Coimas en Santa Fe: Omar Perotti se enfrenta a un sector del PJ entre la violencia narco
En la escena política de Santa Fe emergió con mayor claridad durante este fin de año algo novedoso: el peronismo es el principal opositor al gobernador Omar Perotti, luego de que la justicia santafesina impulsara una investigación que tiene al senador de ese partido Armando Traferri como uno de los principales acusados de formar parte de una red de juego clandestino.
"No va terminar su mandato, porque no se puede tener una actitud de esta virulencia con los compañeros que lo llevaron al sillón que ocupa", aseguró el abogado José Luis Vázquez, que actúa de defensor y vocero de Traferri, quien no está preso porque sus fueros parlamentarios le impidieron a los fiscales avanzar en su imputación como uno de los organizadores de una asociación ilícita ligado al juego clandestino.
Este legislador es el líder de Nuevo Espacio Santafesino, un sector interno del peronismo donde tributa la vicegobernadora Alejandra Rodenas, que fue clave para lograr la unidad del PJ de cara a las elecciones que lo llevaron a Perotti a la casa de gobierno. Desde el inicio de la gestión el bloque que encabeza Traferri votó leyes clave con el radicalismo y el socialismo, que irritaron a la administración provincial.
La respuesta del gobierno a los dichos de Traferri a través de su abogado fue repetir tramos del discurso que dio Perotti el 11 de diciembre de 2019, cuando asumió. El senador nacional Roberto Mirabella, que buscará ser reelecto en esa banca en 2021, señaló que "ahora cobra sentido el discurso del gobernador cuando afirmó que el Estado debe cortar los vínculos con el delito para terminar con la impunidad". Perotti se mantiene un silencio sobre este tema.
Desde la oposición miran con desconfianza la estrategia del gobierno sobre este punto. Un sector del radicalismo y el socialismo, socios en el Frente Progresista, están convencidos que el plan incluye salpicarlos en algún momento. El bloque socialista en la Legislatura planteó su respaldo a la investigación de los fiscales.
Hay otro sector de Juntos por el Cambio, encabezados por Roy López Molina y el exintendente de Santa Fe Jose Corral, que vienen tendiendo puentes con Horacio Rodríguez Larreta, que plantearon en la última reunión que realizaron en General Lagos: "Los que estamos acá no tenemos compromiso con las mafias".
La causa judicial que llevó a dos fiscales de Rosario a la cárcel e involucra a un protagonista importante de la política santafesina, comenzó en enero pasado con un crimen que ejecutaron Los Monos en el casino de Rosario y terminó con el pedido de desafuero de Traferri que fue rechazado por sus pares en el Senado. El expediente abrió una grieta en el peronismo, y focaliza en la figura de Perotti un perfil renovado, que nadie logró explotar en ese espacio político, de alguien que "luche contra las mafias", incluso dentro del peronismo.
El sector que encabeza Traferri, opositor a Perotti dentro del PJ, ve a Marcelo Saín, ministro de Seguridad, detrás de maniobras que cataloga como "carpetazos". Los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery, que llevan adelante esta investigación desde enero pasado, realizaron dos denuncias en la justicia esta semana para que se investigue una amenaza y un plan criminal para atentar contra ellos. En las últimas horas se reforzó el sistema de custodia y las familias de los funcionarios judiciales tuvieron que salir de Rosario por cuestiones de seguridad.
Perotti, un dirigente que históricamente estuvo ligado a los sectores productivos de Rafaela, se posiciona de la mano de Saín en un perfil distinto que rememora un viejo spot de campaña de 2011 del ahora gobernador en el que se lo veía pegando un manotazo a una mesa llena de un polvo blanco cocaína que simulaba ser cocaína.
La influencia criminal de Los Monos
El hallazgo el martes pasado de dos cadáveres descuartizados con una motosierra, que fueron encontrados en tres contenedores de basura por dos cartoneros, marcan que el crimen organizado en Rosario ascendió un escalón.
La hipótesis que mantienen los investigadores judiciales es que los crímenes y el posterior descuartizamiento de Jorge Giménez y Víctor Baralis fueron ordenados desde la cárcel de Piñero, a 20 kilómetros de Rosario, por un lugarteniente de Ariel Cantero, líder de Los Monos.
En las escuchas telefónicas que figuran en la causa, Brandon Bay, un gerente de la banda en el sur de Rosario, ordena –según publicó el diario La Capital- desde la prisión cómo llevar a cabo los homicidios: "Escuchame, de paso van a buscar el tornado y de paso matamos a un par de zombies, me voy a llevar a uno. Te mando un video con una motosierra fíjate cómo lo voy a cortar en pedazos, bien a lo mexicano le voy a dar".
Laviolencia que supura del narcotráfico en Rosario es desde hace ocho años un problema endémico, que no sólo nadie logró erradicar ni siquiera cambiar la tendencia y conseguir morigerar. En 2020 los homicidios crecieron más de un 20 por ciento en Rosario, con respecto al año anterior. Hasta el viernes se contabilizaban 209 asesinatos frente a los 168 de todo el año pasado. En 2020 Rosario va a triplicar la media de homicidios a nivel nacional. Saín advirtió que en Rosario "no hay una escalada de violencia sino una guerra narco desenfrenada".
En #SanJavier, también entregamos nuevos móviles policiales con tecnología de última generación para localidades del Departamento. Este gobierno tiene muy claro que las cosas que sirven no se cortan, lo que sí se tiene que cortar en esta provincia es el vínculo con el delito. pic.twitter.com/aFf7dFRt0s&— Omar Perotti (@omarperotti) December 24, 2020
El presidente Alberto Fernández puso el tema en agenda varias veces en sus visitas a Rosario, incluso desde antes de la pandemia, pero hasta ahora las estrategias de coordinación en materia de seguridad no mostraron resultados.
La ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, ordenó instalar a fines de octubre una sede de esa cartera en Rosario, y a su vez el gobierno nacional se comprometió a enviar 3000 millones de pesos para la compra de insumos tecnológicos en seguridad.
Rosario muestra un problema diferente y novedoso, que replantea cómo enfrentar el combate contra el crimen organizado. Los líderes narcos están en su mayoría presos, pero -como muestran decenas de causas judiciales- desde las cárceles no sólo siguen con el manejo de los hilos de sus bandas, sino que además se orden crímenes a través de sus teléfonos celulares, como ocurrió con el atroz descuartizamiento de dos personas esta semana.
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