Fin del misterio: Patricia Bullrich se inclinó por Néstor Grindetti como su candidato a gobernador en la provincia
La aspirante presidencial apostó por el intendente de Lanús en la provincia, quien competirá con Diego Santilli; previamente se reunió con De la Torre, Iguacel y Ritondo para transmitirles la novedad
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El acuerdo electoral que firmaron el lunes los altos mandos de Pro en Recoleta aceleró las definiciones en el tablero opositor. Patricia Bullrich, una de las presidenciables de Juntos por el Cambio, despejó hoy la mayor incógnita en torno a su armado nacional con vistas a los próximos comicios: anunció que su candidato a la gobernación en la provincia de Buenos Aires será Néstor Grindetti, intendente de Lanús en uso de licencia y actual titular del Club Atlético Independiente.
Así, Grindetti enfrentará a Diego Santilli, el postulante impulsado por el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, uno de los competidores de Bullrich en la interna nacional de JxC, en las primarias bonaerenses del 13 de agosto.
“Como intendente de Lanús, Néstor vio de cerca la destrucción y la pobreza que generaron dos décadas de populismo y corrupción kirchnerista en el conurbano. Con decisión y gestión, luchó contra el narcotráfico, puso orden y mejoró la vida de muchos bonaerenses. No tengo dudas de que será un gran gobernador que cambiará la provincia”, expresó Bullrich a través de un comunicado.
Tras la cumbre del lunes en la casa de Vidal, Bullrich y Larreta descartaron la idea de unificar la candidatura a gobernador, sobre todo, por la resistencia del alcalde porteño a compartir la boleta de Santilli, a quien considera su principal capital político para la interna de JxC. Por ende, Bullrich avanzó con el ordenamiento de su estructura en el distrito que concentra a más del 40% del padrón electoral. Sus laderos en la provincia le advirtieron que debía terminar con la incertidumbre para arrancar la campaña y unificar fuerzas en la disputa con Santilli, quien se mantiene en la cima de las preferencias en los sondeos.
Hasta hoy, Bullrich había recorrido el territorio bonaerense con tres precandidatos a gobernador: Grindetti, el senador provincial Joaquín de la Torre y el intendente de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel. Hace dos semanas, se garantizó el apoyo de Cristian Ritondo, el heredero de María Eugenia Vidal en Buenos Aires. Todos ellos aspiraban a quedarse con el respaldo de la exministra en la pelea por la sucesión de Axel Kicillof.
Bullrich se inclinó por un dirigente con extensa trayectoria en Pro, cercano a Mauricio Macri y con despliegue territorial en la tercera sección electoral. Exministro de Hacienda de Macri en la administración porteña y exdirector del Banco Ciudad, Grindetti gobierna en Lanús desde 2015. Y fue jefe de campaña de Santilli en las legislativas de 2021. Tras esa contienda, se alejó del larretismo por diferencias con el estilo de conducción del jefe porteño -el vínculo con Santilli quedó quebrado- y estrechó lazos con Macri, su mentor en política. Antes de cerrar filas con Bullrich, dijo que el fundador de Pro “merecía un segundo tiempo”.
Así como Larreta intentó mostrar un gesto de autonomía cuando dispuso la doble votación en la ciudad, Bullrich quiso dejar en claro que tuvo la potestad de la decisión respecto a su candidato a gobernador. En otras palabras: Grindetti no fue una imposición de Macri. A la exministra le molesta que sobrevuele en el “círculo rojo” la idea de que Macri actúa como su jefe de campaña o que le armará el Gabinete, pese a que nutrió sus equipos con colaboradores de su confianza.
En el campamento de la exministra remarcan que priorizó elegir un perfil compatible con el suyo para la batalla bonaerense. Entiende que Grindetti cuenta con experiencia en la gestión provincial y le garantizaría “gobernabilidad” en la provincia en un eventual mandato presidencial. A su vez, valora que haya resistido en el conurbano, bastión de Cristina Kirchner, el tsunami de votos que sufrió Macri en los comicios de 2019. Ese año Grindetti, que incorporó peronistas a su armado, logró la reelección en Lanús.
Bullrich, además, pretende tender puentes con el sector de la UCR bonaerense que responde a Maximiliano Abad, jefe del partido centenario en Buenos Aires, quien controla la mayoría de los intendentes radicales. Abad no integra el armado de Gerardo Morales y Martín Lousteau, socios estratégicos de Larreta. Con ese mapa en la cabeza, Morales presionó a Larreta para que no comparta la boleta de Santilli con Bullrich, una idea que fomentó Macri ante la posibilidad de que Kicillof desdoble las elecciones generales en la provincia. El larretismo también mantiene una alianza con la Coalición Cívica, de Elisa Carrió, y busca sellar un acuerdo con Miguel Ángel Pichetto (Encuentro Republicano Federal) en la provincia.
Tras el anuncio, Grindetti cuestionó la gestión de Kicillof -habló de “mala praxis”- y aseguró que desea tener a un radical como compañero de fórmula. “Con Iguacel, Ritondo y De la Torre vamos a seguir trabajando juntos”, señaló en diálogo con Radio Con Vos.
