Por decisión del Gobierno, cierran la sala de prensa de la Casa Rosada por los festejos del Mundial

Los veteranos hombres y mujeres de prensa que trajinan los pasillos de Balcarce 50 no recuerdan un hecho semejante desde el retorno de la democracia. Ni en los violentos días de diciembre de 2001, ni en otras crisis políticas o económicas como las de la Semana Santa de 1987 o durante las rebeliones carapintadas, la sala del primer piso de la Casa Rosada, reservada para los periodistas acreditados, se mantuvo cerrada por orden gubernamental.

Por medio de una comunicación de la oficina de la portavoz Gabriela Cerruti, el gobierno de Alberto Fernández dispuso en la noche del lunes que la sala de periodistas de la Casa Rosada se mantuviera cerrada durante la jornada de hoy, día en la que el seleccionado nacional de futbol festejó en las calles el campeonato mundial obtenido el domingo en Qatar.

“Hola, a todas y todos. Mañana habrá operativos de seguridad en toda la ciudad. Por esa razón, y por directiva de Casa Militar, la Casa Rosada permanecerá cerrada para trabajadoras y trabajadores, incluida la prensa acreditada. Solo se permitirá el ingreso de personal esencial. Nos volvemos a ver el miércoles!”, escribieron desde la oficina de la portavoz, a las 21.30 del lunes y sin aviso previo.

Apenas conocida la noticia, surgieron voces de rechazo a la medida, tanto entre los propios colegas como en dirigentes de la oposición. Algunos colegas de medios radiales intentaron, de hecho, ingresar a la casa a primera hora de la mañana, sin éxito. Durante toda la jornada, Cerruti se encargó de defender en público y en privado la decisión, e incluso se permitió contraatacar contra los medios de comunicación.

“Los periodistas pueden cubrir la fiesta en la plaza y en las calles y en cada lugar que el equipo campeón mundial se encuentre con su pueblo. La prioridad del Gobierno hoy es garantizar que ese encuentro sea feliz. Los periodistas, a veces, no son protagonistas.”, escribió Cerruti ante las críticas opositoras al cierre de la sala, que en los últimos años sólo se mantuvo cerrada unas pocas horas durante el velatorio de Diego Maradona, en noviembre de 2020 y por pedido de sus familiares directos. También se desalojó la Casa Rosada por unas horas antes de la llegada allí del presidente ruso Vladimir Putin, quien visitó el país en el contexto de la reunión del g20, en los primeros días de diciembre de 2018.

Además de su respuestas públicas, Cerruti utilizó la ironía para responder también consultas privadas de periodistas que le pedían rever su situación. “Yo ya quedé en la historia”, le espetó a una colega que le advertía las consecuencias negativas de no permitir el acceso a la prensa a la sala, en una jornada que terminó siendo histórica, pero en la cual la Casa Rosada no cumpliría papel alguno. La negativa de los jugadores del seleccionado a mezclarse con “la política”, según trascendió, convirtió la prohibición

Al promediar la mañana, la misma portavocería ofreció a los medios una solución intermedia: un “corralito” o espacio para la prensa entre la reja exterior de la Casa Rosada y el vallado de contención para los simpatizantes que lleguen a la Plaza de Mayo. Todo en medio de la incertidumbre por la presencia (o no) del plantel argentino en la Casa de Gobierno luego de su recorrida en bus dese el predio de Ezeiza hasta el Obelisco, que finalmente fue abortada por decisión de la propia AFA, con quejas directas hacia el Gobierno.

“Al decidir cerrar la sala de periodistas, la tarea de los medios y sus periodistas acreditados, generó durante todo el día dificultades para la información. Sin información oficial, comunicados de prensa o conferencia de prensa y con la sala de periodistas cerrada, las noticias oficiales no fueron dadas a conocer por fuente oficial y la confusión sobre el recorrido y detalles de la movilización de las fuerzas de seguridad quedó evidenciada”, afirmó la fundación LED, que encabeza Silvana Giúdici, a través de un comunicado. “Constituye no solamente un mal ejemplo de ejercicio del poder, sino también una severa limitación al ejercicio de la libertad de expresión y de prensa y al derecho al acceso a la información, consagrados en nuestra Constitución Nacional y en los Tratados Internacionales que la integran”, agregó Giúdici.

“¿Falta de información oficial? Toda la jornada los periodistas estuvieron en comunicación conmigo, absolutamente informados”, retrucó Cerruti, aunque sin poder desmentir que las puertas de la Casa Rosada estuvieron vedadas para los medios.

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