Plantean las “deudas de la convivencia social”, en un encuentro de la Iglesia con dirigentes políticos
Comenzó en Mar del Plata la cita anual de la Pastoral Social y advirtieron sobre la necesidad de avanzar en acuerdos, políticas de Estado y gobernabilidad; estuvieron el ministro Wado De Pedro, Federico Storani, Guillermo Montenegro y los obispos Oscar Ojea y Jorge Lugiones
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MAR DEL PLATA.- Acuerdos, pacto social y políticas de Estado. Los tres conceptos, a la par de algunas críticas a la situación económica y social, retumbaron en el panel de apertura de la Semana Social de la Iglesia que, en plena recta final hacia las elecciones de este año, se aseguró presencias fuertes de las dos coaliciones en pugna con funcionarios, legisladores y referentes.
“Y gobernabilidad, porque si no, no se puede”, acotó y sumó a aquella lista el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (Cepas), monseñor Jorge Lugones, al hacer su resumen, a puro apunte de lo que se había escuchado de los destacados invitados de la jornada inicial.
Antes, el obispo Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, enumeraba deudas de convivencia social. “No hemos aprendido en estos años a escucharnos”, advirtió en el primer zamarreo a la clase política. “Hay que disponerse a recibir lo que dice el otro”, dijo y lamentó que estemos “acostumbrados a escuchar solo lo que confirma nuestros pensamientos y emociones”. Y agregó: Sin escucha no hay diálogo posible”.
El ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, principal representante del gobierno nacional en esta cita, habló aquí de soñar un país “en grande” y consideró que será imposible sin un consenso amplio. “Nos pusimos de acuerdo con gobernadores en 15000 obras que se harán en este gobierno o los que vienen”, confirmó sobre decisiones que van más allá de mandatos de gestión y color político.
Se recibieron adhesiones del ministro de Economía, Sergio Massa, y del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, ambos precandidatos a la Presidencia de la Nación.
“Necesitamos avanzar sin demoras en el desarrollo humanista de nuestra patria y construir las políticas públicas que lo apuntalen en el mediano y largo plazo. Vivimos una realidad económica compleja aquejados por una agobiante deuda externa e interna. Por lo que esta construcción no puede ser obra de un gobierno, y mucho menos de una persona”, dijo Massa en su mensaje.
Larreta, en su carta, llamó a seguir “un camino de sano debate frente a la realidad que nos interpela”. Y mencionó que “el desarrollo humano integral, las adicciones, el trabajo digno y la educación son temas en los que la política y la sociedad civil tienen que escucharse y entrar en diálogo sincero”.
La Iglesia programó la Semana Social, con histórica tradición de desarrollo en esta ciudad, con ejes referidos a los 40 años de democracia ininterrumpida en el país y la década que se cumple con Jorge Bergoglio como figura máxima del Vaticano. También, con un mensaje de memoria por lo ocurrido y las consecuencias de la última dictadura.
Un video con resumen históricos de distintos momentos de Francisco al frente de la Iglesia abrió la jornada inaugural, con la sala completa y mucho aire peronista, según se pudo percibir por la presencia de figuras políticas locales y en los fondos del salón, además de una visible participación de jóvenes, con dedos en “V” bien altos para saludar a de Pedro y las menciones que la vicegobernadora bonaerense, Verónica Magario, hizo en su discurso a los líderes históricos del movimiento justicialista.
Asignaturas pendientes
“Debe haber un cuidado extremo por nuestra palabra como responsables desde la política o la dirigencia”, fue la advertencia que dejó monseñor Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, quien en la hora inicial de laSemana Social describió una realidad complicada del país, con muchas deudas pendientes, resumidas también en un programa que dispuso mesas de debate sobre cada una de cuestiones que desde hace años esperan respuestas.
“Tampoco hemos logrado en estos años la paz social”, cuestionó el obispo de San Isidro, y lamentó que “la tentación de la violencia se va adueñando del corazón, de las palabras, y luego pasa a la acción”. Lo resumió en una experiencia personal, cuando un niño de 13 años le pidió una bendición para su arma.
“Esta noche tengo que salir”, le dijo el adolescente al religioso. “Hemos estado ausentes, faltó presencia en un medio social concreto y esto no se arregla solo con bajar la edad de la imputabilidad”, remarcó Ojea y se ganó los primeros y fuertes aplausos de la noche.
A diferencia de años anteriores, esta edición de la Semana Social logró muy buena convocatoria desde la política y los oficialismos. En la misma mesa que de Pedro y Magario estuvo Guillermo Montenegro, figura fuerte de Juntos por el Cambio que buscará en Mar del Plata la reelección y es uno de las excepciones que llegará a las urnas con su nombre tanto en la boleta que encabeza Horacio Rodríguez Larreta como la que impulsa a Patricia Bullrich
El segundo panel tuvo participación del radical y ex legislador Federico Storani y el diputado nacional oficialista Leopoldo Moreau, que poco quiso agregar sobre el anticipo radial que hizo de la participación de Amado Boudou en las actuales negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, pronto desmentidas por el Gobierno.
Para este sábado habrá más de uno y otro lado de la grieta. El exdiputado Federico Pinedo; el senador bonaerense Joaquín de la Torre; la ministra de Educación de Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña; su par bonaerense, Alberto Sileoni, y los exministros nacionales de Producción, Dante Sica, y de Educación, Nicolás Trotta, entre otros.
“Huérfanos de escucha”
“Todo diálogo comienza con una escucha”, planteó Ojea como receta para avanzar hacia los pretendidos acuerdos que consideró necesarios para no ser “huérfanos de patria”, como definió en su presentación.
De Pedro coincidió desde la experiencia personal que tiene con su dificultad de habla. “Me hizo escuchar más”, dijo sobre lo que considera un capital, más aún en su rol de funcionario y en referencia a esa gira que dijo haber hecho por las provincias para definir obras que generen soluciones y más trabajo. “Les propuse a los gobernadores un plan federal, hay que volver a planificar”, insistió.
Refirió de esa experiencia la posibilidad de haberla llevado adelante sin estridencias. “Fuera del radar de los medios”, aclaró como valor agregado y aprovechó para dejarle a la prensa una dura crítica. “Nos debemos una discusión del rol de los medios y que dejen de contaminar y dividir a la sociedad”, reclamó. Y se ganó los aplausos de gran parte del salón.
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