Para el Gobierno fue "una puesta en escena" para dañar a Macri

El Gobierno hizo una interpretación netamente política de los reclamos que se visibilizaron ayer con las manifestaciones de los gremios y los movimientos sociales, y con la sesión opositora en el Congreso. "Fue una puesta en escena, pero no esperamos que haya racionalidad ni en la oposición ni en la calle este año", dijo uno de los funcionarios que estuvo ayer cerca de Mauricio Macri . El Presidente mantuvo su agenda en Entre Ríos y en Olivos, lejos del epicentro de los conflictos.

El frente de tormenta que suscitó mayor atención en la Casa Rosada fue el que se escenificó en la Cámara de Diputados con la sesión convocada por el FPV, el Frente Renovador y el Bloque Justicialista. La oposición alcanzó el quorum para debatir una batería de proyectos incómodos para el Gobierno. Entre las iniciativas más sensibles figuraron el congelamiento de tarifas y la exención de Ganancias para los jubilados.

"En la coyuntura electoral, fue un show con la intencionalidad política de hacerle daño a Macri", señalaban ayer en el Gobierno.

En el Ministerio de Interior se habían ocupado durante el miércoles y la primera hora del jueves de hablar con gobernadores y diputados para morigerar el impacto del despliegue opositor. Ayer siguieron la conformación del ajustado quorum, aunque confiados en que la oposición nunca llegaría a los dos tercios para aprobar los proyectos sobre tablas.

En la conferencia de prensa, el Presidente calificó los proyectos opositores de "populistas" y "demagógicos". "Son proyectos que nos llevarían a lo que vemos hoy en Venezuela", dijo Macri.

Como contragolpe, desde el oficialismo difundieron las cifras del costo fiscal de las iniciativas opositoras. Según los cálculos oficiales, los proyectos, sumados, demandarían unos $70.000 millones.

El otro mensaje que deslizaron desde Balcarce 50 es que ese costo hubiera afectado, en buena parte, a los presupuestos provinciales, dado que los servicios públicos fueron transferidos.

"La foto de toda la oposición unida con el ánimo de dañar el presupuesto que votaron hace cuatro meses nos beneficia", decían ayer a última hora en Casa de Gobierno con el ánimo de minimizar el impacto político de la sesión.

En Balcarce 50 también leyeron en clave política las congruentes movilizaciones de la CGT, las CTA, los movimientos sociales y la izquierda, que se desplegaron en la ciudad.

"Es el poder de la calle que se disputa en cada año electoral", señaló un funcionario que siguió de cerca a las protestas.

El ministro de Producción, Dante Sica , consultado por la conflictividad gremial, ayer volvió a apelar a la recomposición del poder adquisitivo a través de las paritarias. "Va a ser un cierre de paritarias mucho más acelerado que en 2018", dijo el ministro, y recordó que el miércoles el sindicato de los empleados de estaciones de servicio cerró una paritaria del 28%. No fue azaroso: el titular de ese gremio es Carlos Acuña, uno de los jefes de la CGT.

"Es en las reuniones donde se tratan los temas de fondo, el ruido en la calle es solo una posición política", decían ayer en el Gobierno. Tras la postergada reunión de la semana, los movimientos sociales mantuvieron diálogo con segundas líneas del Ministerio de Desarrollo Social.

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