Por primera vez el Gobierno reconoce a los trabajadores informales y les allana el camino a su sindicalización
El Ministerio de Trabajo aprobó los estatutos de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular; según sus referentes, es un “salto enorme” en el camino a la integración con la CGT, pero en la central se mostraron cautos
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En un fuerte aval del Gobierno a los movimientos sociales, el Ministerio de Trabajo aprobó los estatutos de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). La resolución, que lleva la firma del ministro Claudio Moroni, reconoce a la organización que lidera Esteban “Gringo” Castro como representante de los trabajadores informales, un sector que abarca a más de seis millones de personas en todo el país.
“Esto significa un salto institucional enorme. Es un reconocimiento que nos integra formalmente a la clase trabajadora argentina”, celebró Gildo Onorato, referente del Movimiento Evita y secretario gremial de la UTEP, entidad que nuclea a personas que se dedican a distintas actividades no registradas, desde cartoneros hasta feriantes o vendedores ambulantes.
En vísperas del 7 de agosto, salió la resolución del Ministerio de Trabajo que otorga la personería social a la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP). Esta personería es un gran paso en el reconocimiento de nuestro sindicato.
— UTEP (@UTEPoficial) August 4, 2021
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Es que la aprobación del estatuto le brinda un marco legal a los dos millones y medio de trabajadores que están inscriptos en el Registro de Asociaciones de Trabajadores de la Economía Popular y de Subsistencia Básica, un mecanismo creado a principios de este año con el objetivo de “generar representación y mecanismos institucionales para afrontar la lucha por más derechos laborales”.
“Ahora contamos con personería social en tanto representantes de trabajadores y trabajadoras de la economía popular”, agregó Onorato en diálogo con LA NACION. La UTEP había hecho la presentación formal de los estatutos ante la Secretaría de Trabajo en mayo, los cuales fueron aprobados ayer a través de la Resolución 2021-449. Sin embargo, resta un paso más para que la sindicalización sea un hecho: la otorgación de la “personería gremial”.
En ese sentido, la formalización jurídica fue tomada por la UTEP como un avance importante en el camino hacia una integración con la CGT. Es un viejo anhelo de los dirigentes de la economía popular, pero que genera resistencias en varios de los líderes sindicales tradicionales que ven de reojo el crecimiento que tuvieron los movimientos sociales en los últimos años.
En la central obrera todavía son cautos respecto de la posibilidad de que se concrete un acercamiento institucional. “El objetivo es que muchos de esos trabajadores, si no todos, se vuelquen a una relación de trabajo formal”, apuntaron a este diario desde el entorno de la conducción cegetista. Sin embargo, precisaron que “esta CGT considera fuertemente la incorporación [de la UTEP] bajo algún tipo de modalidad de inclusión en la próxima conducción”. Y aclararon que “no es una integración entre centrales, ya que la UTEP no lo es. En todo caso pretende ser una asociación gremial”.
Uno de los puntos que más ruido hace en el sindicalismo es la discusión en torno a los fondos de cobertura médica que la UTEP, una vez formalizada, gestionaría para sus afiliados. Es que, a partir de la aprobación de la ley de Emergencia Social en 2016, las agrupaciones crearon una obra social propia. Se trata de la Obra Social de Trabajadores de la Economía Popular (Ostep), que nació al calor de las negociaciones entre la por entonces Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), liderada por Emilio Pérsico, y el gobierno de Mauricio Macri.
La Ostep posee alrededor de 500.000 afiliados y tiene su sede en el barrio porteño de Constitución. Su estructura cuenta con tres centros médicos distribuidos en la Ciudad y en Provincia, además de 20 centros de atención primaria y hasta ambulancias, aunque buena parte de los servicios se resuelven a través de convenios con clínicas privadas.
Tensiones
La decisión tomada por Moroni llega en un contexto tenso en la relación de las organizaciones con la Casa Rosada. Los pocos lugares que les cedieron en las listas del Frente de Todos generó malestar entre sus filas. “Esperábamos más”, deslizaron en los últimos días. Es una recriminación que se escucha en las bases y entre los dirigentes de mayor peso, que pretendían ubicar al subsecretario de Políticas de Integración y referente de Barrios de Pie, Daniel Menéndez, al menos entre los primeros 15 puestos de la boleta de diputados en la provincia de Buenos Aires. Menéndez irá 16° y ya confirmó que dejará su cargo para la campaña.
En tanto, este sábado, el Movimiento Evita, Somos-Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa, se lanzarán a las calles en una marcha-procesión por el día de San Cayetano. Será la primera movilización masiva de los grupos más afines al oficialismo tras más de un año y medio de pandemia. Y si bien aclaran que es una conmemoración que trasciende lo político, desde los movimientos admiten que buscarán dar una demostración de fuerzas “en un contexto donde se necesita discutir el trabajo”.
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