Para el Gobierno, Ferraresi se va para “retener” Avellaneda y perder el derecho a una re-reelección
Cerca del Presidente evitaron dramatizar su salida, que se suma a las tres de la semana pasada y el anuncio de Manzur de que irá en enero o febrero próximo
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Tras el anuncio de la salida del ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, el Gobierno ubicó fuera del perímetro de la Casa Rosada los motivos de la cuarta renuncia ministerial en solo 15 días. Una estrategia para evitar admitir que son pocas las herramientas con las que cuenta el presidente Alberto Fernández para retener a sus colaboradores.
Más allá de la evidente incomodidad del ministro en el Gobierno –el miércoles volvió a faltar, esta vez sin un viaje como excusa, a la reunión de gabinete–, la administración del presidente Alberto Fernández ofreció dos motivos singulares: que Ferraresi apuró su regreso a la intendencia de Avellaneda para así perder el derecho de buscar dos reelecciones más en el Municipio; pero que al mismo tiempo lo hace para no perder la elección local de 2023 contra Juntos por el Cambio.
No significó, por cierto, una sorpresa. Mientras se concretaban los reemplazos de los tres renunciantes hace dos semanas –Juan Zabaleta, Elizabeth Gómez Alcorta y Claudio Moroni–, los rumores comenzaron a centrarse en Ferraresi, el jefe de gabinete, Juan Manzur, y el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, como los siguientes en la lista.
Mientras Katopodis desmentía públicamente su salida y dejaba trascender que le “convenía” quedarse, Manzur apuró los tiempos y reconoció que en “enero o febrero” se iría, algo que él mismo se encargó de relativizar –con micrófonos encendidos– en la reunión de gabinete del miércoles pasado.
“En algún momento se irá, no ahora”, contaban cerca de Ferraresi, mientras enarbolaban la figura de Magdalena Sierra, su esposa y exjefa de gabinete de su gestión, como eventual candidata a intendenta el año próximo. La coyuntura electoral apuró los tiempos, al menos en los papeles, y reforzó la imagen de un gobierno “de salida”, como lo definiera días atrás un miembro del Frente de Todos.
Argumentos
Fuentes oficiales indicaron que Ferraresi “tenía que irse antes del 12 de noviembre”, porque ese día se cumplen dos años desde que dejó el Municipio y asumió en el Ministerio. “Si no lo hacía antes del 12 se podía considerar que no tenía un mandato cumplido en Avellaneda y entonces podía ir por dos reelecciones [más] y él no quería que en Avellaneda pensaran eso”, indicaron cerca del Presidente.
La fuente aludió así a la ventana que abrió un decreto de María Eugenia Vidal, de 2019, para evitar el tope para las reelecciones indefinidas que se fijó por ley en 2016, durante su propio gobierno: si por dos años y un día los intendentes que ya no pueden ser reelectos se toman licencia del cargo (para ser ministros, por ejemplo, o por ningún motivo), vuelven a “foja cero” y recuperan el “derecho” a ser elegidos y reelegidos.
De allí la avalancha de intendentes del Frente de Todos que se sumaron a los gabinetes de Alberto Fernández y del gobernador Axel Kicillof: algunos como ministros y en cargos de responsabilidad, aunque otros aceptaron puestos con menores potestades que las municipales incluso, para así llegar a los dos años de licencia y “ganarse” el derecho a competir por permanecer en el poder local.
Pero Ferraresi, que gobierna Avellaneda desde 2009, ya había recuperado la potestad de ser reelecto el 28 de diciembre del año pasado, cuando intendentes y legisladores del oficialismo y la oposición se pusieron de acuerdo en la Legislatura bonaerense para sumar un nuevo parche a la ley 14.836, de 2016, que prohibía las reelecciones indefinidas. Es decir, Ferraresi no necesitaba volver antes del 12 de noviembre para buscar su cuarta reelección. Pero si regresaba el 13 de noviembre volvía a “foja cero” y podía buscar una quinta.
La modificación votada el 28 de diciembre de 2021 estableció que el mandato de los intendentes, legisladores y concejales electos en 2017, 2019 y 2021 será considerado como primer período (aunque lleven décadas en el cargo) y podrán ser reelectos por un tercer período, aún cuando en el segundo mandato hayan estado a cargo de manera parcial. El nuevo parche, huelga decirlo, fue impulsado por una mayoría de intendentes y legisladores del oficialismo y de Juntos por el Cambio que no habían tenido la suerte de tomarse licencia para asumir en un cargo provincial o nacional.
Si Ferraresi buscó autolimitarse por respeto a la opinión de sus vecinos de Avellaneda, para que no crean que busca perpetuarse en el poder, el segundo argumento ofrecido por la Casa Rosada apunta en una dirección divergente, si no contraria. “Ferraresi quiere sostener Avellaneda y cree que, como en Quilmes o los distritos más cercanos a la Ciudad de Buenos Aires, corre el riesgo de que crezca el Pro y que el único que está en condiciones de parar eso, en este momento, es él”, indicaron desde el Gobierno.
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