Perú: amenazan matar a rehenes
Los guerrilleros que tomaron la embajada del Japón en Lima dejaron salir a cinco diplomáticos para negociar con Fujimori; los terroristas exigen la liberación de sus camaradas, entre ellos su líder; entre los 490 secuestrados hay dos argentinos.
Los guerrilleros izquierdistas que asaltaron la embajada de Japón en Perú liberaron a cinco diplomáticos para que negocien con el gobierno de Alberto Fujimori tras haber asegurado que comenzarían a ejecutar a algunos de los 490 rehenes.
El destino de las personas secuestradas desde el martes en la noche en la embajada japonesa pendía esta noche de un hilo luego que los guerrilleros del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) amenazaron con comenzar a ejecutarlos si el presidente Fujimori no negocia con ellos.
"Hemos sido liberados por el comando (del MRTA) para servir de contacto y puente con el gobierno peruano a fin de buscar una solución negociadora y sin derramiento de sangre", dijo el embajador de Canadá en Lima, Anthony Vincent.
"Tomaremos contacto inmediato con el gobierno y tenemos el compromiso de mantener el enlace personal y telefónico con el comando del MRTA", agregó.
Vincent junto con otros cuatro diplomáticos de Grecia, Alemania, Francia y otro que no fue inmediatamente identificado pero que se presumía era una representante de la Cruz Roja, fueron liberados de la residencia del embajador japonés. La comisión se dirigió a hablar con el gobierno.
Entre los rehenes se encuentran dos argentinos: el cónsul en Lima, Juan Antonio Ibáñez Echeverría (hermano del periodista Pancho Ibáñez), y el jefe de Proyectos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Jorge Gillighan.
Un presunto cabecilla del MRTA que se identificó como "Comandante Evaristo" dijo por radio que a menos que Fujimori se presente en la embajada "comenzaremos a ajusticiar a rehenes", preferentemente alguno de origen japonés. El mandatario peruano se mantuvo en silencio durante la jornada.
Los guerrilleros demandan que se liberen a sus camaradas presos, entre ellos su líder, Víctor Polay.
Se calcula que en el lugar hay más de un centenar de japoneses o descendientes de japoneses. Entre los secuestrados están el jefe de la policía antiterrorista peruana, Máximo Rivero, y el ex jefe de la organización, Carlos Domínguez. Además "más de 10 generales de la policía nacional y del ejército", se encuentran en la embajada, confirmó el ex jefe de la Dirección Contra el Terrorismo (Dincote), John Caro.
Por otra parte, los senadores Fernández Meijide, Ruckauf, Alasino y Agúndez enviaron una carta a Fujimori en la que expresan su rechazo por la actitud del MRTA e instan "a que se agoten las vías de solución a fin de evitar más sufrimiento".
El MRTA sigue fiel a su estrategia urbana
Sin cambios: la toma de la embajada demuestra que el grupo guerrillero, del que quedan pocos militantes, aún mantiene la concepción de lucha que le dio origen hace doce años.
El Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) es en la actualidad un remanente casi agotado de la organización armada surgida en 1984 y virtualmente desarticulada nueve años más tarde, luego de la caída de su principal jefe militar y número tres en la conducción histórica del grupo, el chileno Jaime Castillo Petruzzi.
El MRTA tomó su nombre de Túpac Amaru II, seudónimo del indígena José Manuel Condorcanqui, cabeza de los primeros levantamientos contra el poder español y asesinado en 1781. Condorcanqui descendía por lína materna de Túpac Amaru I, soberano inca de Vilcabamba entre 1571 y 1572, que también fue atravesado por el acero español.
De inspiración marxista-guevarista, concepción foquista y carácter urbano, el MRTA llegó a ser el segundo grupo guerrillero más importante de Perú después de Sendero Luminoso, este último definidamente maoísta y rural, más sanguinario y mecanicista. Estas diferencias tácticas y estratégicas hicieron que ambas organizaciones discurrieran siempre por carriles enfrentados.
El MRTA apareció cuatro años después de Sendero Luminoso y nunca llegó a contar con más de 600 efectivos armados, aunque supo moverse en el ámbito urbano con mayor soltura que los senderistas. A su vez, estos últimos reunieron en su momento de esplendor a unos 10.000 combatientes, sobre todo en el departamento de Ayacucho.
