caso de la provincia de Buenos Aires. Mientras que la suba de los servicios será gradual y los montos dependerán de los niveles de usuarios; en el caso de las prepagas habrá a partir de octubre un incremento de 11,53%, será el octavo aumento en lo que va del año.
También frente a ese escenario y pese al rearmado interno que atraviesa a nivel político el gobierno, tras el alegato del fiscal Diego Luciani en el caso Vialidad primero y con el intento de homicidio de Kirchner después, en las filas del oficialismo sigue habiendo diferencias. En especial a la hora de seguir cargando responsabilidades en el exministro Martín Guzmán, quien renunció el 2 de julio pasado, meses después de haber sido apuntado con dureza por La Cámpora y respaldado por el presidente Alberto Fernández.
“Si algo complica ahora es la quita de subsidios, que es algo que debió hacerse mucho tiempo, pero que por las diferencias internas no salía”, apuntó un funcionario con despacho en Casa Rosada. El área de Energía durante el período de Guzmán estaba en manos de La Cámpora, organización liderada por Máximo Kirchner y cuyos funcionarios en el sector reportaban directamente a la vicepresidenta.
“Hay números para ilusionarse”, dijo un funcionario del Ejecutivo a La Nación. Tras lo que amplió: “la industria en alza, el desempleo en baja lo que está pasando con el campo y las señales que vienen de Washington son muy buenas”, completó. “Todo lo bueno que esté pasando no está impactando todavía, lo que viene no es fácil. Vamos a ir mejor, pero todavía no”, apuntó otro.
La postura contrasta con el optimismo que emana desde Economía. “¿Preocupación? Si vamos mucho mejor. Hace dos meses era preocupación. Ahora hay orden y estabilidad”, responden.
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