Pandora Papers: seudónimos y trust en paraísos fiscales para resguardar la fortuna de la excúpula de Garbarino
Los hermanos Garbarino recurrieron a un sofisticado entramado en paraísos fiscales para resguardar millones de dólares; el exCEO de la cadena de electrodomésticos figura vinculado a un fideicomiso en Bahamas
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Los hermanos Daniel y Omar Garbarino, exdueños de la cadena de electrodomésticos e investigados en la Justicia por presunto lavado de activos, recurrieron a un entramado de sociedades y fideicomisos en paraísos fiscales para resguardar millones de dólares. Por momentos, incluso, sus identidades quedaron resguardadas detrás de nombres en clave, al igual que le ocurrió el exCEO de la compañía, Carlos Eduardo García.
“Escorpio”, “Airies” y “Fonfria” fueron los seudónimos que se utilizaron para aludir a los hermanos Garbarino y García cuando su proveedor offshore solicitó que no los identificaran por sus verdaderos nombres en los correos electrónicos, según surge de los “Pandora Papers”.
Los documentos exhiben que en 2014 Daniel y Omar Garbarino asumieron como beneficiarios y protectores de dos fideicomisos en Islas Vírgenes Británicas, “802153 Trust” y “802154 Trust”, que a su vez controlaron a otras dos sociedades, Seawater International Limited y Tokitada Worldwide Limited, respectivamente, para administrar su sucesión patrimonial.
Las revelaciones de los Pandora Papers salen a la luz en momentos en que los Garbarino, sumidos en problemas económicos y judiciales, se desprendieron de la compañía que lleva su apellido. La vendieron a Carlos Rosales, un exfuncionario del gobierno de Daniel Scioli y protesorero del club San Lorenzo, que hoy afronta serias dificultades financieras y una conciliación obligatoria para detener despidos.
El entramado offshore que surge de los Pandora Papers no es el primero que expone a los Garbarino. Cinco años atrás, los Panama Papers revelaron cómo utilizaron dos vehículos, Helvetic Services Group y Swisser AG, para girar millones de dólares fuera de la Argentina, antes de que la empresa local entrara en una crisis terminal. Aquel primer entramado llevó a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) a investigar y denunciar a los empresarios por el presunto lavado de US$30 millones.
Consultados por el equipo local de ICIJ, no obstante, los Garbarino indicaron a través de sus abogados que todo lo que hicieron “se ajusta a sus declaraciones a los organismos fiscales”, aunque se negaron a mostrar documentos que así lo acrediten. El exCEO, Carlos García, también defendió su proceder y afirmó que todo está en regla con la AFIP, tras regularizar su situación y blanquear sus activos en uno de los últimos procesos de exteriorización de bienes que se habilitó en la Argentina.
Pandora Papers
Los Pandora Papers, la nueva filtración global del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) que integra LA NACION junto a Infobae y elDiarioAR, expone ahora otro entramado offshore, aún más sofisticado.
El primer paso ocurrió en los últimos días de octubre de 2014, cuando un ejecutivo de Integritas -una compañía del Trident Trust Group dedicada a prestar servicios offshore- reservó dos firmas de las Islas Vírgenes, Seawater International Limited y Tokitada Worldwide Limited. Como directores de las sociedades de papel no designó a personas físicas, sino otras dos compañíass, esta vez de Bahamas: Stagrintie Limited y Rintiegast Limited.
Según surge de los correos electrónicos que integran los Pandora Papers, los clientes -a los que no mencionó- estaban apurados por la gestión, al punto que un empleado de Integritas pidió acelerar el intercambio de documentación. “Es extremadamente urgente”, comunicó.
Por entonces, la firma Garbarino aparecía en la prensa argentina porque la AFIP la acusaba -junto a otras 1200 empresas- de utilizar facturas truchas para evadir el impuesto a las Ganancias.
El 10 de noviembre de 2014, otros dos trust radicados en las Islas Vírgenes Británicas se quedaron con el 100% de las acciones de las primeras sociedades: el fideicomiso “802153 Trust” tomó el control de Seawater International Limited, mientras que el fideicomiso “802154 Trust” asumió las riendas de Tokitada Worldwide Limited.
Y un día después aparecieron los verdaderos dueños en los papeles. Los hermanos Garbarino se convirtieron en los controlantes, beneficiarios y protectores de esos fideicomisos y sociedades offshore.
Daniel se quedó con el “802153 Trust” y con Seawater International Limited, según consta en un formulario de Trident Trust. Y a través de esa compañía offshore -según ese documento- operó una cuenta en el Banco Santander de Miami con US$8 millones, según ese documento. También dejó por escrito que, en caso de fallecer, los beneficiarios serían su esposa y sus tres hijos.
Su hermano mayor, Omar, se quedó con “802154 Trust”. Los formularios establecieron que, al morir, los activos de su entramado offshore debían distribuirse entre sus cuatro hijas (que recibirían el 23% cada una) y otras dos mujeres (el 8% restante), aunque no detallaron los montos. Tokitada Worldwide Limited, sin embargo, fue disuelta el 22 de diciembre de 2017.
Los hermanos Garbarino continuaron siendo clientes de Trident e Integritas, al menos hasta principios de 2019, según un formulario con sus datos personales y copia de sus pasaportes argentinos. El documento de enero de ese año los conecta con otras dos sociedades de Bahamas con reminiscencias futboleras: Platte River Management y Platte River Management II.
Ante la consulta del equipo local de ICIJ, sin embargo, los hermanos Garbarino declinaron responder preguntas o mostrar los documentos que acreditan la tributación de los activos que están o estuvieron en el entramado offshore. “No va a haber respuesta -indicó uno de sus abogados- pues todo se ajusta a sus declaraciones a los organismos fiscales”.
Nombres en clave
Tanto Daniel y Omar Garbarino como Carlos Eduardo García tenían historial offshore. Entre finales de 2012 y mediados de 2013 en los correos electrónicos del proveedor Integritas no se los mencionaba por sus nombres, sino por los apodos “Escorpio”, “Airies” y “Fonfria”, sin que quede claro quién era quién.
Histórico CEO de la firma Garbarino durante las últimas dos décadas, siempre según los documentos, García formó un fideicomiso en Bahamas para atesorar activos por más de US$6 millones para “evitar la sucesión de bienes en su país natal y proteger sus activos de potenciales acreedores”. Así quedó escrito a mano en un formulario elaborado por Trident Trust y firmado por García.
Esos activos de García –dinero en efectivo, acciones o bonos y “otros” no precisados-, fueron resguardados dentro del fideicomiso “SBT 301-638 Trust” (Escorpio Management SA). Los fondos provenían a su vez otra compañía offshore identificada como PHC Fonfria Guarantee Limited, de Bahamas.
Para enero de 2014, sin embargo, Garcia comunicó que ya no deseaba mantener abierto el fideicomiso, según transmitió una ejecutiva del proveedor Trident en un correo electrónico. De los documentos no surge el motivo.
Consultado por el equipo local de ICIJ, García se despegó de uno de esos fideicomisos, aunque admitió que regularizó su situación tributaria durante los últimos años. “No tuve, ni tengo relación alguna con Escorpio Management SA”, indicó. “Tengo mis declaraciones impositivas en regla tras proceder a su regularización en uno de los últimos blanqueos que se dispuso en la Argentina para la exteriorización de activos”, añadió.
Trident Trust manifestó a ICIJ: “Cada uno de los negocios de servicios corporativos y fiduciarios de Trident está regulado en la jurisdicción en la que opera y está totalmente comprometido con el cumplimiento de todas las regulaciones aplicables. Trident no habla de sus clientes con los medios”.