El grupo guevarista jamás golpeó con la eficacia de Sendero Luminoso, aunque algunas de sus acciones lograron cierta espectacularidad. En 1984 inauguró su raid con un asalto a la embajada de los Estados Unidos en Lima. Cinco años después, en noviembre de 1989, tomó las oficinas limeñas de las agencias noticiosas AFP y UPI, francesa y norteamericana, respectivamente.
El 17 de enero de 1988, el MRTA ocupó los estudios de las emisoras de Lima Onda Popular y 700, así como las oficinas de la agencia norteamericana AP. Al año siguiente, el 4 de octubre, secuestró al magnate de radio y televisión Héctor Delgado Parker, y tres meses después asesinó a balazos al general y ex ministro de Defensa Enrique López Albújar.
El 18 de noviembre de 1993, el MRTA hizo estallar una bomba en el barrio residencial de Miraflores, que causó quince heridos. Y dos años despues secuestró en La Paz, Bolivia, al ex ministro y empresario de ese país Samuel Doria Medina, de quien obtuvo 1,2 millón de dólares.
La declinación
En febrero de 1989, en un hotel de la provincia andina de Huancayo, fue detenido el líder máximo del MRTA, Víctor Polay Campos, el "camarada Rolando", un virtual desconocido para la opinión pública. Polay tuvo un momento de estrellato cuando logró fugarse de Canto Grande, la cárcel peruana considerada, por lo menos hasta ese momento, como la más segura de Perú.
Pero Polay pagó el precio de la fama. Su rostro se había vuelto conocido y tenía la pertinaz convicción de que debía permanecer en Lima para conducir a la organización en el único lugar donde estaba realmente capacitada para actuar: la calles de la capital peruana. Fue capturado otra vez y condenado a prisión perpetua el 3 de abril de 1993, junto con su segundo, Peter Cardenas.
La caída de Polay y de Cardenas en Lima obligó a los restantes dirigentes del grupo a replantear su estrategia operativa. Así crearon el denominado "frente nororiental", que intentó consolidarse en el departamento selvático de San Martín, y el llamado "segundo ejército", que lanzó algunos ataques en la región centroandina de Junín. Fue otro error: sin el conocimiento de la guerra en el monte, el MRTA fue diezmado con relativa prontitud por el ejército.
Comenzó una estampida. Numerosos guerrilleros abandonaron la organización y se acogieron a una ley de arrepentimiento. A principios de 1994, Miguel Rincón Rincón y Néstor Serpa Cartolini se hicieron cargo de lo que quedaba del grupo, pero el primero fue detenido en diciembre de 1995, cuando planeaba el secuestro del primer ministro Dante Córdoba, en lo que debía ser un retorno espectacular a las raíces urbanas del movimiento.
La idea permaneció. Es lo que los más acérrimos, y probablemente últimos, militantes acaban de concretar con la toma de la embajada.
Rehenes, con nombre y apellido
La siguiente es una lista de algunos de los diplomáticos de rango retenidos por guerrilleros del grupo Túpac Amaru en la residencia del embajador japonés en Lima, según sus gobiernos.
Alemania: Embajador Heribert Woeckel Austria: Embajador Arthur Schuschnigg Bolivia: Embajador Jorge Gumucio Brasil: Embajador Carlos Luiz Coutinho Pérez Canadá: Embajador Anthony Vincent Corea del Sur: Embajador Lee Won-young Cuba: Embajador Pedro Díaz, consejero José Raúl Silva Egipto: Embajador Sami Tewfik España: Estanislao de Grandes, diplomático Grecia: Embajador Alkiviades Karokis Guatemala: Embajador José María Argueta Honduras: Embajador Eduardo Martell Japón: Embajador Morihisa Aoki y 17 diplomáticos Malasia: Embajador Ahmad Mokhtar Selat Panamá: Embajador Carlos Luis Linares Perú: Canciller Francisco Tudela República Dominicana: Embajador José Ramón Díaz Valdeperes Unión Europea: Encargado de negocios, Joao Melo Uruguay: Embajador Tabaré Bocalandro Venezuela: Embajador Horacio Arte
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