Patricia Bullrich advirtió que Cambiemos se quedó a mitad de camino con dos reformas: “Nos faltó jugarnos más”
En una entrevista con LA NACION, la líder del Pro habló sobre la “guerra” de Cristina Kirchner y los jueces; sobre la necesidad de una reforma laboral y una transformación en la política social
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PINAMAR (Enviado especial).- La presidenta de Pro, Patricia Bullrich, llega puntual al encuentro con LA NACION en un conocido parador de Pinamar. No lo hace sola. Como es habitual en la recorrida que realiza por distintas localidades bonaerenses, la acompañan referentes de Juntos por el Cambio (JxC). En esta oportunidad son el diputado nacional Hernán Lombardi, el intendente de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel, y el secretario de Turismo local, Juan Ibarguren.
En la misma ciudad donde ayer presentó el libro “Nuestra Ideas”, que recoge reflexiones políticas y da cuenta de la tarea de movilización en Pro desde el año 2020, expresa preocupación por el rumbo de la Argentina en materia económica y geopolítica, en el marco del viaje del presidente Alberto Fernández a Rusia y de la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En un tono autocrítico, asegura que un país mejor es posible, pero que para alcanzar ese objetivo es necesario “ir a la gente con la verdad” y ser capaces de “mostrarles una salida”. Además, opina sobre el viaje de Alberto Fernández a Rusia, los cuestionamientos de Cristina Kirchner sobre la Justicia y la posibilidad de que la Argentina forme parte de la OCDE.
-“Te invito a una charla que comienza por escucharte”, suele decir las redes cuando convoca a encuentros entre jóvenes y dirigentes ¿Qué es lo que escucha de la gente?
-Todos sienten que todo tiempo pasado fue mejor. Que el lugar en donde vivían tenía más calidad, más perspectiva y más futuro. Que tenía posibilidad de progreso. Muchos de los que nos hablaron durante la gira de este año nos contaron que se fueron a vivir a lugares como Chascomús, Madariaga, el Partido de la Costa o donde sea para huir de problemas como la inseguridad. Y hoy el hilo conductor es el sentimiento de la decadencia, el sentimiento de que se está nivelando para abajo, de que la educación es cada vez peor, de que la salud está mal, de que no hay inversión, de que el país no tiene progreso y de que al que tiene algo le cuesta mantenerlo. Y surge una pregunta brutal ¿tiene salida la Argentina?, ¿se puede salir? Entonces, la necesidad de convocar a un esfuerzo nacional para una salida es muy importante.
-En la presentación de ayer comentó que hubo ideas que durante el gobierno de Juntos por el Cambio que no se llegaron a implementar y que les hubiesen permitido ganar las elecciones de 2019 ¿Cuáles eran?
-Bueno, por ejemplo nosotros teníamos la idea de bajar impuestos y empezamos con el pacto federal que fue en esa dirección, pero fue casi lo primero que este Gobierno terminó; la idea de vivir con más seguridad, que nosotros habíamos logrado que el dealer de su pueblo no vivía tranquilo y que ellos vivían más tranquilos, algo hoy la gente ha vuelto a sentir que no está más; la idea de pensar que la Argentina era un país que estaba abriendo mercados en el mundo, mientras hoy se están cerrando. Esas fueron las ideas positivas. Y después hubo otras que fueron como continuismo. Nosotros en Desarrollo Social no generamos esa cultura del trabajo que hoy decimos: “No podemos volver a tener una política social regresiva, de planes sociales que no sacan a la gente de la pobreza”. Eso hay que cambiarlo. O políticas laborales, que cambiamos poco. Nos faltó jugarnos más a un cambio ahí. Y vamos a hacerlo y eso nos genera futuro, porque es fácil hacer lo que hace el peronismo, que se están echando culpas entre ellos. Nosotros asumimos nuestro Gobierno y eso cada vez se valoriza más.
-Se expresa muy crítica de la gestión actual ¿Cree que han hecho algo bien?
-Sé que tiene un gasto fiscal y que hay emisión, pero el Previaje es una idea interesante. Tiene costo fiscal, pero hizo que mucha gente quizás cambiara de destino y decidiera quedarse en la Argentina. Me parece que, más allá del gasto que tiene, por lo menos, a diferencia del gasto improductivo y en subsidios que hay, genera que muchos sectores puedan hoy estar trabajando cuando fueron los más golpeados por esa cuarentena cavernaria que tuvimos.
