Pacto con Irán: Cristina Kirchner despliega una estrategia silenciosa en dos escenarios
La estrategia de la defensa de Cristina Kirchner en la causa por denuncia de Alberto Nisman por la firma del memorándum con Irán es silenciosa, en dos tiempos y en dos escenarios.
Mientras el kirchnerismo agita denuncias en torno de las causas judiciales que enfrenta la vicepresidenta, en este expediente Cristina Kirchner se llamó a silencio. En los últimos años las presentaciones de su abogado Roberto Boico casi que se limitaron a pedir permiso para salir del país cuando su clienta debía viajar a Cuba a visitar a su hija. El trabajo más duro ya estaba hecho antes cuando presentó, hace dos años, en representación de Oscar Parrrilli y de la vicepresidenta, pedidos de nulidad atacando el modo en que llegó a la causa el juez Claudio Bonadio (lo denuncian por forum shopping) o el trámite del expediente en la Cámara de Casación. Hoy es Carlos Zannini el que redobló la apuesta y pidió la nulidad de la elevación del caso a juicio de la causa y del fallo que confirma su procesamiento.
En el corto plazo la pelea de fondo de los acusados kirchneristas es por la declaración de Ronald Noble, el ex titular de Interpol. Nisman, antes de morir denunció que Cristina Kirchner firmó el pacto con Irán para que cayeran las circulares rojas de Interpol mediante las cuales se pidió la captura –aún vigente- de exfuncionarios iraníes acusados de planificar al ataque a la AMIA.
Pero Noble, titular de Interpol en el momento de la firma del memorandum, dijo en el diario Página 12 que el pacto con Irán nunca modificó la vigencia de las alertas rojas sobre los iraníes. Incluso precisó que el gobierno argentino lo dejaba en claro. Su declaración relativizaría la acusación.
La defensa de Zannini y de Parrilli y Cristina Kirchner quiere que Noble declare como testigo para que reafirme lo que dijo en la prensa. En cambio la Justicia lo mandó a investigar hace dos años y ahora el juez Marcelo Martínez de Giorgi dejó en suspenso una decisión acerca de si lo va a indagar como sospechoso de encubrimiento.
Los familiares de la AMIA que son querellantes en el caso y merced a quienes la denuncia de Nisman pudo investigarse (de manera irregular según Cristina Kirchner) se presentaron ante el juez Martínez de Giorgi y le pidieron indagar al exjefe de Interpol.
Dijeron que no puede declarar de manera anticipada como testigo como había pedido la defensa de Zannini. Es que bajo su punto de vista, la declaración de Noble ahora dejaría sin efecto el juicio. Por eso el abogado Tomás Farini Duggan -representante de los familiares de víctimas del atentado a la AMIA, Luis Czyzewski y Mario Averbuch- había denunciado que todo era una maniobra para "intentar anular" el juicio. El juez, ante el pedido de indagatoria, dijo "téngase presente" y dispuso una serie de medidas de prueba, como darle 72 horas a la Interpol para que envíe todos los documentos referidos a las circulares rojas de la causa AMIA.
En la pelea en torno de Noble se desarrolla el caso que desde hace dos años está elevado a juicio. Lo tienen el Tribunal Oral Federal N°8, integrado por María Gabriela López Iñiguez, Daniel Obligado y José Michilini. El tribunal sufrió la muerte de un juez, Jorge Tassara y la recusación de otros dos magistrados, Sabrina Namer y Jorge Toselli hasta llegar a su actual integración que es la que llevará adelante el proceso.
Los acusados ya ofrecieron prueba pero los jueces aún no decidieron cuál aceptan y cuál no. Este juicio es incómodo no solo para los acusados, sino para el Gobierno, ya que Alberto Fernández, cuando se alejó del gobierno kirchnerista, había señalado que la firma del pacto era la prueba del "encubrimiento". Luego, al declarar ante un juez aligeró sus afirmaciones, dijo que fue una opinión política no jurídica y que se el tratado no era una medida judiciable. El juicio no tiene fecha aún en el horizonte.
Pero en el largo plazo, Cristina Kirchner tiene por delante otro escenario, el de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Allí se presentó, junto con Héctor Timerman, con su entonces abogado Alejandro Rúa, hace mas de dos años para denunciar las irregularidades que a su juicio tuvo esta causa.
En este expediente internacional, que se cocina a fuego lento, Cristina Kirchner presentó en las últimas semanas como elementos adicional las declaraciones de la jueza Ana María Figueroa de la Cámara de Casación que dijo que fue presionada por el macrisimo en esa causa. Todo suma en ese expediente donde la vicepresidenta no apuesta a ver resultados hoy sino a futuro.
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