Pese a las diferencias con el Presidente, por ahora Perotti no se desmarca del Frente de Todos
El gobernador de Santa Fe se mantiene dentro de la coalición gubernamental, en contrario a lo que se especuló tras la ruptura del bloque de senadores nacionales del oficialismo
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ROSARIO.- A pesar de que la relación de Omar Perotti con el gobierno nacional está en uno de sus peores momentos tras las demandas para aplacar la crisis de seguridad en Rosario, no aparece por ahora en el horizonte del gobernador de Santa Fe un plan de sacar los pies del Frente de Todos, justo cuando la fractura del bloque oficialista en el Senado podría abrir una puerta, con las pretensiones del mandatario cordobés Juan Schiaretti de armar una estrategia política a nivel nacional con referentes del interior del país. “Vamos a permanecer en el Frente de Todos”, ratificaron desde el entorno de Perotti.
Perotti tiene una buena relación con Schiaretti desde hace años, incluso mucho antes de que asumiera en la gobernación de Santa Fe. Este vínculo quedó expuesto en medidas que se tomaron en la provincia y que salieron de la usina cordobesa, como el boleto educativo gratuito. Además, Perotti y Schiaretti plantean puntos de gestión en común, sobre todo en el plano internacional, con el financiamiento que obtuvieron para la realización de acueductos.
En el PJ santafesino, por fuera del entorno del gobernador, siempre rondó la sospecha de que el peronismo cordobés y el santafesino iban a terminar en una alianza para sumar a otras provincias, como Entre Ríos. Los tres distritos conviven en la llamada Región Centro, que tomó cierto impulso durante los últimos años, pero no logró mostrarse como una alternativa al establishment político, hoy centrado más que nunca –según la visión de Perotti- en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires.
Pero esa sospecha en el PJ santafesino tomó mayor espesura cuando el sector político alineado con Perotti eligió el nombre “Hacemos Santa Fe”, un calco del “Hacemos Córdoba” de Schiaretti, como lema electoral, craneado por el consultor que comparten ambos gobernadores, como es Guillermo Seita.
Por ahora, la postura cauta de Perotti se trasluce en los movimientos o las decisiones que tomó el sector político que encabeza. Roberto Mirabella, senador de su más estrecho riñón, no dio el salto ni se alejó del bloque oficialista, tras la decisión que tomó un grupo de legisladores, entre los que se encuentra la cordobesa Alejandra Vigo, para formar la bancada nueva Unidad Federal. “La única forma de irme del bloque es que me echen”, advirtió con ironía Mirabella, en diálogo con LA NACION.
Despertó algunas suspicacias dentro del peronismo que después de que se produjera la fractura del bloque oficialista en el Senado, Mirabella se reunió en Córdoba con el intendente de esa ciudad, Martín Llaryora, quien es el candidato de Schiaretti a la gobernación. “Lo conozco desde que era intendente de San Francisco y nos reunimos para charlar de gestión y de política, de cómo dos provincias como Córdoba y Santa Fe pueden tener una mirada común, en materia de inversión en infraestructura, por ejemplo”, explicó el legislador.
Mirabella es el candidato a gobernador de Perotti, quien no tiene posibilidad de reelección según la Constitución santafesina, y su destino político sería el de ir como candidato a diputado provincial, con el afán de presidir la Legislatura. Como en Santa Fe hay boleta única, su nombre no serviría para traccionar votos a su postulante a gobernador, pero en el entorno de Perotti están convencidos, en base a sondeos que realizaron en las últimas semanas, que el candidato que tendrá la venia del rafaelino tiene buena intención de voto sobre todo del centro hacia el norte santafesino.
La ciudad de Rosario es diferente, por la crisis de seguridad que atraviesa el distrito más poderoso que reúne el 40 por ciento del electorado. En las últimas elecciones, Perotti hizo un acuerdo electoral con Cristina Fernández de Kirchner, en contraposición con los planes del presidente que respaldó a Agustín Rossi en la interna, que luego perdió.
Perotti está convencido que el país transita por una etapa de mayor concentración política en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, y que en la agenda nacional el interior perdió peso, sobre todo las provincias de mayor envergadura económico, como Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Fuentes del gobierno santafesino recalcan que si la crisis de seguridad que enfrenta Rosario sucediera en CABA, el compromiso de la Casa Rosada sería otro.
Los antecedentes
El alejamiento de Perotti del gobierno nacional no es nuevo. Los primeros síntomas comenzaron temprano, con la crisis de Vicentín y la estrategia inicial del gobierno de Alberto Fernández de expropiar la empresa, tras su caída en default. Desde la Nación miran con desconfianza al gobernador, que siempre trató de desmarcarse de las medidas –sobre todo en el plano productivo- que se tomaban a nivel nacional, como por ejemplo el cierre de las exportaciones de carne en marzo de 2022.
El mayor momento de fricción se vivió hace dos semanas, con los fuertes cruces que mantuvo el gobernador con el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández. En Santa Fe consideran que está alejado del problema de la violencia narco de Rosario. La llegada de Agustín Rossi a la jefatura de Gabinete distendió la crisis, que en pocos días empezó a destrabar algunas medidas como la instalación de una oficina de la Unidad de Información Financiera (UIF) en Rosario.
Las diferencias son vez más agudas con el gobierno nacional, pero esta situación no lo llevó a Perotti a tomar una decisión de independizarse del Frente de Todos. Las razonas son múltiples, a pesar de que la fortaleza de la economía santafesina y una administración prolija –con superávit, algo que despertó críticas desde la oposición que considera que no invierte en seguridad- lo ponen en una situación aliviada, sin tener una dependencia de fondos nacionales, como otras provincias. Pero hay otras limitaciones que aparecen, una muy urgente, como es una mayor ayuda en materia de seguridad a Rosario. El escenario de violencia extrema que golpea Rosario es una bomba de tiempo, incluso impredecible, admitieron en el gobierno santafesino.
El gobernador no logró conformar, a pesar de estar en el poder, una corriente propia que ordene el peronismo santafesino, que ante cada elección aparecen varios sectores en pugna, de distintas corrientes, como la que encabeza Rossi, que ya lanzó a la cancha al diputado provincial Leandro Busatto como candidato a gobernador y a Roberto Sukerman para pelear la intendencia de Rosario. A diferencia de Schiaretti que tiene un liderazgo fuerte que ordena la política cordobesa, el gobernador santafesino no consolidó una línea propia que marque el esquema electoral, como en su momento lo hicieron los gobernadores peronistas anteriores, como Carlos Reutemann y Jorge Obeid. Ese rasgo le limita la chance de salir del Frente de Todos.
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