Precios y salarios: el Gobierno dice que convocará a empresarios y gremios la semana próxima, aunque le falta ajustar la propuesta
La convocatoria iba a ser esta semana, pero ni la UIA ni la CGT recibieron llamados; la Casa Rosada aún debe definir el planteo que se hará; la idea de un aumento salarial de suma fija ya tiene detractores
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Alberto Fernández volvió a transformar la expectativa en ansiedad al anunciar que “en el transcurso de esta semana” el Gobierno convocaría a empresarios y gremialistas a una mesa para “alinear precios y salarios”. Los días pasaron y la invitación no se materializó. Luego de que se conociera que la inflación de julio escaló a los 7,4 puntos (un récord en los últimos veinte años), dos importantes funcionarios señalaron a LA NACION que la mentada cita sería la semana próxima. “Es lo más probable”, señalaron en la Casa Rosada. Los distintos actores, por ahora, no recibieron ningún llamado.
“Hablábamos con Sergio [Massa] y los dos estuvimos de acuerdo en una idea: que en el transcurso de esta semana vamos a convocar a los empresarios, a los sindicalistas de la Argentina, para sentarnos en una mesa y marcarnos una hoja de ruta para alinear precios y salarios por los próximos 60 días”, dijo Fernández el martes en un acto en Lomas de Zamora. El flamante ministro de Economía, el sábado pasado, le había puesto fecha a la cita: dijo que sería ayer. Tanto desde el Palacio de Hacienda como desde el Ministerio del Trabajo se desligaron de la responsabilidad de cursar los llamados y advirtieron que será la Casa Rosada la encargada de la convocatoria.
“La mesa de precios y salarios tiene que tener objetivos claros y resultados concretos. Lo más probable es que se convoque la semana próxima”, dijo un colaborador de Fernández a LA NACION. Aclaró que el plazo de “60 días” que planteó el Presidente obedece a que es el tiempo que se le quiere dar a Sergio Massa para que estabilice los índices macroeconómicos. Y reconoció que la alternativa de proponer un aumento de suma fija para los salarios es una de las opciones que se barajan puertas adentro del Gobierno, aunque no la única.
Según pudo reconstruir LA NACION, la Unión Industrial Argentina (UIA) y la CGT no quisieran prestarse a un “plan antiinflacionario” que plantee como eje un aumento de suma fija para los salarios. En el mundo gremial le atribuyen la idea a Emmanuel Álvarez Agis, uno de los economistas que asesora de forma externa al ministro de Economía.
Como sea, en las conversaciones telefónicas informales que cruzaron en los últimos días, sindicalistas y representantes coincidieron en defender las paritarias como mecanismo para actualizar los salarios. No hubo ningún pronunciamiento institucional conjunto, pero ambas partes creen que es necesaria, primero, una estabilización de las variables macroeconómicas antes de inaugurar cualquier mesa de deliberación con el mundo privado. “Para resolver la inflación primero tienen que estabilizar la macro. Mientras tanto, dejen a las paritarias que son el mejor mecanismo para actualizar los salarios sin generar expectativas inflacionarias”, transmitieron cerca de un importante sindicalista.
En el Gobierno son conscientes de la resistencia que genera la propuesta de un aumento que sea igual para todos los trabajadores formales. “A los líderes gremiales les quita capacidad de negociación y además perjudica a los sindicatos que tienen mejores niveles salariales. Y a los empresarios los afecta en sus márgenes de ganancia, porque la idea es que no trasladen ese aumento a los precios”, admitió un importante funcionario al tanto de la discusión.
En la UIA y en la CGT quisieran desensillar hasta que aclare. Esa voluntad se evidenció en el pedido que le cursaron al ministro del Trabajo, Claudio Moroni, para aplazar unos días el Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, que iba a ser el jueves que viene, pero se aplazó para el 22 de agosto. La postergación se debió a que el presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, estará de viaje por un asunto personal en la fecha que se había fijado inicialmente. Pero esa excusa formal también sirve para extender el “período de prueba” de Massa. “En una semana más vamos a tener más claro por dónde va todo”, deslizó uno de los referentes que se sentará en esa mesa.
Medidas contra la inflación
Mientras tanto, junto con la renovación del equipo económico, el Gobierno cambiará una vez más de libreto para hacer frente al aumento de precios. Cerca del flamante secretario de Comercio, Matías Tombolini, advirtieron que dejarán el modelo “Feletti” de pisar precios de una gran masa de productos y que en cambio volverán al espíritu original de Precios Cuidados (el modelo de Augusto Costa durante la gestión de Axel Kicillof) para fijar una canasta más reducida de productos (probablemente menos de mil) que funcionarán como precios de referencia en la góndola. Kicillof es uno de los interlocutores económicos que Cristina le impuso a Massa.
Lejos de mostrarle los dientes a las empresas, Tombolini dijo días atrás: “A ellos (por los empresarios) no los vamos a perseguir, se van a venir a sentar solos”. Hoy volvió a insistir por las buenas. “No creo que funcione congelar precios”, dijo en declaraciones radiales.
El funcionario sabe que está varios escalones atrás para renegociar una nueva edición de Precios Cuidados: las semanas de inestabilidad que sobrevinieron a la salida de Martín Guzmán hizo que se perdiera la referencia de los precios y que, en consecuencia, se empezara a verificar un retiro de productos.
La única novedad que trajo la reconfiguración del equipo económico es que la nueva secretaría de Comercio tiene el control sobre el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), una mirilla que le permite controlar el ingreso de insumos al país, clave en la conformación de los precios, mientras hay una larga fila ante el Banco Central de empresas que reclaman girar divisas.
“Hemos detectado muchas maniobras de triangulación donde se sobrefacturaban importaciones para girar más dólares que los correspondían”, dijo hoy Tombolini a El Destape Radio. Y agregó: “La sobrefacturación de importaciones se va a denunciar en la Justicia estadounidense porque es una operación de lavado que hacen con los bancos de ese país”.
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