Ratificado por Macri, Peña retoma la gestión y se corre por ahora de la campaña
En medio de la delicada coyuntura política que inauguró el triunfo de Alberto Fernández , en la Casa Rosada ayer daban por finalizada la "primera etapa post PASO", con ánimos de llevar la calma a los despachos oficiales y aplacar las versiones sobre cambios en el equipo. El jefe de Gabinete, Marcos Peña , que quedó envuelto en rumores sobre su futuro, retomó ayer la rutina de la gestión y fue reafirmado en su cargo por Mauricio Macri .
"Ayer se clausuró la etapa post PASO con la salida de Nicolás Dujovne y el fin de las especulaciones sobre Peña", señaló un estrecho colaborador del jefe de Gabinete.
Peña se reunió ayer con distintos miembros de su equipo para pedirles que retomen su trabajo habitual con "responsabilidad institucional". "Pidió trabajar con seriedad, con responsabilidad institucional. Aunque nos toque perder, no podemos defraudar a nuestros votantes y seguimos en el juego", comentó a LA NACION uno de los funcionarios que ayer se reunió con Peña. La semana pasada no había querido ni molestarlo en su despacho.
El jefe de Gabinete reapareció en público ayer durante la asunción de Hernán Lacunza en el Ministerio de Hacienda. Estuvo parado al lado de Macri durante la jura, sonriente, y se dedicó luego a saludar a todo el gabinete. "Hay que gestionar en la crisis", se resignó ayer otro asesor de casa de gobierno.
Peña no retomó por ahora el traje de jefe de campaña. Desde la derrota en las PASO no se reunió cara a cara con los expertos en proselitismo que trabajan en Balcarce 412, la sede de Pro. La reunión que siempre mantiene los viernes, quedó suspendida la semana pasada.
Los colaboradores del laboratorio electoral de Pro vienen analizando los números de la elección y sacan las primeras conclusiones sobre qué falló en sus diagnósticos, pero aún no tienen la brújula de hacia dónde ir, ni la estrategia definida de cara a las generales de octubre. Mientras Peña se concentra en llevar calma a sus equipos de gestión, el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba, -gurú histórico de Pro- regresó a Ecuador, en un descanso obligado en medio de los pases de factura por la falta de previsión del clima electoral.
Errores (y descuidos) en la fiscalización, la falta de trabajo territorial en campaña (con una concentración de esfuerzos en la conversación digital) y algunos cuestionamientos sobre la falta de "esperanza" y "futuro" en el mensaje proselitista son las primeras autocríticas que se conversan de modo informal entre los colaboradores de campaña.
Pero el camino a seguir para octubre aún no está definido. "La estrategia la arman Jaime y Marcos", insisten en los equipos de campaña. Nadie quiere dar signos de rendición electoral.
En Pro apelan a la matemática para buscar la chance electoral, en un escenario político y económico sumamente adverso. Calculan que en la PASO de 2015 Macri obtuvo 6.791.278 votos y que en las primarias de hace diez días cosechó 7.824.996. De otro lado suman a los peronistas: "(Daniel) Scioli + (Sergio) Massa = 13.359.978 y (Alberto) Fernández + Massa = 11.622.020".
Para dar la difícil pelea por el ballotage, también calculan cuál fue el padrón que no votó: 8.860.299 electores en las PASO de 2015 y 9.114.691 en 2019, unos 250.000 más.
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