Para Cristina, el fallo de la Cámara "es más de lo mismo"

BRASILIA.– Prefirió eludir el tema, minimizar las circunstancias o hablar con un doble mensaje. El 7-D que ayer vivió Cristina Kirchner en esta ciudad estuvo muy lejos del clima de festejo que había pensado el Gobierno. Por ello, no fue casual que en el escaso contacto que mantuvo con la prensa la Presidenta graficó en breves palabras su lectura del fallo de la Cámara Federal que favoreció al Grupo Clarín con la extensión de la medida cautelar: "Es más de lo mismo", dijo con una sonrisa forzada.

Luego habló elípticamente en la cumbre de presidentes del Mercosur, donde dejó frases sugerentes. "No vamos a cambiar el rumbo", dijo, y destacó ante la mirada atenta de sus pares del bloque regional: "Seguiré gobernando en favor de nuestro pueblo soportando todo tipo de presiones que nos imponen para que torzamos el rumbo".

No hizo falta que hiciera muchas aclaraciones. Tampoco Cristina Kirchner llegó a esta ciudad con ánimo suficiente como para seguir hablando del caso Clarín. "Si hablo de la ley de medios, me van a decir que hablo demasiado", contestó la Presidenta, ante una pregunta puntual que le hizo LA NACION a la salida del edificio Itamaraty, donde ya culminaba la cumbre. Luego añadió que el fallo de la Cámara fue "más de lo mismo". Eludió dar más detalles. Pero la respuesta fue toda una lectura política que se complementó con el mensaje que el jefe de Gabinete, Abal Medina, había lanzado horas antes para expresar que "acabamos de vivir la semana de la vergüenza judicial".

Ayer en esta ciudad hubo especulaciones toda la tarde en la comitiva oficial respecto de la reacción que tendría en la cumbre de presidentes del Mercosur. Primero dijeron que la Presidenta hablaría de la democratización de medios en su discurso. Nada de ello ocurrió. Tampoco se incluyó, como especularon varios ministros que integraban la comitiva, en el documento final de la cumbre un mensaje de crítica a los "medios hegemónicos" como lo había sugerido el Foro Social del Mercosur, que se reunió un día antes y pidió seguir el ejemplo argentino de la ley de medios en la región.

Cuando le llegó el turno de hablar tras el discurso inaugural de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, Cristina Kirchner realizó una fuerte arenga contra el proteccionismo de los países centrales y luego utilizó una metáfora de los salmones patagónicos que luchan río arriba contra la corriente para ir a desovar y luego morir. Aunque allí aclaró: "No tengo vocación suicida".

La estrategia de la Casa Rosada que se desplegó al pie de la letra en esta cumbre de presidentes fue la de ignorar el golpe de efecto que le generó al Gobierno el fallo de la Cámara. El silencio de los ministros que llegaron a esta ciudad fue muy perceptible. Se dijo que había órdenes de no hablar del tema Clarín y esto se cumplió a rajatabla, aunque las caras desencajadas de algunos funcionarios reflejaban mucho más que cualquier discurso.

Ni siquiera el aliento que recibió de un grupo de jóvenes kirchneristas ayer a la madrugada cuando llegó de Buenos Aires le modificó el ánimo y los planes a la Presidenta. Un grupo de 20 personas de la agrupación kirchnerista Unidos y Organizados la esperó hasta las 2.30 de la madrugada en la puerta del hotel Meliá donde se hospedó. La recibieron con cánticos de aliento.

Pero el ánimo de la comitiva no era el mismo que el de los jóvenes kirchneristas. Desde temprano, la mitad del Gabinete nacional que había viajado a esta ciudad para la cumbre de presidentes del Mercosur deliberaba en el lobby del hotel sobre los pasos por seguir y las especulaciones sobre lo que hará la Corte respecto del Grupo Clarín.

El ministro de Planificación, Julio De Vido, se cruzó con el canciller Héctor Timerman y con los gobernadores de Entre Ríos, Sergio Urribarri, y de San Juan, José Luis Gioja. Todos coincidían en la idea de que el fallo de la Cámara Federal "fue hecha a la medida de la corpo" en referencia al Grupo Clarín, como reflexionó un funcionario de la comitiva ante una consulta de LA NACION.

En los corrillos del Palacio Itamaraty donde se realizó la cumbre del Mercosur también deliberaban sobre el 7-D frustrado los ministros de Industria, Débora Giorgi, y de Economía, Hernán Lorenzino, con la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri. El ministro de Justicia, Julio Alak, y el jefe de Gabinete, que se quedaron en Buenos Aires para seguir al frente de toda la batalla legal contra Clarín, eran los hombres más buscados por los celulares de la comitiva oficial.

El gobernador Urribarri planteó los planes que trazó la Presidenta: "No nos podemos quedar de brazos cruzados, frente a quienes pretenden manipular la voluntad popular y condicionar a las instituciones. Nos asiste la razón y por eso esperamos la inmediata intervención de la Corte", dijo. No más palabras.

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