Presión de Cristina y de los intendentes: el Gobierno evalúa asignar más gendarmes al conurbano
El reclamo ya se lo habían hecho los intendentes a Alberto Fernández; en Nación advierten que los recursos son “finitos” y que de los 35.000 gendarmes hay 4000 afectados al Gran Buenos Aires; preocupación por el impacto electoral
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“En mi distrito hay menos gendarmes que en la época de Patricia Bullrich”. La queja de un intendente del conurbano con llegada a Cristina Kirchner exhibe el asunto que hoy desvela al oficialismo de la provincia de Buenos Aires y que le toca la puerta a Alberto Fernández, en formato de inquietud electoral.
Detrás del reclamo público de la vicepresidenta para que el Gobierno despliegue a “miles de gendarmes” en el Gran Buenos Aires se esconde la desesperación de los jefes comunales para que haya un golpe de timón en materia de seguridad, principal demanda de sus votantes, junto con la inflación.
Los jefes comunales vienen presionando fuerte por este tema. Además de una mayor presencia de uniformados en sus comarcas, quieren un recambio de figuras y apuntan al ministro de Seguridad nacional, Aníbal Fernández, y a su par de la provincia, Sergio Berni.
Fernández mantuvo un almuerzo de trabajo hoy con el Presidente en la Casa Rosada. Fue su reencuentro luego de la gira presidencial a Francia e Indonesia, con los reclamos por la cuestión de la inseguridad en el principal bastión electoral del kirchnerismo como batifondo. Cerca del ministro aseguraron que en la comida se abordó la cuestión de los pases a retiro y de los ascensos en las fuerzas de seguridad que se oficializan los primeros días de diciembre. Pero el tema del conurbano fue ineludible para ambos, porque está hace tiempo sobre el escritorio del jefe de Estado. “Hace un mes que están estudiando asignar más uniformados al conurbano”, reconoció una fuente oficial.
Es que, varios días antes de que Cristina ventilara el reclamo en el acto que organizó en el Estadio Único de La Plata, los jefes comunales ya le habían pasado el mensaje a Alberto Fernández. Un grupo de alcaldes se lo transmitió al Presidente en Almirante Brown, a fines de octubre. Le explicaron que la presencia de la Gendarmería en el conurbano es crucial, porque actúa como una “fuerza de élite” para paliar a los criminales, bandas de narcotraficantes y piratas del asfalto.
El jefe de Estado, de hecho, viene analizando el tema con el ministro. Según señaló un importante funcionario a LA NACION, Aníbal Fernández le explicó al Presidente la dificultad de la tarea, ya que los gendarmes están afectados a zonas clave del interior del país y que los recursos humanos son finitos para el despliegue que se pretende en el Gran Buenos Aires, territorio que debe ser custodiado por la Policía Bonaerense, de Berni. Pero fuentes del Gobierno al tanto de la discusión no rechazaron asignar más gendarmes a la provincia. De hecho, 24 horas antes de que Cristina hablara en La Plata, Aníbal se había reunido con el jefe de gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, un “portavoz” de las preocupaciones de los intendentes.
La vicepresidenta se hizo eco del reproche de los intendentes cuando habló del Operativo Centinela y dijo que “la gente lo pedía porque tenía más confianza”. Y enfatizó: “No sé por qué no podemos volver a hacer lo mismo: desplegar miles de gendarmes en el Conurbano en lugar de tenerlos en medio de la Patagonia nadie sabe haciendo qué”.
Cerca del ministro de Seguridad advierten que “de los 35.000 gendarmes que hay en el país, 4000 están afectados al conurbano”. “La Gendarmería es una fuerza nacional, que está afectada a las fronteras, y hay operativos especiales en Rosario, en las villas de Capital Federal y en el Sur. En el conurbano sigue el Operativo Centinela y además se pusieron en marcha los programas Estaciones Seguras y Patrullas Motorizadas para custodiar distintas autopistas”, dijo un colaborador al tanto de los argumentos que brindó Aníbal Fernández al interior del Gobierno. “La voluntad es mejorar la presencia del conurbano pero hay que atender a toda la Argentina y no se puede hacer a la ligera ni reemplazar a las fuerzas de aproximación, como la Policía Bonaerense”.
Un funcionario de Casa Rosada acotó: “Ya se atendió este tema cuando bajamos fondos para la seguridad en 2020″. Aludió así al plan de $38.000 millones, un “mini fondo del conurbano” para combatir el delito.
Desgaste
Aníbal Fernández -que hoy se pinta la cara para defender al Presidente como alguna vez hizo con Cristina Kirchner- ya le respondió públicamente a la vicepresidenta. Replicó que los gendarmes “están en los lugares que deben estar”. Y, sobre la presencia en territorio bonaerense, apuntó: “No es jurisdicción nuestra, lo que hacemos es colaborar. Los gendarmes están en el conurbano. Lo que se dice a veces se dice sin conocerse”.
Más allá de reclamar mayor presencia de fuerzas federales en sus comarcas, los intendentes consideran necesario un recambio de caras. A Berni y a Aníbal Fernández los ven desgastados en la gestión y en la opinión pública. “Lo que se busca, en definitiva, es renovar el área de seguridad”, dijo uno de ellos a LA NACION.
Berni hoy es sostenido en el cargo por Axel Kicillof por la sencilla razón de que no tiene otros candidatos para ubicar al mando de las fuerzas de seguridad provinciales, un puesto que no puede quedar acéfalo “ni cinco minutos”, según reconocen en La Plata. A Kicillof el tema de la seguridad siempre le resultó incómodo. Por eso Berni, que suele atraer con facilidad a los reflectores mediáticos, siempre le sirvió de filtro. Pero ahora la presión sobre el gobernador y su ministro es más fuerte que nunca, porque a los reclamos de los intendentes y de Máximo Kirchner (que lo criticó fuertemente por el episodio de represión policial en el partido Boca-Gimnasia hace poco más de un mes) se suma el descontento de la vicepresidenta, que incorporó el problema de la inseguridad a su agenda con miras a 2023.
Un intendente que se sentó a la mesa con la vicepresidenta el pasado jueves, en la cena que tuvo lugar en la casa de la gobernación tras el acto en La Plata, despotricó: “Tanto Aníbal como Berni hablan más de política que de seguridad y es un tema en el que hay que mostrar presencia del Estado constantemente. Cristina entiende el problema. Y si Aníbal no le da más uniformados a Berni es porque hay una orden política de Alberto”.
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