Pese a la alta emisión, se desacelera la inflación en abril, según los economistas
En medio de la mayor emisión monetaria de las últimas décadas, la inflación de abril empezó a dar señales de desaceleración y los analistas privados descuentan que el mes terminará por debajo del 3,3% de marzo e incluso algunos pronostican que se podría perforar el piso del 2%.
Si bien todos los analistas aseguran que se trata de un mes totalmente atípico y en el que resulta muy difícil hacer un seguimiento de los precios, también destacan que sus mediciones están dando cuenta de una marcada desaceleración en el costo de vida, con lo cual abril podría terminar siendo el mes con la inflación más baja en más de dos años. De hecho, para encontrar a un índice de inflación inferior al 2% hay que retrotraerse a enero de 2018, que había cerrado con una suba del 1,8%.
"Las proyecciones que manejamos para la inflación de abril son sorprendentemente bajas. Incluso en la segunda semana de este mes tuvimos una deflación, que es algo inédito en nuestras mediciones", explicó Luciano Cohan, socio de la consultora Seido. "En este contexto es muy difícil hacer una proyección, pero prevemos que el costo de vida se ubicará por debajo del 2%, porque los precios regulados están planchados y en algunos casos, como la educación, vemos un proceso de deflación", agregó Cohan.
La idea de que la emisión monetaria récord no se trasladará inmediatamente a los precios minoristas es compartida por la consultora EcoGo. "Hay tres factores que influyen para que no haya un traslado en el corto plazo. El primero es que hay un aumento de la demanda precautoria de dinero, porque está rota la cadena de pagos y nadie quiere quedarse sin pesos. El segundo factor es una reducción en la velocidad de la circulación del dinero, porque la gente está en cuarentena y la economía informal completamente parada. Y, por último, influye que tampoco se ve una gran puja distributiva, porque en este contexto los trabajadores priorizan el mantenimiento del empleo lo que frena cualquier reclamo salarial", señaló Martín Vauthier, economista de EcoGo, que proyecta una inflación para abril claramente por debajo de la de marzo.
En el estudio de Orlando J. Ferreres también señalan que las mediciones de abril deben tomarse con muchos "asteriscos". "La inflación de abril viene claramente más baja que la de marzo, aunque con mucha volatilidad. Según nuestra medición, la primera semana acumuló una suba del 0,5% y en la segunda tuvimos una deflación de 0,5%. A esto se suma que no sabemos cómo hará el Indec para hacer su relevamiento. De acuerdo a la propia normativa del Indec, cuando falta un precio hay dos alternativas: buscar un producto o servicio similar, o repetir el del mes pasado. El problema es que ahora no se trata de que no se encuentra en la góndola un yogur de vainilla y se lo puede reemplazar por uno de frutilla. Acá lo que pasó es que desaparecieron categorías enteras, como indumentaria, en la que no hay precios", señaló Fausto Sportono, director del estudio.
En Ecolatina proyectan que la inflación de abril podría superar los dos puntos, pero destacan que igualmente mostrará una baja significativa frente al 3,3% de marzo. "Para este mes proyectamos una suba que oscilaría entre 2% y 2,5%, aunque hay que hacer la salvedad de las dificultades que existen para medir algunos precios, incluso en los alimentos.
"Hoy, todas las mediciones se hacen a partir de los precios de los supermercados por los problemas que existen para hacer trabajos de campo, pero uno tiende a pensar que los aumentos son muchos más grandes en las verdulerías y los comercios de barrio, en los que los controles de precios son más difíciles", explicó Lorenzo Sigaut Gravina, director de Ecolatina.
Sigaut además destaca que no se ve un escenario de hiperinflación, al menos en el corto plazo. "El impacto de la mayor emisión monetaria seguramente se sentirá con más fuerza en la segunda mitad del año, pero lo vemos como algo más gradual. Incluso si el Gobierno se maneja con producen no es imposible que el año termine con una inflación similar a la de 2019, sin que se produzca un salto muy grande", explicó el economista.
Largo plazo: expectativas en alza
Sin embargo, la sostenida emisión monetaria para intentar paliar los efectos económicos y sociales de la cuarentena, el aumento del índice de precios al consumidor en marzo (cuando aceleró al 3,3%) y el impacto que está mostrando en los precios libres del dólar modificaron significativamente las expectativas de inflación de los argentinos en el último mes.
Según la medición que habitualmente realiza el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), la inflación esperada para los próximos 12 meses subió en marzo del 30% a 40%. "Son 10 puntos porcentuales más que el mes anterior, según la mediana de las respuestas; en tanto que, según el promedio, las expectativas de inflación aumentaron 6,5 puntos porcentuales y se ubican en 40,3%", explicó Ernesto Schargrodsky, director del centro en el informe que distribuyen.
Según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) difundido por el Banco Central (BCRA) a comienzos de mes, esa expectativa a igual plazo se ubicaba en el 39,5%.
El salto se vincula con el impacto que la gente cree tendrá sobre los precios el aumento de la emisión monetaria. La base monetaria crece a un ritmo del 81,5% interanual, la tenencia de billetes y monedas en poder de los bancos lo hace al 72%, y la circulación monetaria al 64%, lo que da una idea del progresivo efecto derrame.
Y ayer el Gobierno estimó que el conjunto de medidas de ayuda significa un monto equivalente al 3% del PBI, es decir, unos $850.000 millones con las asistencias anunciada hasta aquí. Buena parte de eso se cubre con asistencia del BCRA al Tesoro y otra parte sale del dinero que los bancos tenían ocioso en encajes o invertidos en Letras de Liquidez (Leliqs). El índice que elabora la Di Tella surge de una encuesta mensual que cubre alrededor de 1200 casos en todo el país y es realizada por la consultora Poliarquía.
Para el economista Rodrigo Álvarez, de Analytica, la posibilidad de que se dispare la inflación en el corto en plazo es aún baja. "Hay tres motores que la pueden impulsar y están apagados: tipo de cambio controlado, no hay presión salarial (diría que todo lo contrario) y tampoco tira la demanda. Eso no quiere decir que el efecto de la emisión no se pueda ver en la segunda parte del año si el Central no logra esterilizar el aumento de la liquidez". explicó.
Schargrodsky detalló que las expectativas de inflación subieron en todas las regiones del país: Capital Federal, el Gran Buenos Aires y el interior, tanto en la medición mediana como en los promedios. Y apunta que, si se evalúan las respuestas por parámetros económicos, también la sensación es uniforme: tanto la población de bajos ingresos como la de altos ingresos espera una inflación mayor.
Es un dato al que deberán prestarle atención el BCRA y las autoridades económicas, dado que las expectativas condicionan las conductas de los agentes económicos.
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