Paritarias dolarizadas: el argumento gremial para lograr una mejora salarial
En los pasillos gremiales comenzaron a circular cada vez con más frecuencia planillas de excell con cifras comparativas en pesos y en dólares. La mayoría de las estadísticas tiene que ver con lo salarial. Como si la economía doméstica estuviera dolarizada.
¿Qué muestran las planillas salariales que llevan los sindicalistas bajo el brazo? Todas, sin excepción, reflejan cómo el valor del salario, medido en dólares, cayó significativamente año a año. Es éste uno de los argumentos a la que apelarán algunos gremios para presionar por una recomposición después de la devaluación del peso tras la elecciones primarias del 11 de agosto.
El corte temporal para las comparaciones es aleatorio. Pero si se toma desde agosto de 2015 a agosto 2019 refleja que el salario en pesos de un camionero, por ejemplo, cayó un 47,9 por ciento, según las variaciones del salario por convenio y la cotización oficial del momento del Banco Central de la República Argentina (BCRA). La caída es menor si se compara agosto de 2016 con agosto 2019: es de -34,7% en el caso de los afiliados al gremio que encabeza Hugo Moyano.
En la comparación que va de agosto 2015 a agosto 2019, los salarios que más perdieron poder de compra en dólares fueron los de los estatales de UPCN (-55,7%), los Judiciales de la provincia de Buenos Aires (-49,9%) y los metalúrgicos de la UOM (-48,9%). Existe un trabajo más a fondo elaborado por el Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma en base a las actas salariales y al tipo de cambio de referencia.
El ejercicio de dolarizar los salarios no dice mucho sobre la evolución del poder de compra de los asalariados, pero sí habla de un proceso de reducción del costo laboral local y ganancia de competitividad de la economía argentina por vía de una nueva devaluación. Esa es la lectura que hacen en las cúpulas sindicales.
Armando Cavalieri, el histórico jefe de los mercantiles, es uno de los dirigentes que carga con las planillas de excell y expuso su preocupación el viernes pasado en un encuentro con empresarios y el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica.
"El sector nuestro [por el mercantil] está en la lona. Y la obra social [Osecac, la más grande del país] está peor porque recauda en pesos y gasta en dólares. En 2015 el sueldo básico era de 900 dólares y en 2019 es de US$450", expuso un asesor de Cavalieri.
Bono o reapertura de paritarias
Cavalieri le solicitó a Sica revisar el acuerdo con los empresarios sobre el bono de compensación. "Tal vez es mejor un porcentaje que una suma fija", aconsejó el gremialista, de 83 años.
Sica prevé hoy un raid de encuentros con empresarios y gremialistas. Resta definir la letra chica de lo que sería el decreto presidencial sobre el bono, que podría oficializarse esta semana, según confían voceros del ministro y sindicalistas.
"Falta saber si va a ser en una o en dos cuotas. El monto será de 5000 pesos como el de los estatales", dijo un jerárquico de la CGT.
En las cúpulas empresariales no están tan seguro de ello. "Qué el Gobierno nos diga cómo compensar el bono que quiere que paguemos", dijo Guillermo Moretti, vicepresidente de la Unión Industrial, en FM Futurock.
"Si, en el peor de los casos, la inflación de agosto y septiembre suma 10 puntos, recién entonces se abrirán las paritarias o se otorgará el bono. No todos los sectores lo podrán afrontar. No queremos causar un estrés financiero en rubros que no están bien", evaluaron cerca de Sica. El ministro recibió quejas de algunos empresarios, sobre todo de los vinculados a las pymes, por el costo que deberán afrontar por el pago extra.
En el borrador que circula en el despacho de Sica se habla de un "pago no remunerativo de alcance generalizado". No dice obligatorio. Y tampoco se precisa el monto. Héctor Daer, jefe de la CGT, aceptó en medio de las negociaciones que el monto podría ser menor a los $5000.
La decisión de que el decreto especifique que se trata de un bono no remunerativo tiene una razón: el salario base continúa con el ajuste acordado en la paritaria. Se trata de un aumento de emergencia, como se dio con el bono de 2018. Sica, además, recalcó: "Es bono de recomposición o reapertura de las paritarias. Las dos, no".
Al margen del desenlace por el bono, el salto en los índices de inflación empujará a los gremios a revisar sus acuerdos salariales. Ya pasaron por el despacho de Sica para explorar cómo será el mecanismo de reactualización salarial el banacario Sergio Palazzo y Cavalieri. Ambos dieron en privado un mismo diagnóstico: "No sabemos qué porcentaje pedir. Es mes a mes".
Por fuera de la corporación cegetista, Alejandro Crespo, el único dirigente de izquierda que lidera un gremio industrial (Sindicato del Neumático), dio el primer paso para activar el conflicto por la falta de respuesta por la reapertura de su paritaria: anunció un paro sectorial de 25 horas que comenzará mañana. Crespo, que milita en el Partido Obrero, apuesta a discutir el período que va desde el 1° de octubre a junio de 2020.
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