Nace la "Mesa de Enlace" de las Fuerzas Armadas, de seguridad y policiales, con intención de incidir en política
Por primera vez desde el regreso de la democracia, referentes de las Fuerzas Armadas, policiales y de seguridad se reunirán en una mesa conjunta, con el objetivo de incidir en la política del sector. La agrupación, que lleva el nombre de "Mesa de Encuentro Libertador General San Martín", reúne a personal retirado de las fuerzas y autoridades de sociedades y mutuales de uniformados, y a partir de hoy se mostrará públicamente.
En el documento de lanzamiento, la mesa se presentó como "un espacio federal que se propone representar ante la dirigencia política y la opinión pública a los centenares de miles de uniformados que viven y cumplen servicio en todo el territorio nacional". El grupo deberá enfrentar el recelo inevitable de quienes equiparan estas confluencias con una amenaza al poder político.
"De ninguna manera es un desafío a las instituciones, sabemos por nuestra experiencia en el servicio que a las fuerzas las maneja, la conduce, el personal en actividad; pero somos conscientes de las lecturas que se pueden generar, es algo que no nos podemos sacar de encima desde 10 de diciembre 1983 en adelante; de todas formas nos gustaría participar, como hacen los ocho exsecretarios de energía de la Nación, en expresar opiniones públicas sobre el sector de la defensa y la seguridad, ese es nuestro modelo de trabajo, más allá de lo que nos adjudiquen", expresa en diálogo con LA NACION el General de División (R) Ernesto Bossi, quien oficiará de anfitrión del grupo.
Además de Bossi, entre los referentes aparecen el teniente general (R) Claudio Pasqualini (Observatorio de Seguridad y Defensa), el general de Brigada.(R) Sergio Fernández (Asociación Veteranos de Guerra de Malvinas); el coronel (R) José Francisco Guerrero (Mutualidad del Personal de Intendencias Militares); el general de Brigada (R) Daniel Reimundes (Sociedad Militar Seguros de Vida); el comandante general (R) Ricardo Spadaro (Gendarmería Nacional), el suboficial mayor de la Armada Humberto Toloza (Círculo de Oficiales de Mar) y el teniente general (R) Ricardo Cundom (Fundación Criteria), y el comisario General de la Policía bonaerense, Pablo Bressi.
La mesa se presentará con un documento con tres objetivos:
- Participar en el debate público y político sobre la defensa y la seguridad nacional entendidas como elementos estratégicos para el desarrollo nacional.
- Amalgamar a la "familia de los uniformados".
- Determinar intereses comunes y particulares de los uniformados.
Desconfianza y poder
La agrupación de sectores de las fuerzas provoca en la política argentina un recelo cimentado por la historia de quiebres de los procesos democráticos. Gran parte de la dirigencia lo vislumbra como un desafío a su autoridad y el kirchnerismo, en particular, como una usina de desestabilización.
La relación de desconfianza se evidenció desde los primeros días del Gobierno de Néstor Kirchner. En 2004, cuando llevaba apenas un año como presidente, Kirchner se enteró que un grupo de militares retirados realizaban una cena en un quincho del Regimiento de Patricios. Con la convicción de que se tramaban maniobras en su contra, el entonces Presidente envió a su ministro de Defensa, José Pampuro, a que se presentara por sorpresa en la reunión.
Los comensales vieron llegar consternados al ministro y al subjefe del Ejército, Mario Chetrien. Kirchner había recibido informes sobre el encuentro y actuó para demostrar el conocimiento de la situación. Era un mensaje hacia sectores que vislumbraba como proclives a las conjuraciones. A llegar, el eterno operador radical Enrique Nosiglia le dijo a Pampuro: "Mirá que no estamos conspirando". "Lo que me decís me garantiza que sí", le contestó el ministro de Defensa. Desde entonces, el kirchnerismo asocia a sectores uniformados con sus adversarios políticos.
El kirchnerismo difundió aquella jugada como una muestra de autoridad. En la reunión había incluso referentes del propio oficialismo y hasta banqueros que luego financiaron campañas del oficialismo. De todas formas, las fuerzas se mantuvieron a lo largo de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner obedientes al poder político.
"Me acuerdo bien de aquella cena porque yo la organicé -recuerda ahora el general Bossi, 16 años después-, era una costumbre que teníamos en mayo, porque ese mes hay varios acontecimientos: el día de la Armada, el día del Ejército, el 25 de Mayo, y desde 1988 nos reuníamos a comer empanadas y locro; era algo público, cuando teníamos la lista de invitados la entregábamos a las autoridades de la fuerza y el regimiento para que controlen la entrada, estábamos sirviendo la comida cuando apareció el ministro".
Bossi recuerda que salió a recibir a Pampuro, quien le preguntó si debía saludar a los comensales. "Como usted quiera, ministro, le respondí, estaban Horacio Jaunarena, el diputado oficialista Eduardo Di Cola, que era interventor del Corre Argentino, y se quedó Pampuro, todo transcurrió bien, y el sábado cuando vi la portada de Página/12 no lo podía creer, me parece que eso fue producto de aquel contexto, y esperamos que ahora, con nuestro accionar claro y transparente, termine la desconfianza", concluye Bossi.
En principio, a partir de aquella reunión, Néstor Kirchner prohibió las reuniones de retirados en instalaciones de las Fuerzas Armadas.
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