Pese a la presión de Patricia Bullrich, Pro pone reparos a la ley ómnibus de Javier Milei y ya discute una “semaforización” con aliados
El bloque de Ritondo se sumó a las conversaciones con la UCR, Monzó e Innovación Federal; aún con diferencias internas, la bancada de Ritondo exige a los libertarios cambios clave para apoyar el dictamen
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Pese a que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, volvió a presionar a los aliados de La Libertad Avanza para que apoyen las ambiciosas reformas de Javier Milei incluidas en la ley ómnibus, el bloque de Pro ratificó en la segunda jornada de debate en Diputados que no le dará un “cheque en blanco” al Gobierno y que exigirá una serie de modificaciones en el megaproyecto para apoyar el dictamen de mayoría y garantizarle al oficialismo un colchón de votos cruciales para su primera batalla en el Congreso.
Horas antes de que se presentara ante un centenar de legisladores en el plenario de comisiones de Asuntos Constitucionales, Legislación General y Presupuesto y Hacienda para defender la nueva doctrina “antipiquetes”, Bullrich les pidió a los legisladores que no demoren el tratamiento de la ley ómnibus por la aguda crisis económica y financiera. En línea con el ala intransigente del Gobierno, la exministra advirtió: “Si no tomamos el toro por las astas podemos tener una explosión muy fuerte”.
Sin embargo, esos mensajes no tuvieron eco en Pro, cuyos referentes comenzaron reposicionarse durante los últimos días. Si bien hay sectores más cercanos a Bullrich –los “talibanes”, según sus socios– que acompañarían la ley ómnibus sin observaciones, la mayoría de los representantes de las distintas tribus del partido en la Cámara baja consensuaron una estrategia para no alentar una fractura: poner reparos y solicitar cambios en el megaproyecto para acompañar.
El acompañamiento de Pro es clave para los libertarios, que tienen entre 37 y 40 votos. Oscar Zago, a cargo de la bancada de LLA, también debe alcanzar consensos con los radicales –atravesados por las mismas divisiones que Pro–, Hacemos Coalición Federal, el bloque que conduce Miguel Pichetto, y el espacio de Innovación Federal. Esas fuerzas son la llave que tienen Martín Menem y Zago para construir una mayoría.
Ante las dificultades de LLA para articular y ordenar el debate y garantizarse que el kirchnerismo no imponga el dictamen de mayoría, se intensificaron los contactos entre Pro, radicales y el bloque de Pichetto para acercar posiciones y coordinar una postura. Son “aliados naturales” y exsocios en el extinto Juntos por el Cambio. Este miércoles hubo reuniones en las oficinas de Emilio Monzó. Asistieron representantes de Pro –María Eugenia Vidal, Silvia Lospennato y Damián Arabia–, radicales –Rodrigo de Loredo, Alejandro Cacace– y emisarios de Innovación Federal.
“La semaforización”
En esas conversaciones se exploró la chance de implementar una “semaforización”. Es decir, un sistema con el que filtren los temas que apoyarían y cuáles no. En la bancada macrista celebran que los funcionarios de Gobierno se hayan mostrado proclives a hacer modificaciones, como el caso de Rodolfo Barra, Francos o Eduardo Rodríguez Chirillo.
“Llegaron a la mitad de la ley ómnibus. La idea es ordenar a la oposición republicana. El oficialismo tiene que empezar a juntar los votos para el dictamen”, aseguran desde ese sector. Organizan las tareas de asistencia al Gobierno en paralelo a las gestiones del oficialismo. Este miércoles, le transmitieron a Omar de Marchi, secretario parlamentario del Gobierno, que Unión por la Patria podría quedarse con el dictamen de mayoría si no coordinaban el accionar en las comisiones.
En Pro no tienen mayores objeciones al megadecreto de necesidad y urgencia, pero tienen diferencias con los libertarios en torno a la ley ómnibus. Exigen limitar la delegación de facultades legislativas al Poder Ejecutivo –pretenden que sea prorrogable por un año, no por dos como pide Milei, y que el Presidente deba recibir la autorización del Congreso–; rechazan el capítulo previsional –harían una propuesta propia que incluya una cláusula gatillo–; y objetan las subas a las retenciones en las economías regionales.
