Populismo y peronismo en un diálogo con Vargas Llosa
El escritor y premio Nobel entrevistó a Macri quien evitó entrar en polémicas
MADRID (De nuestro corresponsal).- Mario Vargas Llosa le avisó a Mauricio Macri que iba a ser irreverente, pese a su afinidad con el gobierno argentino. "¿Se está librando la Argentina al fin del peronismo?", le preguntó, ante un auditorio repleto en el que no faltaban dirigentes justicialistas que el Presidente invitó a su viaje a España. "Yo creo que el peronismo al fin está entendiendo", respondió Macri. No quiso entrar en el juego que le proponía el premio Nobel, que nunca oculta su percepción de que el peronismo es el mal que arruinó a la Argentina.
Diplomático, el Presidente elogió a una nueva generación de dirigentes peronistas que, según él, tienen compromiso con la gobernabilidad. "Con las anteriores camadas era como vivir en el realismo mágico permanente." Y se envalentonó: "Tengo minoría en las dos cámaras y sin embargo hemos podido sacar todas las leyes importantes que necesitamos".
El embajador Ramón Puerta, justicialista de siempre, lo miraba con una sonrisa. Cerca de él seguían la charla pública organizada en la Casa de América los sindicalistas Gerónimo Venegas (peronista de religión), Dante Camaño y Guillermo Pereyra.
Macri quiso elogiar a Perón. Al último, al que volvió en los 70. "Ese Perón había entendido cómo funcionaba el mundo. Él decía que la estrella polar de un país tiene que ser la productividad. Que cada argentino tiene que generar lo que consume. Lamentablemente, todos los peronistas que vinieron después hicieron lo contrario."
Vargas Llosa convidó al Presidente a despacharse contra el populismo latinoamericano. Empezó describiendo "el país devastado" que, a su juicio, dejaron los Kirchner. Le preguntó cómo se ubicaba en el debate entre gradualistas y reformistas urgentes. "Estamos yendo en forma gradual, porque estoy convencido de esto", dijo.
El escritor celebró el avance contra la corrupción que significó el caso Odebrecht, iniciado en Brasil pero que afecta a toda América latina. "Habrá que hacerle un monumento. Nada contribuyó tanto a revelar la corrupción en la región", dijo.
Macri asintió. Trajo sólo a colación las sospechas que se instalaron sobre su jefe de inteligencia, Gustavo Arribas: "Han querido involucrar absurdamente a un funcionario mío que no tenía nada que ver en el tema. De los 1000 millones en coimas que confesó el señor Odebrecht, 35 millones fueron a la Argentina. Se ve que no había tanta obra en el país".
La coincidencia entre los dos resultó notable cuando salió la crisis de Venezuela. "Está claro que la dignidad del pueblo venezolano se puede ir pisoteando cada vez más", se quejó Macri. Los dos despotricaron contra lo que significó Hugo Chávez y su legado en América latina. Vargas Llosa se mostró alarmado del éxito que pudo alcanzar. Macri lo relativizó: "El populismo con plata es difícil. Cuando tienen para repartir...".
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