Preguntas para el próximo presidente
Por Orlando Ferreres Especial para lanacion.com
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Cuando tengamos elecciones, el año que viene, nos gustaría conocer ideas concretas de los próximos candidatos a presidente sobre temas relevantes de nuestro país y no los meros y consabidos slogans de campaña. No escuchar lo que improvisan frente a una entrevista, o lo que les dice el “asesor de imagen” que digan, sino soluciones fundamentadas, pensadas para la solución de los problemas. Esto requiere tiempo para estudiar, por eso lo pedimos desde ahora.
Y no me voy a referir aquí -pese a su importancia- a los problemas que hoy discutimos de los cuales también queremos saber cómo se solucionan, como pueden ser el exceso de gasto público, los déficits fiscales y la necesidad de echar o no mano a diferentes reservas de dinero guardados para otros fines, la inflación, los agobiantes impuestos que nos "doblan el lomo", el desempleo creciente, la pobreza, la coparticipación federal destruida, las tarifas de servicios públicos irreales, todos temas urgentes a pesar de ser ya crónicos.
Además de esto, quisiéramos saber de los candidatos otros temas cuya solución puede llevar tiempo seguramente, pero que hacen a un proyecto de vida en común. Uno de estos es cómo recuperar la ventaja que perdimos con Brasil. A casi nadie le gusta vivir en un país relegado, que es cada vez mas irrelevante en el contexto internacional. Si en un pasado no muy lejano pudimos tener un equilibrio de fuerzas con Brasil, para tomar un ejemplo, cómo recuperar esa situación, aunque sea en parte. Es más, hoy Brasil maneja nuestra carne, y la carne del mundo también, como hacía la Argentina hasta no hace mucho. No hablemos del cemento, del petróleo y otros sectores básicos. Brasil es digno de admiración, pero ¿qué haremos nosotros?
Otro tema es la seguridad, de la cual tanto se proclama y que cada día esta un poco peor. Debido a que la policía no controla la situación, además de solventarla con impuestos, hay que recurrir a barrios cerrados con custodias, con el gasto duplicado que ello implica. Las empresas contratan empresas de seguridad privada, lo que también es un gasto duplicado, los funcionarios públicos están escoltados todo el tiempo por una gran cantidad de guardias, que los cuidan en la oficina, en el viaje y en la casa, lo que es un doble o triple gasto, antes innecesario. Pero los que no tienen otro recurso, deben someterse a robos cotidianos y a vivir entre rejas, saliendo sigilosamente, casi agachados de sus casas, con miedo, mientras se padece la ineficiencia de los gobiernos en la materia.
Hay muchas frases, pero ninguna solución. Quizá una medida extrema a adoptar fuera que los funcionarios públicos (ministros, secretarios de Estado, senadores, diputados, jueces) no pudieran usar ninguna custodia, de esa manera se verían obligados a pensar una verdadera solución general para todos, ya que hoy el problema para ellos "es de los otros".
Un tercer tema de estos de largo plazo es la salud. La mayor parte del gasto de salud es compulsivo, es decir, el Estado retiene obligatoriamente dinero que lo traspasa a las obras sociales sindicales y otras, además, con impuestos paga el sistema de hospitales públicos y centros de atención primaria en muchos lados, ya sean nacionales, provinciales o municipales. Ese gasto en salud sumado es comparable al que tienen varios países desarrollados, como por ejemplo, Canadá, pero la calidad de la salud no lo es. Además hay algunas prepagas, pero que solo cubren a una pequeña proporción de la población. Se sabe que en el sistema de recursos compulsivo estatal hay muchos desvíos de dinero, que no van a la salud, y también que hay remedios falsificados, para disponer de mayor dinero para otros fines. Más que pensar en la cara del futuro candidato y cómo habla por TV, tenemos que pedirle que nos diga cómo va a encarar estos problemas.
Profundidad. Falta bastante para las elecciones, pero estos temas no se piensan en los últimos 15 días y si las soluciones no se aplican de entrada, cuando se tiene más poder, después ya es mucho más difícil llevarlas a la práctica. Hay que estudiar en profundidad los temas, tener una estrategia y no meros slogan de campaña para cuando llega el momento de los "spots" a ver si conseguimos más votos (diciendo los que el votante promedio quiere escuchar).
Nos quejamos de las listas sábana de los diputados, pero también en el Ejecutivo se elije a una sola persona, y después entran ministros atrás que uno no esperaba. Un cambio para no tener tantas sorpresas, sería anunciar la lista de ministros o al menos los principales (Economía, Interior, Cancillería), como ya ocurre en algunos países, y también ocurrió en nuestro país en 2003, con el anuncio de quién seria el ministro de Economía de ganar el FPV (Lavagna).
Esperemos que, con tiempo, nos organicemos para que podamos votar, no contra alguien, pensando solo en el famoso “voto castigo”, sino por los que representan mejor nuestras ideas.
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