Por qué el kirchnerismo no avanza con la marcha para apoyar a Cristina y arma actos controlados
Busca aprovechar el “revival” militante pero sin que las demostraciones se salgan de cauce; por eso rehúye una convocatoria masiva; mientras tanto, alienta el formato de los “cabildos abiertos”
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El kirchnerismo está decidido a aprovechar el clima de agitación que provocó en las bases del peronismo el pedido de condena a 12 años de prisión contra Cristina Kirchner en la causa Vialidad. Pero al mismo tiempo, busca que el revival militante no se salga del cauce. Por eso se resiste a convocar a una marcha masiva en apoyo a la vicepresidenta y en cambio prefiere un acto más acotado, en el que la única protagonista sea la vicepresidenta.
Así quedó en claro hoy en la reunión del PJ bonaerense en La Plata. El encargado de bajar esa línea no fue otro que Máximo Kirchner. El delfín de Cristina comunicó que el congreso partidario se realizará el sábado 3 de septiembre en Merlo y que la “invitada especial” del encuentro será su madre. El mensaje fue elocuente: nadie más que ella podrá capitalizar políticamente la supuesta “persecución judicial” en su contra.
“No quieren dar un paso en falso”, describió uno de los participantes de la reunión del peronismo bonaerense a la actitud que adoptó Máximo Kirchner en la capital provincial. La jugada dejó pedaleando en el aire al PJ nacional que encabeza Alberto Fernández, que estuvo analizando fechas para una marcha pero pocas horas después se topó con la intención de La Cámpora y el Instituto Patria de no pisar el acelerador.
El contraste de volumen político entre la reunión del PJ nacional -en una mesa raleada de dirigentes tendida en la sede histórica de la calle Matheu porteña- y la convocatoria de Máximo en La Plata, a la que asistieron desde ministros nacionales hasta intendentes de peso en el conurbano, resultó una constatación de qué sector interno del oficialismo tendrá la conducción de las manifestaciones en “defensa” de Cristina.
El primer hito de movilización -más allá de las convocatorias “espontáneas” en la puerta del Senado, en la casa de la vice en Recoleta y en los “cabildos abiertos” de los PJ locales- se focalizará en el territorio donde el kirchnerismo pisa fuerte y asienta su “resistencia”: el conurbano bonaerense. Por eso Cristina Kirchner será la oradora de cierre del próximo congreso del PJ provincial, que se realizará en Merlo.
La convocatoria, para dentro de dos sábados, persigue un doble objetivo: aprovechar la convulsión que generó en la militancia el hecho de ver a su líder “acorralada” por la Justicia; y a la vez acercar la demostración ante fechas alternativas como el 17 de octubre, simbólica para el peronismo pero lejana si la intención es darle un envión político al Frente de Todos. “Una cosa es defender a Cristina y otra militar el ajuste”, razonaron las fuentes consultadas.
Por eso el ministro de Economía, Sergio Massa, se mantiene al margen de esta circunstancia político-judicial y se concentra en la gestión. En cambio, Alberto Fernández decidió meterse de lleno en el debate público y no solo recibió una andanada opositora, con pedidos de juicio político incluidos, sino también la reprimenda de los que habitan en las cercanías de Cristina. “El Presidente tiene que hablar menos”, aconsejó Hebe de Bonafini, en un inusual rapto de moderación.
Sin definiciones sobre la marcha, que se promocionó masiva pero que el kirchnerismo rehúye, Cristina será la protagonista excluyente el 3 de septiembre en Merlo. La cita será en lo que fue la quinta La Colonial, que usaba como búnker el barón del conurbano Raúl Othacehé hasta que lo desbancó Gustavo Menéndez, otro cacique del PJ. Allí, la vice apelaría a una frase que circula entre los dirigentes: “Quieren borrar al peronismo”.
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