Pedido de Cristina: el Gobierno asegura que ya hay diálogo con los sectores de la salud para integrar el sistema
La vicepresidenta había pedido “repensar el sistema de salud” y puso en alerta a obras sociales y a los privados; “Estamos todos trabajando en disminuir la fragmentación”, dijo Vizzotti
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La centralidad de Cristina Kirchner y su poder para marcar agenda en el rumbo de las políticas públicas hace levantar la guardia a todos los actores involucrados cada vez que se pronuncia. La vicepresidenta pidió el lunes “repensar el sistema de salud” para “integrar” el sistema público, privado y de las obras sociales. No es la primera vez que hace esta exhortación: el primer llamamiento lo hizo en La Plata, a fines del año pasado.
En Casa Rosada aseguran que no hay en carpeta ninguna reforma de fondo del sistema de salud y replican que el Ministerio de Salud siempre mantuvo conversaciones con todos los sectores -los sindicatos y las prestadoras privadas- para resolver los problemas de a uno. “Estamos todos trabajando en eso, en disminuir la fragmentación del sistema de salud”, dijo hoy la ministra de Salud, Carla Vizzotti, consultada por los dichos de la vicepresidenta en una conferencia de prensa.
Tanto en la CGT como entre las prepagas se reinstaló la inquietud por conocer el curso de acción tiene en mente Cristina Kirchner y la velocidad con la que pretende implementarlo. Sobre esos actores -que temen sobre su futuro- sobrevuela el fantasma de un paper titulado “Ejes centrales para un programa de salud 2020-2024”, que data de la campaña del Frente de Todos en 2019 y que tiene como principal promotor a La Cámpora.
Tal como reveló LA NACION, esa iniciativa promueve una reestructuración a través de un “sistema integrado” y propone “recuperar la gobernanza del sistema de salud” bajo un criterio “de centralización normativa y descentralización operativa”.
El presidente de la la Unión Argentina de Salud, UAS, Claudio Belocopitt, advirtió hoy que “la estatización de un sistema puede producirse de hecho o de derecho”. “En este último caso, las autoridades elevan un proyecto al Congreso y se debate de cara a la sociedad. Pero si alguien decidiera tomar de hecho el sistema de salud privado, primero lo desfinanciaría, lo pondría de rodillas y diría que se sería necesario estatizar bajo el argumento de que el sistema no puede cumplir con sus obligaciones”, dijo en una conferencia de prensa de su entidad.
Desde la CGT también levantaron la guardia. “En la Argentina ya existe la integración. Hay sistemas de cobranza que facturan a obras sociales y prepagas por las prestaciones que se dan en los hospitales públicos a las personas con cobertura médica. También hay muchos convenios de cooperación. El problema es que en La Cámpora tienen en la cabeza la idea crear un gran financiador público, como un gran PAMI. Eso es imposible porque implica terminar con el sistema de obras sociales y prepagas”, advirtió un hombre fuerte de la central obrera.
Consultados por este medio, fuentes de La Cámpora aseguraron que no pretenden “crear a un gran financiador público” pero que “hay que integrar los sistemas” para reducir costos. “Nadie dice que hay que crear un único financiador. Los equipos técnicos del Frente de Todos en campaña hicieron un documento antes del Covid y no cambió mucho lo que se propone ahí: por la pandemia ya tuvimos que integrar muchas cosas”, dijo un funcionario con ascendencia en estas discusiones. “Es una discusión que tiene que ser más creativa: tenemos que integrar los sistemas para reducir costos y evitar la desarticulación”, agregó.
El ministro de salud bonaerense, Daniel Gollán -que supo integrar el gabinete de Cristina Kirchner-, hoy hizo de exégeta de la vicepresidenta. “Lo primero que hay que hacer es juntarnos con los distintos sectores, ver cuál es la lista de problemas que tenemos y resolverlos. No es enfrentar a un sector con otro. La pandemia nos puso en esta situación de discutir esto a las patadas: tuvimos que ver cómo hacer con las camas con sectores que siempre habían actuado por separado. Todos tenemos problemas con los medicamentos de alto precio. Deberíamos organizarnos mejor. Por separado perdemos fuerza”, dijo consultado por la prensa al visitar al CCK, el primer centro de vacunación nacional por fuera de los hospitales que dependen del Gobierno.
Vizzotti, en tanto, hoy se ocupó de destacar que el diálogo que reclama el kirchnerismo ya existe en la práctica. “Los diálogos no solo que siguen sino que se fortalecieron. Estamos trabajando con los privados, con los sindicatos, con PAMI y con la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), que tiene un rol muy importante. El financiamiento de todos los sistemas está en un momento crítico. Estamos trabajando para disminuir la fragmentación y fortaleciendo el financiamiento desde Nación, proveyendo respiradores y apoyo para el acceso a medicamentos con compras conjuntas”, dijo. Y subrayó: “El Ministerio de Salud es el rector que sigue trabajando con todos los sectores en ese tema”.
Antecedentes
Con excelente llegada a los gremios, durante su paso por el Ministerio de Salud. Ginés González García tenía una serie de reformas en carpeta que impulsaba en sucesivas reuniones con los actores del sistema (gremios, prepagas y prestadores). Nunca hubo avances concretos ni cambios de fondo plasmados en proyectos de ley, pero sí se habían colocado al menos tres ejes sobre la mesa.
Allí ya se había hablado de una “integración de los sistemas” para fomentar “un costeo cruzado”. El segundo eje se vinculaba a reducir el universo de obras sociales, que asciende a unas 290, aunque se estima que un 5% presta servicios a más del 50% de los afiliados. La convicción de González García era que las obras sociales más grandes, por su escala, deberían absorber a las más pequeñas, que generan gastos administrativos ineficientes. Según advierten fuentes de la CGT, “solo hay 40 obras sociales que deberían ser absorbidas por otras más grandes”.
Por último, los gremios reclamaban que el Tesoro se hiciera cargo de algunos costos que hoy corren por cuenta de las obras sociales y prepagas como, la escolaridad y el transporte de personas con discapacidad. En este punto, los sindicatos se llevaron una promesa del Presidente en el último asado que mantuvieron con Alberto Fernández en Olivos y al que también asistió Vizzotti.
La CGT viene reclamando por el costo del Programa Médico Obligatorio (PMO), que hoy le genera un rojo a la caja sindical más importante. También reclaman por los “desacoples” en los medicamentos de alto costo.
Desde el recambio en el Ministerio de Salud y la asunción de Vizzotti, uno de los asuntos que más inquietó al sindicalismo fue el eventual desembarco de figuras del kirchnerismo duro en la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), el organismo que controla a las obras sociales. Fernández ubicó al frente de ese organismo a Daniel Alejandro López, un médico cirujano amigo íntimo del eyectado ministro González García. La CGT había impulsado a otra persona, pero hoy mantiene un buen diálogo con López. “En la SSS iba a desembarcar el kirchnerismo pero Alberto lo tiró para atrás”, aseguró un importante pope gremial.
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