Pese a los dardos del kirchnerismo, Alberto Fernández sostiene su candidatura y la decisión de disputar las PASO
El mandatario insiste en ir por la reelección en 2023; la “lapicera”, el poder de decidir y las disputas internas; la coincidencia con Máximo Kirchner sobre “acortar” los tiempos entre las primarias y generales y el modelo “estadounidense”
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“Hoy la verdadera disputa, más que por las candidaturas, es por quién tiene la decisión. Y yo quiero que la decisión se tome a través de las PASO”. En medio de la efervescencia por la cuestión electoral, Alberto Fernández ratificó enfáticamente, en charlas reservadas durante las últimas horas, lo mismo que dijo un mes atrás en Olivos, en un asado con líderes gremiales. Ni las presiones por suspender las primarias ni las críticas del kirchnerismo que sobrevinieron a aquella cena, lo hicieron cambiar de postura.
El jefe de Estado, según ratifican en la Casa Rosada, quiere que los postulantes a la Presidencia se diriman en las urnas y no con el dedo de Cristina Kirchner. Y, aunque se cuide de proclamarlo en público -por la irritación que genera en sus socios- en privado aún repite que quiere buscar su reelección. “Ya lo dije en noviembre de 2021, ¿por qué cambiaría?”, soltó el jefe de Estado frente a uno de sus colaboradores luego de que se instalara la discusión por loas candidaturas de 2023 con la entrevista de alto voltaje político que el lunes brindó Máximo Kirchner a El Destape.
El líder de La Cámpora dijo que no cree que Cristina Kirchner o Sergio Massa tengan voluntad de ser candidatos a la presidencia en 2023 y consideró “raro” que el Presidente compita en una PASO nacional. El periodista Roberto Navarro le planteó, entonces, que el candidato del espacio podría ser Fernández. Kirchner hizo un largo silencio, se encogió de hombros y luego agregó “no saber en qué estaban pensando” en la Casa Rosada porque hace tiempo que no habla ni con el Jefe de Estado ni con sus colaboradores.
Tras la entrevista del líder camporista, puertas adentro Fernández ratificó sus dichos en el último día de la militancia, apenas horas después de la remontada en las elecciones generales de medio término. Ese día, ante una Plaza de Mayo repleta -excepto por La Cámpora que llegó cuando el discurso del Presidente ya había terminado- Fernández planteó la necesidad de que haya un “profundo debate” en el frente y que, en 2023, “desde el último concejal hasta el presidente de la República lo elijan primero los compañeros del Frente de Todos”. A partir de allí, instaló su voluntad de ir por un segundo mandato.
Pero la discusión electoral en el Frente de Todos tomó temperatura en los últimos días. La CGT y los movimientos sociales lanzaron sus propios sellos políticos, el PJ bonaerense resucitó la mesa política para blindar electoralmente a la provincia, y -aunque Máximo Kirchner dijo que Cristina ya sufrió el “desgaste”- se activó un operativo clamor para que la vicepresidenta sea la candidata. El kirchnerismo, en tanto, boicoteó el sueño de reelección de Fernández. Ayer, la senadora provincial Teresa García dijo que “si Alberto Fernández quiere ir a una PASO está bien, pero la sociedad ya le dijo que no”.
Cerca de Fernández minimizaron las expresiones de García -“Las encuestas no dicen eso”, replicaron- y consideraron que las declaraciones de Máximo Kirchner “desordenan” al frente oficialista. “No se entendió qué quiso decir, no tiene en claro qué quiere, se enredó en su retórica”, deslizaron cerca del Presidente sobre los dichos del líder camporista. La relación del Presidente con el hijo de la vicepresidenta es pésima. Si con Cristina Kirchner Fernández intercambia cada tanto algún mensaje vía Telegram, con su hijo hay incomunicación total.
En un momento de ánimos alterados en el Frente de Todos, sobrevuelan las dudas sobre las verdaderas intenciones de los líderes del espacio. Si para Fernández bajarse de la contienda con un año de mandato por delante sería problemático, Massa no quiere quemarse antes de tiempo y Cristina siempre jugó al factor sorpresa. Pero en la Casa Rosada deslizan que el Presidente le cree a su ministro de Economía cuando este dice que no piensa en competir, porque podría resultarle conveniente dejar pasar un turno electoral. “La cuestión también familiar es muy densa”, suele repetir Fernández a su entorno. Creen que lo dice en alusión a Massa, pero también a Cristina y a él mismo.
“Distinto” a 2019
Cerca del Presidente consideran que todos los movimientos de los últimos días tienen como objetivo disputar el poder sobre la lapicera de cara a 2023. Que lo que busca el kirchnerismo es definir la estrategia electoral. A pesar de que ese fue el mecanismo que lo hizo candidato en 2019, Fernández repite puertas adentro que hoy el escenario político es “distinto”. “Lo de 2019 fue excepcional. En 2019 Cristina era la que más medía, pero ahora mide mucho menos y hay muchos sectores del PJ que no quieren que ella los represente”, dijeron a LA NACION desde el entorno del mandatario.
En la intimidad, Fernández se muestra convencido de que “la única forma de tener futuro en el PJ es que no se elija a dedo” y que “el objetivo (del peronismo) tiene que ser que no vuelva la derecha y discutir cómo ganarle a Mauricio Macri”. Un funcionario de llegada directa al primer mandatario lo ilustró así: “Alberto espera un gran movimiento, como ocurrió con la interna Menem-Cafiero, donde la gente se movilizó a elegir”.
En Balcarce 50, de todos modos, ya hicieron su poroteo fino. “Hay 12 diputados de nuestro bloque que se oponen a cambiar el sistema”, dijo un importante funcionario de la Casa Rosada.
Fernández tiene el dato en la cabeza. Ante el clamor de los gobernadores y los intendentes por suspender las PASO, el kirchnerismo -sin pronunciarse claramente sobre el tema- deja que la discusión corra. Según pudo reconstruir LA NACION, con lo que sí estaría de acuerdo el mandatario es con la idea que esbozó el líder de La Cámpora sobre acortar los tiempos entre las primarias y las generales. En Casa Rosada aseguran que todavía está fresco el recuerdo de lo que sucedió en 2019 cuando Macri perdió las primarias y a partir de allí cayeron las reservas en 23.000 millones de dólares.
“Entendemos que el plazo entre las PASO y las generales tiene que ser más corto”, dijo Kirchner durante la entrevista con El Destape. En Casa Rosada aseguran que la primera en plantear la idea fue la exlegisladora y flamante ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz. Cercana a Fernández, Tolosa Paz dijo en una entrevista reciente, que “se puede trabajar en achicar el plazo electoral para no vivir atrapados en esa lógica. Pero debe haber un escenario de PASO, primarias o como se llame”.
Tolosa Paz también dejó rodar otra idea, para pasar a un esquema al estilo estadounidense, donde el compañero de fórmula se elige después de las elecciones primarias. “Si vamos a dirimir las candidaturas, se deben poder integrar fórmulas en la instancia general. Todo eso le haría muy bien a la democracia”, dijo Tolosa, que verbalizó una opción que avalan en la Casa Rosada por las posibilidades de que el candidato que resulte electo pueda sumar como su vice al mejor posicionado después suyo. Y, así, ampliar la base electoral.
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