Grindetti no les sacaba ventaja a Iguacel y De la Torre en las encuestas. De hecho, los tres tienen un alto nivel de desconocimiento en la provincia en comparación a Santilli o Ritondo. Sin embargo, Bullrich prefirió contener a su tropa. Es que si optaba por Ritondo, De la Torre había advertido que tomaría distancia del espacio y no militaría la boleta de la exministra. El exintendente de San Miguel tampoco avalaba un pacto con Larreta y Santilli para unificar la candidatura a gobernador. Hasta amenazó con explorar un acuerdo con Javier Milei.
De la Torre y Ritondo, exministros de Vidal, están enfrentados desde hace tiempo. El jefe de bloque de Pro tenía otro punto en contra: se sumó hace dos semanas a la escudería bullrichista, cuando Vidal anunció que declinaba su plan de competir en la carrera presidencial. Si bien celebró el acercamiento de Ritondo, que cuenta con despliegue territorial en la provincia, Bullrich ya se había comprometido que su candidato a la gobernación saldría de Grindetti, De la Torre o Iguacel. A su vez, Vidal no le garantizaba el respaldo explícito a su cruzada presidencial.
Después de que Bullrich seleccionara a Grindetti, emerge un nuevo interrogante en el universo de Pro: ¿Vidal apoyará ahora a Larreta o se mantendrá neutral de cara a la interna de JxC?
Cuando ya había anticipado a sus colaboradores más estrechos que elegiría a Grindetti, Bullrich intentó hacer control de daños. Por eso, antes de oficializar la decisión, se reunió a solas esta tarde con sus cuatro socios en Buenos Aires en las oficinas de campaña que montó en el centro porteño. Hubo reproches y sorpresa entre los relegados, pese a las señales de unidad del comunicado final.
La exministra pretende que De la Torre, Iguacel y Ritondo ocupen lugares preponderantes en su proyecto presidencial: ¿ofreció cargos en un eventual Gabinete? Hasta ahora no trascendió el pliego de condiciones del pacto, pero aventuran que Ritondo tendría un rol protagónico en el Congreso. Cerca de Bullrich deslizan que podría liderar la lista de diputados nacionales. Lo ven como un posible presidente de la Cámara baja.
Hoy, les agradeció su “apoyo” y destacó su “compromiso” para “trabajar en unidad y con determinación para derrotar al kirchnerismo en la provincia”. “Todos adentro”, celebraron esta noche en el búnker.
DISPUTA
Cuando resta un mes para el cierre de listas, la provincia de Buenos Aires es el epicentro de la disputa de poder entre Bullrich y Larreta. Ayer, la precandidata presidencial incorporó al intendente de Bahía Blanca, Héctor Gay, quien había mantenido hasta ahora una alianza con el larretismo en el territorio bonaerense, pero que optó por pasarse a las filas de la exministra ante la resistencia del jefe porteño a unificar la postulación a gobernador. En la mesa chica de Bullrich confían en que más dirigentes ligados a Larreta se cambiarán de escudería. Pone la mira en los denominados “Sin Tierra” de Pro, que intentan desbancar a peronistas en municipios claves del conurbano, e intendentes del interior de la provincia.
Semanas atrás, la exministra había reclutado al intendente de San Nicolás, Manuel Passaglia, otro de los dirigentes que intentó incorporar Larreta. El diputado nacional Sebastián De Luca, a cargo del armado bonaerense de Bullrich, reclutó aliados en 40 localidades.
Bullrich desconfía de los intendentes de Pro que ya apoyaron el proyecto del larretismo, como Julio Garro, Diego Valenzuela o Ezequiel Galli, y quiere poner alfiles propios que le garanticen que le cuidarán la boleta el día de las PASO. Negociaría solo con aquellos que muestren neutralidad. En La Plata promueven a Juan Pablo Allan, en San Isidro, a Ramón Lanús; y en Tigre, a Nicolás Massot.
Con miras a la interna, Bullrich enfrenta el desafío de fortalecer la articulación de su proyecto presidencial en la provincia de Buenos Aires. Sabe que cuenta con menos recursos que Larreta para construir poder territorial. Por esa razón, redobla esfuerzos para mejorar su posicionamiento en el conurbano bonaerense. Sabe que allí se define la elección nacional y que es el único territorio donde Larreta, su rival en la interna de Pro, le saca un margen de ventaja. Necesita una base sólida de adhesiones donde sus consignas son reactivas para los simpatizantes del kirchnerismo.
Santilli se anotó en la pelea por la sucesión de Kicillof desde que ganó por un punto las elecciones legislativas de 2021 frente al peronismo unido. Apuesta a una interna con Grindetti sin golpes bajos. En rigor, anhela replicar la contienda con Facundo Manes de 2021, cuando el Pro derrotó a la UCR en las PASO. Al postulante de Larreta le inquieta el desgaste de la marca de JxC en las encuestas y la consolidación de Milei como tercera fuerza. Además, intuye que Kicillof desdoblará la elección general, lo que podría complicar las chances de un triunfo opositor.
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