Por qué Animales sueltos se convirtió en la meca de los políticos
Con el cambio de enfoque de su programa nocturno, Alejandro Fantino logró declaraciones de los candidatos que rebotaron más en la arena mediática que lo ocurrido en otras apariciones televisivas
A Alejandro Fantino le gusta enorgullecerse de lo que pasa en su programa nocturno de América. Lo repite varias veces por emisión sobre todo con el propósito de dejar constancia de que el viraje del ciclo, por decisión expresa de su conductor, tuvo resultados virtuosos. Suele decir Fantino cuando las cámaras no lo enfocan que hubiese sido mucho mas cómodo para él refugiarse en ese mundo de indiscreciones y personajes mediáticos que forjó el origen del programa. En cuestiones de rating, la revelación de la vedette del momento en un living lleno de caras conocidas y frases frívolas siempre resulta más favorable que la convocatoria a algún político, economista o pensador para un diálogo mano a mano. Pero Fantino eligió la segunda opción, aún contra sus propios intereses pero llevado por su convicción, y sobre todo por su curiosidad. Porque en verdad el Animales sueltos de este tiempo electoral es la manifestación viva de la curiosidad de su conductor por los temas de actualidad. Tal vez sea por eso que los candidatos y protagonistas de la realidad política se predisponen muy bien en su programa, mucho más que en la visita a cualquier otro estudio de TV, inclusive los más especializados y curtidos en el debate político.
Es por eso que las frases que nacen de Animales sueltos y pertenecen a los candidatos rebotaron más en la arena mediática que lo ocurrido con ellos en otras apariciones televisivas. Y con un respuesta de audiencia interesante para un horario a priori marginal (Animales sueltos va de 23 a 1, de lunes a viernes).
Esta semana pasaron por allí Mauricio Macri y Daniel Scioli, con parte de sus respectivos equipos. La presencia de Macri, el miércoles, alcanzó un rating promedio de 7 puntos. Al día siguiente estuvo Scioli y la misma medición llegó a la mitad. ¿Fruto de las tendencias pre-ballottage y lo que indican las encuestas? Tal vez. Pero también influyó en este caso la ausencia de ShowMatch cada miércoles, que en este caso favoreció al candidato de Cambiemos.
¿Qué tiene a su favor Animales sueltos? Un clima de camaradería y amable informalidad que predispone bien a los candidatos. Fantino pregunta, instala temas, se hace eco de las discusiones cotidianas que los involucran. Pero su énfasis no apunta tanto al armado de un cuestionario o a la aplicación de las reglas de una entrevista política más o menos convencional, sino a pedirle a los candidatos que expresen su mensaje del modo más claro posible, porque quienes los escuchan son chacareros de la Pampa Gringa o habitantes de pequeños pueblos del interior.
El fuerte de Fantino no es precisamente la repregunta. Prefiere llevar al candidato a una recorrida por cuestiones de una agenda de temas que aparecen en el interés y la prioridad de los invitados. En estas circunstancias, Fantino atiende los puntos de vista de sus interlocutores y emplea todo su manejo televisivo para que ese discurso sea comprensible para el televidente. Por eso, uno de los latiguillos es repetir textualmente varias veces por reportaje alguna definición que escucha de su invitado y le parece convincente. En estos casos, la apuesta de Fantino es muy precisa: lo que busca es que su invitado entregue su mensaje con la mayor claridad y comprensión posible.
Frente a los candidatos, el conductor sacrifica en estos casos un poco de su propia curiosidad para asegurar que el invitado no se vaya sin haber dicho lo que quería decir. A la vez, en estas ocasiones el conductor aplica una suerte de sexto sentido que lo lleva a concentrar la charla sobre ciertos ejes (la postura económica del equipo de Scioli a partir de la dicotomía Estado-mercado) y omitir otros. Pocas horas antes, el sciolismo habia quedado expuesto a un nuevo episodio en la interna con el kirchnerismo duro a partir del exabrupto de Axel Kicillof contra Sergio Massa . El tema dominó la emisión del jueves de Intratables, que precede a Animales sueltos en la grilla de América. Pero en el mano a mano Scioli-Fantino la cuestión estuvo ausente. ¿Habrá sido porque esa charla se emitió grabada y no en vivo, como es habitual en Animales sueltos?
La verdadera curiosidad de Fantino, que de inmediato se transmite a sus televidentes, aparece en las charlas mano a mano con otro tipo de figuras, de Beatriz Sarlo a Martin Lousteau y de Tomás Abraham a Juan Carlos de Pablo, pasando por hombres de la ciencia (Facundo Manes, invitado frecuente) y de los medios (Pablo Sirvén, Edi Zunino). En ellas se suman varios elementos plausibles: mucho tiempo para articular ideas, la gran constancia de Fantino para preparar cada charla con lecturas previas bastante meticulosas, la predisposición compartida entre conductor e invitado para buscar la mayor comprensión en el tratamiento de cuestiones que a priori pueden resultar densas. Eso sí, casi siempre sin repreguntas, tal vez el talón de Aquiles del Fantino entrevistador. Tal vez por eso, frente a algunas dudas macroeconómicas que dejó el paso de los candidatos, no hubiese estado mal volver a convocar a algún economista para debatir los dichos de Scioli y de Macri inmediatamente después de ellos.
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