Con la AFI paralizada y sin aguinaldo, los espías esperan la designación del interventor
La Agencia Federal de Inteligencia (AFI) está acéfala y paralizada. Tanto es así que no hay firmas para autorizar el pago del aguinaldo, que deberían haber cobrado hoy. La falta de autoridades en la exSIDE generó un estado de inmovilidad y preocupación interna.
Nada se mueve y todos se miran sin saber qué hacer. Las investigaciones sobre terrorismo, narcotráfico y ciberdelito, por nombrar las más representativas e importantes, no tienen conducción. Si bien el presidente Alberto Fernández anunció en su discurso ante la Asamblea Legislativa que intervendrá la AFI, lo cierto es que en los primeros ocho días de su Presidencia aún nadie ingresó en el edificio de 25 de Mayo 11.
Esta situación de acefalía se da desde el 9 de diciembre tras las renuncias de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, el Señor 5 y la Señora 8 durante el gobierno de Mauricio Macri. Pero a ellos se sumaron las salidas de los cuatro funcionarios claves, la segunda línea, sobre los que recaía la conducción diaria del organismo.
Ellos son Sebastián De Stéfano, el "Enano" para todos dentro del submundo de los espías, fue director de Asuntos Jurídicos, hombre de confianza del expresidente de Boca y operador judicial Daniel Angelici; Darío Biorci, mano derecha de Majdalani; Juan José Galea, exdirector de Finanzas, cercano al exnúmero dos de la exSide en tiempos de la Alianza, Darío Richarte, también ligado a Angelici, y Fernando Di Pasquale, que como director operacional de análisis fue involucrado en la denuncia por presunta presión para que el juez Luis Carzoglio detuviera a Hugo y Pablo Moyano. Todos ellos renunciaron antes que Arribas.
La falta de un interventor o enviado del Presidente generó un estado de alerta en las áreas sensibles de la AFI. Mientras esperan por la nueva conducción, hay un vacío de poder sobre una estructura delicada y con capacidad de daño. A eso se suma la incertidumbre de varias decenas de agentes a los que se les vence a fin de año el contrato.
Algunos creen que la decisión de cortar la comunicación desde la Casa Rosada es parte de la estrategia para generar un efecto sorpresa a la hora de encarar las reformas que supuestamente comenzarían el viernes.
En plan, según informó el Presidente durante su exposición en el Congreso hace ocho días, también incluirá la derogación del decreto de Macri en el que dispuso que todos los gastos de la AFI vuelvan a ser reservados.
Antes de dejar la Presidencia Cristina Kirchner reformó la ley de Inteligencia Nacional y dispuso que los fondos reservados -el presupuesto de la exSIDE es de 2697 millones de pesos- solo podrían permanecer secretos en caso de contar con una justificación. Eso sí, el cambio que dispuso la expresidenta se iba a poner en marcha durante la gestión macrista. Finalmente, Macri lo anuló en mayo de 2016 con un decreto.
"He decidido que sea intervenida la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Queremos impulsar así una reestructuración de todo el sistema de inteligencia e información estratégica del Estado. Nunca más Estado secreto", exclamó el Presidente ante el Parlamento e informó la derogación del decreto 656 de 2016, "una de las primeras y penosas medidas que la anterior administración promovió, y que significó consagrar el secreto para los fondos reservados por parte de la inteligencia del Estado".
Danza de nombres
Mientras tanto, continúa la danza de nombres sobre el posible interventor. Dentro de los pasillos de "la Casa", como se refieren los espías a la AFI, aparece con cada vez más insistencia el exjefe de gabinete Aníbal Fernández, pero allegados al Presidente lo ponen en duda. "Hace tiempo que no hablan", explicaron cerca del jefe del Estado.
Otra de las opciones es crear un comité integrado por legisladores de la comisión bicameral de Fiscalización y Actividades de Inteligencia –que integran 14 diputados y senadores– y de al menos dos representantes del Poder Ejecutivo. Y también hablan de un tapado: se trataría de un joven especialista formoseño, amigo de un hijo del gobernador Gildo Insfrán.
Por la sensibilidad de la información que maneja la agencia y por su presupuesto reservado, el organismo suele ser manejado por funcionarios de extrema confianza del Presidente. En ese escenario, además, se sumó a la lista Enrique "Pepe" Albistur, un amigo íntimo de Fernández que, incluso, le prestó su departamento en Puerto Madero para vivir durante los últimos años.
Días antes de asumir, el Presidente dijo que ya tenía definido el nombre del interventor y aseguró que estaba trabajando sobre posibles reformas que se anunciarían en los próximos días. "Lo tengo decidido. No lo voy a decir en este momento porque estamos viendo cómo encarar el tema", dijo Fernández, que tenía entre sus opciones dividir la AFI en tres partes para contener a los más de 3000 agentes. Hasta ahora, a ocho días del traspaso de mando, nadie golpeó la puerta de "la Casa" para hacerse cargo.
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