Euforia, calor y regresos kirchneristas detrás de la jura de los ministros
Oscar Parrilli estaba exultante. "¡Volvimos!", dijo, mientras repartía abrazos en medio del calor sofocante que apretaba en el museo de la Casa Rosada, que estaba sobrepasado de invitados. "Siempre estuvimos", le retrucaron, entre risas.
Cerca suyo, en un lateral del escenario, se había sentado Aníbal Fernández. El exjefe de gabinete de Cristina Kirchner, que hoy ejerce como abogado, estaba acompañado por uno de sus clientes, Cristóbal López. El dueño del Grupo Indalo que salió de prisión en octubre y que en el juicio público por el caso de Oil Combustibles se definió como un "muerto social", se exhibió muy cerca de la tarima donde juraron los funcionarios del gabinete de Alberto Fernández. Fue el regreso de muchas figuras del kirchnerismo que estuvieron lejos de las luces en los últimos cuatro años.
"Cristóbal ya recuperó su vida... cómo no estar visible en semejante acto", dijo Aníbal Fernández a LA NACION. Y agregó: "Alberto es un cuadro de excepción, muy formado, y con las ideas claras. Soy muy optimista".
Más de 1200 personas asistieron a la jura de los 21 ministros de Fernández, según calcularon colaboradores de la Casa Rosada. Había 900 sillas, pero el evento superó ampliamente la capacidad del lugar, que está ubicado en el subsuelo de la casa de gobierno. Hacía tanto calor, que quienes no tenían abanico se daban aire con un álbum de figuritas titulado "10D 2019. Democracia para siempre. Patria para Todxs" con fotos de las asunciones presidenciales desde 1983, que fue repartido a modo de souvenir.
Uno de los más ovacionados fue Carlos Zannini, cerebro jurídico del kirchnerismo y que durante el macrismo permaneció 107 días preso por el memorándum con Irán. "Olé olé olé, Chino, Chino", le cantaron desde la platea. Zannini juró como Procurador del Tesoro, un cargo de peso porque oficia de abogado del Estado. "Alberto manifestó un cambio de rumbo muy bien planteado, estableció bien las prioridades", dijo Zannini a este medio mientras le pedían fotografías. Aseguró sentirse "emocionado".
A la jura de los funcionarios asistieron los ministros de la Corte Suprema, gobernadores, legisladores, gremialistas, representantes de organismos de derechos humanos, artistas y empresarios. También se sumó Cristina Kirchner, que ingresó al museo junto con Fernández y se sentó en la primera fila, cerca de la pareja de Alberto, Fabiola Yáñez y su hijo, Estanislao.
Cerca de Cristina, el juez de la Corte, Ricardo Lorenzetti, había aguardado conversando animadamente con José Luis Gioja y Daniel Scioli. A lado se habían sentado el titular del máximo tribunal, Carlos Rosenkrantz y los dos ministros de la Corte de inclinación peronista, Carlos Maqueda y Horacio Rosatti.
Justo detrás se ubicaron las madres de Plaza de Mayo, encabezadas por Hebe de Bonafini. En un recinto colapsado de gente, esperaron sentadas de principio a fin, cuando el lugar quedó semivacío.
El secretario general de la CGT, Héctor Daer, se sentó cerca de otros gremialistas, como Antonio Caló, Omar Viviani, Pablo Biró y José Luis Lingeri. Habían presenciado el discurso de Alberto en el Congreso y se trasladaron a la Casa Rosada para la jura del gabinete.
Bien atrás se lo vio sentado al ex diputado y actual legislador bonaerense de Juntos por el Cambio, Daniel Lipovetsky. Cercano al ex titular de Diputados, Emilio Monzó, y promotor del diálogo político, dijo que fue invitado por el propio Fernández a la jura y reclamó una autocrítica de su espacio político. "Si no hacemos un buen diagnóstico de lo que pasó, va a ser muy difícil mantener la unidad de Juntos por el Cambio", lanzó, al tiempo que aseguró que no tuvo ofrecimientos para integrar el equipo de Fernández.
Con una ceremonia que se demoró más de media hora, como ministros juraron el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, Martín Guzmán (Economía), Matías Kulfas (Producción), Felipe Solá (Relaciones Exteriores), Eduardo "Wado" de Pedro (Interior), Sabina Frederic (Seguridad).
Sobre el escenario también juraron Agustín Rossi (Defensa), Elizabeth Gómez Alcorta (Género y Equidad), María Eugenia Bielsa (Hábitat), Claudio Moroni (Trabajo), Marcela Losardo (Justicia), Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Mario Meoni (Transporte), Daniel Arroyo (Desarrollo Social), Nicolás Trotta (Educación), Juan Cabandié (Ambiente), Roberto Salvarezza (Ciencia y Tecnología), Luis Basterra (Agricultura), Matías Lammens (Turismo y Deportes) y Tristán Bauer (Cultura).
Julio Vitobello, otro íntimo amigo de Fernández, juró como Secretario General de la Presidencia y Vilma Ibarra, la mujer que le cuidará la firma al Presidente, hizo lo propio como Secretaria Legal y Técnica. Gustavo Béliz, que se había mostrado visiblemente emocionado en la presentación del gabinete, asumió como Secretario de Asuntos Estratégicos. Y Juan Pablo Biondi, el principal vocero de Fernández, juró como Secretario de Comunicación y Prensa de la Presidencia.
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