Perotti toma distancia del Gobierno y se opone al cierre de las exportaciones de carne
Santa Fe representa el 44 % de la carne que se vende en el exterior; el gobernador busca evitar los costos políticos que pagó con el caso Vicentin
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ROSARIO.-El gobernador Omar Perotti decidió tomar distancia del cierre de la exportación de carne, dispuesto ayer por el gobierno nacional, una reacción que transmitió por Twitter sólo unas horas después de que se confirmó una medida que golpeará duro al corazón productivo de Santa Fe, que es la provincia que aportó el 44 por ciento de la carne que se vende al exterior.
A diferencia de cuando estalló la crisis en Vicentin, cuando Perotti se mostró dubitativo y prefirió no exteriorizar su rechazo a la expropiación, como sí había manifestado el ministro de la Producción de Santa Fe Daniel Costamagna, esta vez el gobernador prefirió poner un límite y diferenciarse, luego de que la dirigencia agropecuaria anunciara un paro.
A las 9.52 de la mañana, Perotti escribió en la red social: “La solución es aumentar la producción y no cerrar las exportaciones. Tenemos las condiciones para abastecer el mercado interno y externo, manteniendo la posibilidad de exportar nuestros productos al mundo”. Añadió que en su provincia “la ganadería genera trabajo, inversiones y tiene un inmenso potencial”. Y enfatizó que “los cambios en las reglas de juego, con soluciones que no funcionan, sólo perjudican el futuro de la actividad que tanto brinda a los santafesinos”. Perotti pidió trabajar “con una visión amplia” que “permita potenciar la ganadería, no achicarla”.
En el gobierno de Santa Fe se enteraron ayer a la tarde por los portales de noticias de esta decisión, algo parecido a lo que ocurrió hace un año con Vicentin. “Por lo menos a nivel técnico no tuvimos ningún tipo de contacto”, confirmaron fuentes del gobierno santafesino a LA NACION.
La ganadería en Santa Fe es un eje central de la economía provincial, donde hay diez plantas frigoríficas que exportan carne y emplean a cerca de 10.000 operarios. Esos establecimientos, según delineó el secretario de Agroalimentos de Santa Fe, Jorge Torelli, en diálogo con LA NACION, “están en este momento en plena expansión, con un plan de inversiones por unos 60 millones de dólares”. El cierre de las exportaciones golpea en esta provincia a uno de los pocos sectores que está en crecimiento en plena crisis.
El gobernador de Santa Fe es un hombre nacido y criado en el sector agropecuario, desde su Rafaela natal, donde llegó a ser ministro de la Producción de la provincia, y a lo largo de su trayectoria tejió contactos directos con el agro, que resintió el estallido de la crisis de Vicentin.
Más allá de su perfil, Perotti busca evitar que no se aleje un capital electoral que tiene en ese sector en el interior de Santa Fe, en momentos de un crudo escenario sanitario, con los hospitales saturados de pacientes en las salas de terapia. Pero más allá de eso, el gobernador está convencido de que es un grave error el cierre de las exportaciones de carne.
“En Santa Fe, la ganadería genera trabajo, inversiones y tiene un inmenso potencial. Los cambios en las reglas de juego, con soluciones que no funcionan, sólo perjudican el futuro de la actividad que tanto nos brinda a los santafesinos”, agregó el gobernador santafesino por la red social.
Luego, el ministro de la Producción salió a explicar la posición de Santa Fe. El encargado de dar los argumentos fue Costamagna, el funcionario que en junio pasado amenazó con la renuncia si se concretaba la expropiación de Vicentin, algo que después nunca prosperó, tras las fuertes protestas que surgieron en Avellaneda y Reconquista, en el norte de Santa Fe, que luego se extendieron con banderazos en todo el país.
Costamagna explicó que el gobierno de Santa Fe está en desacuerdo con el cierre de las exportaciones porque “el problema no es la venta de carne al exterior sino el mercado interno”. “Hay que tomar las decisiones en base al crecimiento. Lo que necesitamos es tener mayor producción de carne para alimentar al mercado interno sin afectar las exportaciones. Estamos abiertos y proclives a aplicar nuestras ideas al gobierno nacional”, afirmó el ministro en diálogo con LT8.
Torelli explicó que “la carne que exporta la Argentina no se consume en el país. El 75 por ciento de lo que se vende al exterior va a China, donde compran un animal sin grasa, que tiene entre siete y ocho años y pesa alrededor de 450 kilos. Ese tipo de carne no se consume en Argentina, porque es un animal que quemó toda su grasa y es dura”.
El Gobierno decidió suspender las exportaciones a la carne con la intención de detener el alza de precios, a la que no le encuentra solución. Fernández había defendido la medida como una forma de “poner orden en quiénes exportan y en el Mercado de Liniers”. Así lo explicó en declaraciones a Radio 10: “No es posible que en el Mercado de Liniers se venda carne para exportaciones porque tergiversa todos los precios del mercado interno”.
En ese sentido, comentó que durante la reunión de ayer con los empresarios del sector se barajó la posibilidad de que solo puedan exportar los frigoríficos que históricamente se dedicaron a ello “y terminar con los exportadores que exportan carne como camisas”.
En relación con esto último, comentó: “Como China exporta carne con hueso y es más fácil acceder a la exportación, hay exportadores que como antes compraban camisas y las exportaban, ahora compran carne y la exportan”. Bajo ese diagnóstico, consideró que ello “genera una tensión en los precios internos que no se aguanta más” y añadió: “No es lo mismo comprar vacas para faenar y vender en una carnicería de barrio, que venderla a China, porque China la paga mucho más. Si todo compite en el mismo mercado, prevalece el precio de exportación”.
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