Además, no avalan el sistema de elección por “circunscripciones uninominales”, que está incluido en la reforma electoral de la ley ómnibus. Aún no se abrió una discusión interna respecto de la eliminación de las PASO. Es más: Pro se mostró alineado hoy con la UCR, Unión por la Patria y el resto de los sectores de la oposición a la hora de resistir la reforma electoral que presentó Guillermo Francos, ministro del Interior. Francos se fue con un rechazo unánime al capítulo electoral.
Cerca de Cristian Ritondo, jefe de bloque de Pro en Diputados, sugieren que están dispuestos a acompañar la mayoría de las reformas del Estado y económicas que plantea el oficialismo en la ley ómnibus, pero pretenden que el Gobierno fije prioridades. Entienden que el volumen del proyecto dificulta el tratamiento y que el tramo económico y fiscal es la herramienta urgente que requiere el Gobierno. “Lo estructural tiene que salir”, aventuran, pero perciben que el oficialismo aún no comenzó a juntar los votos para aprobar el dictamen en el plenario de comisiones.
En ese sector saben que están en un aprieto. Si bien tienen objeciones, su electorado pide acompañar las reformas y ayudar a Milei a sostener la gobernabilidad.
Por caso, Diego Santilli repite que está dispuesto a acompañar la ley ómnibus y avalar el DNU. En su entorno Por caso, Diego Santilli repite que está dispuesto a acompañar la ley ómnibus y avalar el DNU. En su entorno deslizan que el Congreso debería aprobar al menos un 70% del megaproyecto. “Hay que juntar más de 129 votos, 130, 140 votos para que se pueda tratar y que sea ley. Entonces estamos trabajando en los puntos de común acuerdo que tenemos todos para tener una estructura central sobre la cual darle instrumentos al Presidente para poder llevar adelante ideas, muchas de las cuales estaban en nuestra plataforma de JxC”, puntualizó en Radio Mitre.deslizan que el Congreso debería aprobar al menos un 70% del megaproyecto. “Hay que juntar más de 129 votos, 130, 140 votos para que se pueda tratar y que sea ley. Entonces estamos trabajando en los puntos de común acuerdo que tenemos todos para tener una estructura central sobre la cual darle instrumentos al Presidente para poder llevar adelante ideas, muchas de las cuales estaban en nuestra plataforma de JxC”, puntualizó en Radio Mitre.
En Pro persisten las diferencias entre “halcones” y “palomas”. Ya no los divide ser moderados o combativos a la hora de posicionarse frente al kirchnerismo. Ahora están los que se sienten parte del oficialismo (el “cogobierno) y los que prefieren ser una oposición constructiva. Más allá de esas disidencias, la mayoría de los referentes de la bancada aguardan gestos del oficialismo: que avancen con las correcciones al megaproyecto para dar su respaldo. Falla por ahora, repiten, la interlocución.
En el bullrichismo aseguran que la ministra de Seguridad pidió ir a fondo para tensionar en el seno del bloque y evitar que el Gobierno ceda lo menos posible en su set de reformas. Admiten que se suman a las objeciones para preservar la cohesión interna. Enérgica en su exposición, Bullrich ofició de guardiana de Milei en el debate. En sus intervenciones, no solo habló de sus propuestas para recuperar el orden en las calles y anunciar que corregirá el artículo que prohibía reuniones de más de tres personas en la vía pública. También defendió las reformas económicas. Y enfatizó que el Gobierno no dará un paso atrás con su pretensión de impulsar un cambio. Confrontó con Myriam Bregman (FIT), Sergio Palazzo, José Glinski y Germán Martínez (UP), quienes cuestionaron con dureza su doctrina antipiquetes y la acusaron de pretender criminalizar la propuesta. Sus estocadas al kirchnerismo para defender a Milei provocaron enérgicos aplausos de los libertarios. Hasta sus leales en Pro fueron menos efusivos a la hora de celebrar sus intervenciones.
“Vamos a ordenar la economía. Vamos hacer un capitalismo con competencia, no corporativista. No nos van a parar. Es todo o es nada, porque así la Argentina no sigue”, bramó Bullrich, quien protagonizó varios cruces con los diputados del kirchnerismo. “Dejen que hagan un poco de bulla”, deslizó, entre risas. Pese a la tensión, hubo espacio para las chicanas. Antes de que se retirara, Palazzo y Bullrich intercambiaron bromas: “Pórtate bien, Patricia. No me privatices a Independiente”, le dijo el sindicalista.
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