Sputnik V: cada vez más gremios presionan al Gobierno para entrar en los grupos prioritarios de vacunación
Todos los que rodean al Presidente lo reconocen. La principal preocupación que aqueja a Alberto Fernández es conseguir vacunas contra el Covid "en escala" -del origen que sea- para salir del vacío que dejó la demora de Rusia. El Gobierno necesita pasar a la inoculación masiva con el objetivo de "ganarle al invierno". Pero con las 710.000 dosis que ya fueron distribuidas en las provincias, el primer "ensayo general" del operativo de vacunación, asomaron las primeras diferencias. Aparecieron gremios que reclamaron ser incluidos en los grupos prioritarios, criterios dispares en las provincias a la hora de decidir a quién inocular primero y quejas por la "utilización política" de la campaña sanitaria.
El jueves, la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) tocó la puerta del despacho del ministro de Salud, Ginés González García, para reclamarle que los transportistas -colectiveros, ferroviarios y portuarios- ingresen "cuanto antes" al calendario oficial de vacunación. La entidad, encabezada por Juan Carlos Schmid, le endilgó al Gobierno que sus trabajadores, que trasladan pasajeros, están expuestos cotidianamente al virus. Según fuentes de la reunión, el ministro respondió que reconoce la calidad de "esenciales" de los transportistas y que en el futuro el Gobierno podría entregar la vacuna directamente a las obras sociales gremiales para que inoculen a esos trabajadores. Pero primero, les enfatizó González García, "hace falta tener vacunas".
La CATT intentó marcar la cancha un día después de que Hugo Moyano se sentara a la mesa directamente con el Presidente. El líder de Camioneros ganó de mano: hace tiempo que viene conversando con el Gobierno sobre la vacunación de sus afiliados, reconocieron fuentes oficiales.
"Todos están pidiendo entrar en la vacunación, en cada reunión con gremios o sectores aparece el tema", dijo a LA NACION un estrecho colaborador de Fernández al tanto del menú de pedidos que se recibe en la Casa Rosada.
El Ministerio de Salud definió en diciembre cuáles serán los grupos prioritarios a ser vacunados y en qué orden: después de los 821.394 trabajadores de la salud sería el turno de los 7,4 millones de mayores de 60 años, para luego pasar a los casi 500.000 integrantes de las fuerzas de seguridad. El cuarto grupo está integrado por personas de entre 18 y 59 años con comorbilidades y el quinto grupo contempla al personal de la educación (casi 1,5 millones de personas). Por último figura "otro personal estratégico". Contempla, por ejemplo, a los funcionarios y los trabajadores esenciales del Estado. Nación, no obstante, distribuye las dosis en las provincias que luego definen su logística y su criterio.
"Distribuimos 710.000 dosis de vacunas que están destinadas a los trabajadores de salud empezando por la primera línea. Lo que pasa es que en algunas provincias se ha ampliado y yo no puedo discutir ese criterio. Puede que en algún lado se hayan hecho excepciones. Y hay algunas provincias que están bajas en porcentaje de los trabajadores de salud vacunados", reconoció González García en su disertación ante Diputados de la semana pasada.
En la provincia de Buenos Aires -el territorio más vasto y complejo para el operativo de inoculación- Axel Kicillof definió adelantar a los primeros lugares de la "fila" a los "docentes con comorbilidades", a pesar de que la provincia lanzó un programa para reemplazar a estos maestros para el inicio de clases. Según fuentes oficiales, en Buenos Aires se vacunaron casi 180.000 personas y "se abarcó al 75% de los trabajadores de salud que se inscribieron" para recibir la Sputnik V. Aún cuando ese grupo no se completó, la provincia ya comenzó a vacunar a algunos mayores de 70 en geriátricos (en un operativo lanzado junto al PAMI) y a docentes de riesgo, aunque de estos dos grupos no hay cifras oficiales.
En la Ciudad, en cambio, ubicaron a los docentes recién en el quinto grupo, con el argumento de ir "abriendo anillos" en el orden que se estableció a nivel nacional. Con ese mismo razonamiento fue que ni Horacio Rodríguez Larreta ni sus colaboradores se inocularon todavía.
Los funcionarios que se vacunaron
"Seguramente contagió a otros", lanzó el camporista Mariano Recalde para intentar herir a Rodríguez Larreta -que tuvo Covid- por su decisión de no vacunarse. No hay un criterio uniforme sobre la vacunación de los funcionarios. Kicillof fue el primero en recibir la Sputnik V, junto a su ministro de salud, Daniel Gollán. Lo siguieron varios gobernadores como Sergio Ziliotto (La Pampa), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Jorge Capitanich (Chaco), Juan Schiaretti (Córdoba), Oscar Herrera Ahuad (Misiones), Raúl Jalil (Catamarca), Arabela Carreras (Río Negro), Omar Gutiérrez (Neuquén) y Gustavo Valdés (Juntos por el Cambio). Tras mucha deliberación interna acerca de cuál era el momento oportuno, se vacunó Fernández y, detrás de él, Cristina Kirchner. Hay más funcionarios que, sin ser de riesgo ni de primera línea, ya se inocularon contra el coronavirus.
Hay malestar, en tanto, entre varios intendentes por la campaña que desplegó la provincia, que recibió alrededor del 40% de las vacunas totales. Los jefes comunales opositores lo dicen a viva voz, pero hay intendentes del Frente de Todos que también están irritados. "Por ahora hay más de campaña política que de política sanitaria", lanzó el intendente de Vicente López, Jorge Macri.
El despliegue de centros de vacunación en las escuelas provinciales generó algunos chispazos en el territorio. "Desde la provincia hubo un desembarco de responsables de escuelas. Falta coordinación con los intendentes y eso genera ruido", dijeron muy cerca de un jefe comunal oficialista. La campaña para informar sobre la vacunación que se desplegó en unidades básicas de La Cámpora y locales del Frente de Todos fue calificada por el viceministro de salud bonaerense como una "tarea solidaria de la militancia". Pero la idea irritó a algunos colaboradores del Gobierno. "Lo público es lo público y no se mezcla con lo partidario", dijo a LA NACION un importante funcionario nacional. Otro ladero de Fernández aseguró sin embargo que "todo fue hablado y consensuado".
En el Gobierno dicen que hará falta ampliar la capacidad para hacer frente a la vacunación "masiva". El gremio de la Sanidad, que conduce el jefe cegetista Héctor Daer, ya le ofreció al Ministerio de Salud la infraestructura de las obras sociales. Fernández, en tanto, deslizó la posibilidad de habilitar farmacias. Todo para ganar una carrera contra el tiempo.
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