-“Hay que saber decirle a la sociedad la verdad de cómo salimos”, dijo ayer y puso a Churchill por ejemplo. ¿Cuál es esa verdad?
-Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio. Hay que hablar con la verdad. Ayer Santiago Kovadloff dijo algo muy importante: “No necesitamos a los pesimistas y a los optimistas. Tenemos que construir”. Y hay un sentimiento de decir: paremos la decadencia, queremos progreso y vivir como se tiene que vivir. Y nosotros queremos ir con la verdad, decirles: nada va a ser fácil, pero si todos los días das un paso en la dirección correcta... La gente tiene que sentir que las medidas que vos tomaste, en lo laboral, en lo impositivo, en la seguridad, en lo federal y en el ordenamiento que tenés que hacer van a llevar a que cada uno que apuesta a la Argentina vea un camino de salida. Si vos mostrás la salida, la gente te da tiempo. Cuando ese camino se siente, aunque haya que seguir esforzándose y no todo se solucione, la gente dice: “Yo este camino lo quiero seguir”. Pero no caer en el optimismo estúpido. Hay que trabajar esa salida.
-¿Qué opina sobre el crecimiento del radicalismo dentro de JxC y de su intención de ocupar un rol preponderante dentro de la coalición?
-A mí me parece muy bien que el radicalismo retome la grandeza de su partido. Me parece algo muy importante para nosotros. No tengo miedo y creo que agrada y engrandece a la coalición que el radicalismo, que es un partido que tiene una capilaridad territorial muy importante, crezca. No podemos pensar que la expansión de un socio de nuestra coalición significa que es en detrimento nuestro. Al revés, Pro creció un montón. Participó de 17 internas y en todas hubo listas cruzadas. Por algo sucedió esto, porque lo que vale en la sociedad es la unidad de la coalición. Recién en Mar de las Pampas nos decían: “No se dividan, eso es abandonarnos”. Entonces, nosotros creemos mucho en nuestra fuerza, en Juntos por el Cambio. Así que para nosotros es buenísimo que crezca el radicalismo.
-¿Qué opina del viaje de Alberto Fernández a Rusia?
-Me genera cierta duda que viaje en un momento en el que hay preparaciones bélicas. Me parece que no es el mejor momento para que lo haga. Es una zona en la que Rusia y la OTAN están moviendo tropas y puede haber una situación realmente muy compleja. Me gustaría que piense en lo que significa geopolíticamente ir a ver a un presidente que está ahí de invadir a Ucrania. Me parece que no es un momento oportuno.
-¿Qué opina de las declaraciones de Claudio Lozano y Leopoldo Moreau, que dijo que un eventual default “no es el peor de los remedios”?
-Fueron los mismos que aplaudieron el default al final del 2001 y así nos fue. La verdad es que caer en default es muy malo, así que si ellos dicen eso es porque están preparando el terreno para hacer ideología de corto plazo, que es caer en default y decir “con esto somos anti Fondo Monetario”. Pero la gente ya no se come más eso. El otro día leía una medición que decía que el 80% cree que hay que buscar un acuerdo para tener crédito. Ayer los pibes nos decían: “Yo no me puedo comprar una casa. No tengo crédito”. Ya casi no tenemos crédito y si vamos al default ya no tenés más. Entonces, no sé qué pueden festejar.
-“Prudencia”, pidió el Gobierno ante la posibilidad de formar parte de la OCDE. ¿Creé que tienen la intención de integrar la organización?
-Nosotros arrancamos ese camino y esperamos que se concrete. Para nosotros es muy importante. La Argentina tiene que estar en todos los foros en los que pueda mostrarse, abrir mercados y crecer. Sería absolutamente positivo que eso suceda. No sé si es la intención del Gobierno que esto suceda, todavía no está claro. Siempre son “prudentes”: con el acuerdo que hicimos nosotros con la Unión Europea, con la OCDE, con el FMI. Parece que “prudencia” es la nueva forma de decir no. Entonces, nos da un poco de desconfianza.
-Cristina Kirchner comparó en Honduras los golpes militares con los golpes judiciales. “Así como antes se financiaba a militares, hoy se financian jueces”, dijo. ¿Qué opinión le merece?
Cristina Kirchner tiene un solo objetivo que es su impunidad y tiene una sola frase -parece que se ha convertido en monosilábica- y es la guerra contra los jueces, porque son los jueces los que pueden definir el nivel de corrupción que tiene su gobierno.
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